Resulta interesante ver como a veces el poder del público puede tener mucho valor para una industria tan profesionalizada como es la del marketing y la publicidad. Este año, la campaña de navidad de la Lotería Nacional del Estado ha cambiado radicalmente su imagen y sobre todo, su música que está convirtiéndose en una de las más tarareadas en estas fechas. Desde nuestra perspectiva, lo más interesante es reflexionar sobre el autor de la canción, Lionel Neykov. Este cantante, no dispone de discográfica ni agente y está dando a conocer su música y vendiéndola a través de su página en MySpace. Sin embargo su canción, Freeze my senses (ver letra) está consiguiendo convertirse en un fenómeno musical en España. Resulta curioso, un poco chocante y ciertamente algo liberador saber que un músico de la gran manzana sin distribución tradicional, ni discográfica, ni agente, con el uso de las tecnologías (su video en You Tube lleva más de 500.000 visitas) puede darse a conocer en el mundo. Todo esto, junto a su evidente talento musical, le ha hecho ser atrayente para la industria del marketing y la publicidad y le ha convertido en un fenómeno musical. Os dejo con el video, por si queréis disfrutar de él.
Archives for noviembre 2008
¿Una civilización del ocio o una sociedad del espectáculo?
Recordaba hace unos días el título del famoso libro de Joffre Dumazedier en el que se preguntaba si nos encaminábamos «Hacia una civilización del Ocio». Parece evidente la importancia empresarial, económica y social que el ocio ha logrado en los 40 años transcurridos desde la publicación de este libro. Tanto por la importancia de las industrias del ocio (pensemos solo en la importancia económica de uno solo de sus ámbitos como puede ser el turismo) como por la valoración individual y social del mismo e incluso por el reconocimiento de su potencial como factor de crecimiento y desarrollo personal y social podríamos pensar que estamos muy cerca de ser esa civilización del ocio a la que se refería Dumazedier.
Pero quizá deberíamos pensar en si estamos más cerca de una sociedad del espectáculo, el consumo y la homogenización que del verdadero ocio. Es muy interesante reflexionar sobre lo que plantea George Ritzer en su libro titulado La McDonalización de la sociedad (muy interesante este resumen). ¿Dónde queda el individuo en estas propuestas masivas? ¿Cómo reaccionamos ante el consumo? ¿Dónde está el respecto a las características específicas de cada individuo, grupo social o comunidad? ¿Dónde queda las posibilidades de desarrollo y crecimiento que ofrece el ocio?.¿Es posible convertir todo en espectáculo, consumo y sociedad única?
Parece necesario no solo hablar o reflexionar sobre si estamos en una civilización del ocio, sino de que ocio estamos hablando. De conocer cuáles son sus características y elementos necesarios para que pueda convertirse en elemento de desarrollo y crecimiento tanto social como personal. Más allá de si estamos en una civilización del ocio o vamos hacia ella, es necesario detenerse a reflexionar sobre hacia qué tipo de ocio y por extensión de civilización del ocio nos estamos encaminando y sobre todo hacia cuál es la que queremos dirigirnos.
La crisis económica, el ocio y la innovación
Reflexionábamos hace unos días sobre el efecto de la crisis económica en el sector del ocio (La crisis económica y el ocio) y no quiero dejar la oportunidad de incluir en la ecuación un elemento más que a mi entender es vital, como es el de la innovación. Nadie duda del caracter esencial de la Innovación para el desarrollo de las sociedades. Por ejemplo, en el espacio geográfico donde vivo (Euskadi) se ha puesto en marcha un proyecto por agentes políticos y sociales con el objetivo de convertirse en referente europeo en innovación en unos años (muy interesante la labor desarrollada por Innobasque, Agencia Vasca de la Innovación). En este contexto, cabe reflexionar en como puede afectar la situación económica no solo al sector del ocio sino a su relación con la innovación e incluso a la innovación en el misma. Leía este domingo en El País un artículo que reflexionaba de nuevo sobre la crisis y algunas de las industrias más representativas de la cultura (Cultura se escribe con «c» de crisis). El artículo reflexionaba sobre el efecto de la crisis en la arquitectura , el sector editorial, el del arte o el musical. Pero más allá del efecto inmediato de la crisis, parece necesario reflexionar también sobre el efecto de la misma sobre los procesos innovadores. Ese mismo día, también en El Pais, en un artículo titulado ¿Donde se han metido los neoliberales? el profesor y catedrático de economía Xabier Sala i Martí alertaba de como esta «alegría financiera» que ha desembocado en esta crisis es también la que ha «prestado dinero para crear Google, Microsoft y Facebook empresas que un sistema bancario tradicional nunca habría financiado. No veremos la segunda generación de <google> si se crea un sistema con demasiada adversión al riesgo» .
Y en estas nos encontramos, con un sector al que se le reducen los encargos en momentos de crisis y al que estamos pidiendo un esfuerzo innovador que requiere de una financiación dificil de conseguir para cualquier empresa y que se muestra más dificil aún para este sector. Y a esto es necesario sumarle la importancia que la innovación debe tener en este sector y la poca experiencia innovadora que en general demuestra. Parece un escenario complicado y complejo para este proceso de cambio, innovación y mejora. A ver si somos capaces de superar el reto
Tiempo de Ocio, ¿tiempo de cooperación y transformación social?
