«Hacen falta mapas estratégicos, mapas de combate,
porque estamos en guerra permanente,
y la paz es, en ese sentido, la peor de las batallas,
la más solapada y la más mezquina»
Michel Foucault

Siendo, como somos, viajeros perdidos, los mapas son una parte indispensable de nuestro equipaje. Los vamos construyendo a medida que crecemos, porque sentimos la necesidad de escapar de la angustia de no saber con certeza de dónde venimos, dónde estamos ahora o cuál es nuestro destino.

Cada persona, cada generación, hace los suyos. Decía Michel Foucault que en la historia de occidente ha habido tres grandes saltos en esos mapas, que él llamaba epistemes (Edad Clásica, Renacimiento, y Modernidad). Igual el nombre de este francés no te suena, pero en el año 2007, este catedrático de Historia de los Sistemas de Pensamiento fue considerado por el The Times Higher Education Guide como el autor más citado del mundo en el ámbito de humanidades…

No es evidente cuál es el mapa colectivo en este momento revuelto. Es posible que sea porque estamos ahora precisamente en mitad del cuarto salto (sí, a ese que yo llamo, con esperanza, Segundo Renacimiento). Y claro, probablemente, necesitaremos nuevos mapas. Más profundos de los que muestran exclusivamente las divisiones políticas de los estados que ha dibujado la Modernidad (¿a qué no sabías cuántos colores necesitas como mínimo para dibujarlos sin que se mezclen los colores de dos países contiguos?).

Por si nos sirven, te dejo hoy un link al “Atlas of Sustainable Development Goals 2017” que acaba de publicar el Banco Mundial. En sus 131 páginas, aporta información relevante del estado global de la cuestión para cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Son mapas del mundo que van más allá del PIB, o de la geopolítica habitual. Nos explican el hambre, la educación, la ciencia y tecnología, las instituciones y la corrupción, el impacto del cambio climático… En muchas ocasiones no solo la última foto, sino también la evolución de las últimas décadas. Mapas interesantes, me parece, si te interesa entender dónde estamos, y dónde podríamos ir, si queremos renacer (para otros viajes, puedes hablar con Trump y Kim Jong-un, parece que nos quieren embarcar en uno bastante recurrente en la historia de la humanidad…).

Para que veas que no me olvido de Borges (le gustaban mucho los mapas, igual que los relojes de arena o el sabor del café…), te dejo con otro de sus breves relatos. Somos nuestros mapas, sí…

“Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara”
J.L. Borges “El Hacedor”

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