2018 ha sido sin duda el año del Internet de las cosas (IoT), pues actualmente existen alrededor de 11.000 millones de dispositivos conectados por todo el mundo, esto es, triplican o cuadriplican el número de personas en el planeta, cifra cuanto menos sorprendente. Por si esto fuera poco, se prevé que para el 2020, alrededor de 25 mil millones de “cosas” estén conectadas a Internet, unos 5 dispositivos por persona, tasa que duplicaría lo que ya tenemos en la actualidad.
A continuación, me gustaría mencionar una serie de predicciones que hay que tener en cuenta para este próximo año en el que nos adentraremos en breve. Tal y como adelantaba al inicio del post, la principal estimación acerca de este ámbito es el crecimiento general, es decir, el aumento de usuarios con dispositivos conectados a la red, lo que provocará un mayor impulso de la conectividad 5G, agregando un carril a la congestionada vía web para manejar el aumento de dispositivos. En segundo lugar, quería destacar la adopción del IoT en el ámbito sanitario, en el que se estima que para el año que viene el 87% de las organizaciones hayan adoptado este tipo de tecnologías con productos como píldoras inteligentes, atención domiciliaria inteligente, administración de atención médica personal, registros electrónicos de salud, administración de datos confidenciales y un mayor grado general de atención al paciente.
Asimismo, respecto al ámbito de los coches inteligentes, situado entre las 10 tendencias futuras de Gartner para el 2019, se cree que el IoT tendrá una mayor penetración con aplicaciones como la búsqueda por voz, información del trafico en un momento dado, verificación en tiempo real del combustible del vehículo, etc.
Todo esto que comentaba suena muy bien, pero, ¿qué hay de los riesgos?, ¿nos hemos parado a pensar acerca de los peligros a los que estamos expuestos? La gran mayoría de personas no somos conscientes de ello, incluso los fabricantes, aún son pocos los que se detienen a considerar los enormes riesgos de seguridad que vienen asociados a estos dispositivos. Muchos de nosotros no somos conscientes o no tenemos los conocimientos necesarios para actualizar un sistema operativo de una bombilla inteligente, o una nevera IoT, y, ¿qué decir sobre el hackeo sobre nuestra lavadora inteligente? La realidad es que cuando una parte de tu red ha sido atacada, se convertirá en una puerta de entrada para otros ciberdelincuentes. Un claro caso de vulnerabilidad después de otra vulnerabilidad.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por Trustlook, más de la mitad de los usuarios que utilizamos este tipo de dispositivos no disponemos de una solución de seguridad que proteja nuestros dispositivos propios de amenazas externas. Más me sorprende que un tercio de ellos admite no cambiar la contraseña que viene predefinida de fábrica, algo primordial y fundamental que se debe de hacer inmediatamente, de lo contrario, puede considerarse como un asombroso y preocupante fracaso.
Al hilo de todo esto, me gustaría señalar la previsión de que el 25% de los ciberataques que se produzcan en los próximos años vayan dirigidos a estos dispositivos IoT, algo que a mucha gente le tranquiliza por los beneficios que estos aparatos pueden conllevarles. Personalmente creo que es un grave error, pues como se ha dicho previamente, el hecho de que nos pirateen algo tan simple como una bombilla puede suponer una puerta de entrada para que nos hackeen nuestro dispositivo móvil, por ejemplo, algo que claramente no nos da igual. Por ello, debemos ser conscientes de todo eso y ponerle una solución inmediata.
De la misma manera, los fabricantes de estos dispositivos deberían unirse para defender los estándares de seguridad a implementar en los dispositivos IoT. Estos estándares pueden incluir una certificación mediante la cual, los propios usuarios puedan tener garantías que dichos dispositivos ofrecen unas garantías. Si un dispositivo no cumple con estos estándares, puede ser reconocido como un dispositivo inseguro y como resultado, se le retiraría este certificado.
Como punto final de la presente entrada se me viene a la cabeza una noticia que leí recientemente, un dispositivo IoT puede piratearse en menos de 3 minutos. El principal blanco de hackeo existente a día de hoy son las bombillas inteligentes, pues tan solo se requiere de un dron o un vehículo que se encuentre a menos de 70 metros de éstos y así poder extraer la clave global del fabricante. Adjunto un vídeo donde se percibe la facilidad de ello: https://youtu.be/Ed1OjAuRARU
Concluyendo, el IoT es uno de los temas en auge de este año y que lo seguirá estando durante los próximos, pero debemos ser totalmente responsables de los peligros a los que estamos expuestos y poner fin a todos los que estén a nuestro alcance, al mismo tiempo en el que los fabricantes implanten las medidas de seguridad necesarias. De lo contrario, todo ello que a simple vista puede facilitarnos la vida nos la complicará por completo. Mi principal objetivo con este post es el de concienciar a todos los usuarios a tomar las medidas necesarias y, como usuario con dispositivos conectados a Internet, espero que las compañías pongan el foco en estos peligros que tanto pueden perjudicarnos.