Llevo ya varios dias y semanas preguntandome por el tiempo de ocio como un tiempo especial, seguramente resultado del trabajo que hemos llevado a cabo en el último foro OcioGune al respecto del tiempo. Atendiendo al mismo no solo desde el punto de vista del individuo que encuentra en estos espacios y tiempos del ocio significados y posibilidades de expresión, autorrealizacion y crecimiento personal, sino también desde el punto de vista social. Siendo conscientes de que el ocio es una experiencia personal, creo que por las especiales características de este tiempo y su valor intrínseco, es un tiempo de gran valor para el cambio y el dearrollo social. Incluso en una sociedad que cada vez parece más individualizada, los tiempos de ocio de las personas se convierten en tiempos y por tanto en acciones o actividades, de gran valor transformador. Voluntariados que trabajan en la construcción de una enciclopedia mundial gratuita (Wikipedia), los que dedican su tiempo al ocio solidario tradicional en asociaciones culturales deportivas, con minorías.. hasta el voluntariado que ha sido capaz de movilizar Obama en su campaña política (excelente artículo de Juan Freire sobre el uso de Internet para la movilizacion social de la campaña de Obama), nos muestran casos de gran interés. Parece evidente que la conjunción de tiempo, libertad, motivación intrínseca con el uso de espacios y herramientas tecnológicas y de comunicación configuran posibilidades especialmente significativas para la transformación y el cambio social.
La crisis económica y el ocio
Parece imposible empezar cualquier reflexión sobre la actualidad en la que en las primeras líneas no se hable de la crisis económica. Pasado ya, en cierta medida, el periodo en el que la crisis afecta a lo que podemos llamar “la ´macroeconomía” y se hablaba de falta de fluidez del capital, inyecciones millonarias al sistema bancario, rescate de bancos y aseguradoras, (muy recomendable la lectura del Blog de Leopoldo Abadía) llegamos a la segunda fase, la de la economía real. Ahora nos fijamos en indicadores como el paro, la morosidad en el pago de las hipotecas, los Expedientes de Regulación de Empresas (ERE) y otros, mucho más relacionados con caras, nombres, personas y situaciones de nuestro entorno cercano. Y en este situación, ¿Qué decir del ocio?.
Es en la tercera fase cuando hablamos de las implicaciones sectoriales de esta crisis y como algunas industrias están más o menos afectadas. Parece que poco a poco aparecen reflexiones, pocas aún, pero muy interesantes sobre el efecto de la crisis en el sector del ocio.
Por poner un ejemplo, en La Vanguardia del viernes 31 de Octubre, aparecían dos artículos aparentemente no relacionados entre si, uno en la sección de Deporte y el otro en la sección de Medios, que nos daba dos buenos motivos para reflexionar al respecto.
En el primero de los casos, titulado ¿Cómo afectará la crisis económica al fútbol? Ferran Soriano expresaba que si bien la crisis podía y estaba afectando a los ingresos atípicos de este sector en lo que se refiere a los ingresos por publicidad y las inversiones inmobiliarias de los clubes, no parecía tan claro que lo haga en otros elementos fundamentales de sus economías. El primero, las finanzas, que como consecuencia de una adecuada gestión en tiempo de bonanza están más o menos saneadas. En el segundo, el de la fidelidad expresada en la asistencia al campo y el número de abonados, en el que no se aprecia ni se prevé un descenso de los ingresos. Dice Ferran textualmente “La demanda de fútbol, de entretenimiento y evasión no va a disminuir… Para los aficionados, su abono al estadio, no está entre los primeros gastos que cortar”.
En el segundo artículo, titulado ¿Cuatro horas de tele al día por la crisis?, Josep M. Orta hace un análisis del tiempo invertido en ver la televisión entre los meses de septiembre (233 minutos) y Octubre (245) de los ciudadanos catalanes y lo relaciona con la crisis y sobre todo con la capacidad ahorradora de los ciudadanos en estos tiempos de crisis. Asimismo, y en relación a otros ámbitos del ocio, recoge las declaraciones del presidente del Gremi de Restauració de Barcelona que afirma un descenso del 10% en la actividad en la zona de Barcelona. Mientras tanto, el Director artístico del Teatre Nacional de Catalunya cuenta como han vendido un 30% más de abonos que el año pasado, quizá porque “los precios resultan mucho más baratos”
Y que hablar del turismo y los problemas de las aerolíneas nacionales e internacionales o de los trabajadores de los aeropueros, cancelación de rutas, cierre de empresas…
La crisis llega a todos los sectores y la experiencia nos dice que afecta en gran medida a algunas industrias del sector del ocio como la restauración, el turismo y la cultura. Pero tomando las palabras de Ferran Soriano, las crisis también presentan oportunidades “Y después… a pensar en el futuro. Las mejores empresas del mundo aprovechan el momento para repensar su modelo de negocio. Después de una crisis, tarde o temprano, la economía se recupera, y lo hace en formas impensadas anteriormente”. Estemos atentos a como la crisis afecta a nuestro sector y como desde todos los agentes implicados podemos ayudar al mismo, teniendo siempre en la mente la oportunidad que toda crisis representa.