Hace unos días, nuestro profesor separó la clase en tres grupos con el objetivo de hacer un Role Play de una empresa de TI. El Grupo 1 eran los jefazos de la empresa, el Grupo 2 el equipo de TI y el Grupo 3, en el que yo me encontraba, un equipo de trabajo que se acababa de incorporar a la empresa para implantar un sistema de BI en la misma. Nuestro objetivo principal era obtener la aprobación de los jefes de la empresa para implantar nuestro sistema de BI, pero el Grupo 1 tenía como instrucciones exigirnos fechas, exigirnos presupuesto, exigirnos beneficios, exigir, exigir, exigir, esperando que nosotros tuviéramos alguna clase de bola de cristal para poder complacerles. Y yo me pregunto, ¿dónde está el límite? ¿Cuánto se le puede exigir a una persona sin hacer que esta se sienta harta de tanta exigencia como para plantearse abandonar la empresa? Siempre se puede implantar un sistema de BI que nos facilite el nivel de exigencia para cada uno de los perfiles que haya en la empresa, o mejor que eso, podemos no jugárnosla y aprender a pedir sin exigir.
Algunos jefes, cuando están desbordados o sencillamente cuando piensan de manera egocéntrica, sus peticiones se convierten en quejas o en exigencias. Son formuladas con agresividad, incoherencia o tonos desafiantes. Y lo peor de todo, es que en muchos de estos casos, ni los propios jefes saben lo que quieren. ¿A qué me recuerda esto? ¿Qué imagen se me viene a la cabeza? La de un niño pequeño. Haz la prueba, cambia la palabra jefes por la palabra niños y verás que el texto sigue teniendo sentido. La diferencia está en que a un niño, a tu hijo/a, puedes cambiarle el carácter y su forma de ser, le puedes enseñar a pedir sin exigir y mostrarle que no se obtiene lo mismo cuando exiges que cuando pides. Antes de guiar este post por otro camino me gustaría dejar la una pregunta planteada para que tú, que estás leyendo este post, reflexiones: ¿hasta qué punto podrías soportar que tu jefe/a fuera o se comportara como un niño pequeño?
Es muy importante hablar, pedir, comunicar, pero es igual de importante dar y escuchar. Todos sabemos qué es la comunicación, es la actividad consciente de intercambiar información, y repito INTERCAMBIAR. ¿Por qué le doy importancia a esta palabra? Porque cuando se utiliza la palabra intercambiar, se hace porque también se espera que los roles de emisor y receptor vayan rotando. Que una persona esté continuamente exigiendo a otra cosas sin escuchar lo que la otra le quiera transmitir, básicamente, porque no le interesa lo más mínimo, no es comunicación, y es en situaciones como estas en las que el empleado explota y desaparece de la organización. ¿Y qué dice el jefe ante esta situación? Según nuestro profesor, lo siguiente: “Uf, pues la verdad no sé qué le pasó, era bueno y no sé cómo… se echó a perder,…”. Y yo pienso: “Pues claro que no lo sabes, ¿cómo lo vas a saber si nunca has hecho el más mínimo esfuerzo por escuchar?”. Esa persona no se ha echado a perder, y si es que de verdad se ha echado a perder no ha sido por sí sola, el jefe ha sido quien la ha echado a perder. En nuestras manos está el actuar, en caso de desempeñar la función de empleando, el abandonar una empresa cuando creemos que ésta nos va a echar a perder, o en caso de desempeñar la función de jefe, el esforzarnos en aprender a transformar las exigencias en peticiones y en comunicar.
Para finalizar, el objetivo de este post era transmitir lo beneficioso que puede resultar saber pedir las cosas sin exigir, y también, ofrecer un punto de vista, tanto desde el lado del empleado, como desde el lado del jefe. Es cierto que nos resulta realmente incómodo que nos exijan y que no estén dispuestos a escucharnos cuando tenemos algo que transmitir, y precisamente por eso, creo que es justo que aprendamos a pedir sin exigir y también a estar dispuestos a escuchar a los demás, desempeñen la función que desempeñen, de lo contrario, solo conseguiremos parecernos más a un niño pequeño.
Jorge Sarabia González
Latest posts by Jorge Sarabia González (see all)
- ¿Somos capaces de pedir sin exigir? - 18 enero, 2017
- Vive tu vida inteligentemente - 5 diciembre, 2016
- Phishing - 27 noviembre, 2016
Tienes toda la razón. Hay que gente que tiene el don de la seducción y es capaz de conseguir las cosas, porque te involucra, te ilusiona, … Ese es el juego al que deberíamos a aprender todos a jugar, al de seducir