En el Siglo XXI vamos a asisitir a grandes cambios en el modelo económico dominante. Pero son cambios que vendrán despacio, y por eso es importante estar atentos y no equivocarse.

Porque uno se puede equivocar de dos maneras: pensando que el capitalismo global va a durar siempre, o pensando que se va a venir abajo en un par de años, con un 15M o con una revolución de mayo. Y no será ni una cosa ni otra, los cambios de un modelo precisan tiempo y el trabajo de muchos, aunque luego los historiadores suelen sacar la foto de un día simbólico, de un pensador, de un libro, y es que a las personas nos gusta pensar que la realidad es simple (hemos sido educados en ello, otro día os hablo de la complejidad).

Y también se puede equivocar uno abrazando todas las nuevas modas a la vez: economía del bien común, economía circular, economía directa, economía/empresa abierta, economía del decrecimiento, comunidades de transición… Todos estos nuevos modelos y teorías encierran una parte de luz, una parte de razón, y yo recomiendo estar leído de todos ellos, y aprovechar charlas o conferencias para escuchar a los que los impulsan.

Pero también recomiendo ser prudente, ya decía Arizmendiarrieta que “Ideas buenas son las que se convierten en realidades.“, y ya hemos visto que ideas aparentemente brillantes luego, cuando hay que aterrizarlas, se enfrentan a la tozuda realidad, a cómo somos las personas, qué es lo que nos mueve… Utopía siempre, pero con los dos pies en el suelo.

Mi utopía favorita es la de la economía abierta, veo mucha luz en ese nuevo modelo, que hunde sus raíces en la transición hacia una economía del conocimiento. Pasar del “eres lo que tienes” a “eres lo que compartes“. Porque el conocimiento (a diferencia del capital) no lo pierdes cuando se lo das a otras personas, sino que muy al contrario, lo enriqueces.

Y sin embargo hemos sido educados en un modelo cerrado. Clases con la puerta cerrada, “cerrar un trato”, “cierra la puerta que tenemos que hablar de algo importante”, empresas con tornos y sistemas de acceso para que no entren “los de fuera”…

Si yo os preguntara si sois personas abiertas, muchos me diríais que sí. Igual vuestra respuesta cambia si os hago esta lista de preguntas:

  • ¿Cada vez que escribes un documento piensas si tendría sentido hacerlo en abierto (Slideshare, Scribd, Googledocs..)? ¿Tienes cuentas en estas redes?¿Las utilizas?
  • ¿Conoces los estándares de “Copyleft“? ¿Los utilizas?
  • ¿Compartes lo que vas encontrando en las redes sociales?¿Dedicas tiempo a hacerlo de manera ordenada, para facilitar a tus segudores que encuentren lo que les puede interesar más?¿Indexas?¿Escribes tus ideas y las pones a disposición de los demás?
  • ¿Dedicas tiempo todas las semanas a compartir conocimiento?¿Conversas, escuchas, compartes tus reflexiones? ¿Qué porcentaje de tu tiempo?
  • ¿Sabes si la empresa para la que trabajas es propietaria de las ideas que produces, o si el propietario eres tú? (no puedes compartir lo que no es tuyo…) ¿Has firmado un papel al entrar a trabajar en el que cedías la propiedad de todo lo que produjeses a tu empresa? ¿Te parecen cuestiones relevantes?

La lista seguiría, pero creo que ya me has cogido la idea. Vienen tiempos de puertas y ventanas abiertas, vienen tiempos de compartir, y serán de personas que hayan aprendido a hacerlo. Si te quedan dudas, fíjate en las personas de menos de 20 años que tengas cerca, las que han crecido en la era de las redes sociales, de Wikipedia, de ídolos youtubers… Comparten por instinto.

Vamos, nunca es tarde, empieza hoy. La primera lección es fácil y muy agradable: vuelve a aprender a conversar, como si tuvieras tiempo para ello.

conversacion

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...