El Nobel Milton Friedman (1912-2006) nació en Nueva York, y también una parte de su vida universitaria está asociada a la neoyorkina Universidad de Columbia, donde se doctoró y fue posteriormente profesor visitante (aunque fue en la Universidad de Chicago en la que desarrolló la mayor parte de su carrera académica).

Probablemente la brillante transformación de la que fue testigo en Manhattan, el espectacular desarrollo de la capital de la globalización y el libre mercado en el Siglo XX, influyó en su visión sobre la economía y la empresa. Ya conocerás su famoso artículo en el New York Times en 1970, en la que defendió que la responsabilidad social de la empresa consistía exclusivamente en incrementar su beneficio y la retribución a los accionistas. Y que, por lo tanto, no debería distraerse con otros fines supuestamente sociales o filantrópicos.

Paseando entre los edificios del Rockefeller Center, se pararía delante de la estatua de Prometeo llevando el fuego, rodeado de las banderas de todos los estados del mundo, y leería la cita de Esquilo que la acompaña “Prometeo, maestro en todas las artes, trajo el fuego y enseñó a los mortales un medio para fines poderosos“.

PrometeoPara Friedman, ese fuego poderoso era la empresa operando en un mercado libre, y esa visión ha sido muy influyente, ha llegado a ser en muchos sentidos hegemónica. Hemos reducido a la empresa (y por extensión, la economía), a ese objetivo de retribuir al capital, y de esos lodos estos barros de desigualdad que nos van rompiendo.

No comparto yo esa mirada de Friedman, prefiero seguir caminando un ratillo hasta el East River y llegarme a otro sitio lleno de banderas, la sede de las Naciones Unidas. Allí está la sede del Global Compact, una iniciativa para implicar a empresa, sindicatos y ciudadanos en los objetivos de desarrollo global (que ya te comenté que hasta 2030 han sido concretados en 17 objetivos ¿todavía no te los sabes? ¿en qué mundo vives?).

Me parece a mí que la empresa, como Prometeo, está encadenada por esa visión que la reduce a ganar dinero. Tendrá que venir también Hércules a liberarla, para que pueda por fin traer el verdadero fuego que necesitamos…

Para irle ayudando al héroe, estaré atento este miércoles 20 y jueves 21, en las jornadas “Un nuevo horizonte común: la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, en la que me han pedido que aporte la mirada del sector privado en una de las conversaciones “Los ODS y sus protagonistas”

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¿Vienes y conversamos, o eres más de Friedman y vas a dejar estos temas a las ONGs? Lo mismo Prometeo se desencadena, y te va a pillar a contrapié : )

 

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