Hoy en día no podemos entender las actividades económicas de las empresas sin tener en cuenta la tecnología. Y más concretamente, la tecnología móvil y la tecnología de la información. Estos son dos avances que han revolucionado la forma en que concebimos el trabajo en los últimos 40 años [1] y que, lejos de haber llegado a su máximo nivel de desarrollo, siguen avanzando de manera acelerada hacia, lo que parece ser, la automatización prácticamente completa de los procesos industriales y laborales.
Tradicionalmente, los trabajadores han residido cerca de sus lugares de trabajo porque el desarrollo tecnológico del momento no permitía grandes desplazamientos. Y si alguien decidiera viajar una larga distancia para ir a trabajar, probablemente le tomaría muchas horas o incluso días. Pero a medida que la tecnología ha avanzado, a la gente le ha resultado más fácil trabajar de manera más eficiente o incluso de manera remota.
El descubrimiento de métodos que permitieran la comunicación a distancia (como el telégrafo, el fax o el teléfono) fue el primer cambio importante en la forma de abordar el trabajo. Si antes para comunicarse con una persona que estaba a cientos de kilómetros de distancia era necesario que una de las dos personas se moviera, las tecnologías de comunicación eliminaban la barrera de la distancia.
Pero ha sido en las últimas décadas cuando más se ha avanzado en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones [2]. Con la llegada de los teléfonos móviles, que trajeron un pequeño dispositivo, no sólo era posible contactar con la gente de forma remota, sino que también se podía hacer desde cualquier lugar. Pero a pesar de esto, los teléfonos móviles sólamente contaban con funcionalidades que permitían llamar, mandar SMS-s y un limitado consumo de internet en una interfaz poco amigable.
Además, las herramientas de trabajo no permitían aún trabajar a distancia, pero en los últimos 15 años, debido al desarrollo tecnológico y a la llegada de los teléfonos inteligentes, los ordenadores portátiles e Internet han cambiado la forma en que enfocamos el trabajo. Con la posibilidad de interactuar con una red global que ofrece servicios a millones de personas simultáneamente ha significado un crecimiento exponencial en las posibilidades de trabajar y comunicarse. Lo que hace no tantos años era impensable, hoy en día está al alcance de millones de personas gracias a estos dispositivos portátiles. Además, en mayor o menor medida, estos dispositivos ofrecen una capacidad de computación que posibilita realizar calculos, operaciones o ejecutar aplicaciones que lo llenan de funcionalidad y nos permiten trabajar desde lugares alejados de nuestra oficina.Y por ello podemos distinguir dos categorías de trabajadores: los trabajadores de la información y los trabajadores vinculados a un lugar.
En la actualidad, la mayoría de trabajadores cuentan con buenos equipos para facilitarles las tareas, pero siguen dependiendo de los lugares donde se encuentran las herramientas, la maquinaria y las fuentes de recursos. Sin embargo, los trabajadores que clasificamos como trabajadores de la información, pueden trabajar desde cualquier lugar del planeta donde dispongan de una conexión en red con acceso a Internet, llegando a un punto en el que el lugar de trabajo deja de ser entendido como un lugar físico y se convierte en un conjunto de herramientas que hacen de su lugar de trabajo el lugar donde usted puede contar con estos recursos. Incluso tu cama podría ser tu lugar de trabajo! [3] Pero como veremos en publicaciones futuras, estos avances y facilidades que nos ofrece la tecnología móvil traen consigo una serie de riesgos que podrían poner en riesgo nuestra empresa.
Referencias
[1] «La Revolución Digital», Wikipedia, Acceso el 31/10/2019, https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_Digital
[2] «La evolución de las TIC en los últimos 20 años», Tecnonews, Acceso el 31/10/2019, https://www.tecnonews.info/opiniones/la_evolucion_de_las_tic_en_los_ultimos_20_a%C3%B1os
[3] Steven J. Ross, «I left my security in the office», ISACA Journal Volume 4, 2018