Cuando el ejército aqueo se retira de las murallas de Troya, y deja un enorme caballo de madera ante sus puertas como regalo, Casandra avisa a los troyanos de la trampa, pero no le hacen caso. Apolo le había concedido el don de ver el futuro, pero después la castigó privándola del don de la persuasión, de forma que nadie creería sus visiones.
Puedo imaginar la desesperación de Casandra. La crisis se ha retirado de nuestras murallas, y nos ha dejado en la puerta un año 2014 con un lazo que lleva escrita la palabra “Recuperación Económica”. Con la misma claridad que Casandra, veo el desastre que traería aceptar ese regalo, pensar que podemos bajar la guardia. Sentarnos en el sofá a contemplar cómo el Banco Central europeo y sus políticas monetarias y de austeridad nos llevan de nuevo a la prosperidad.
Nos queda mucha tarea, y una tarea además urgente. Debemos ser exigentes, compararnos con los mejores, en una carrera global en la que hay dos frentes de trabajo muy claros: conectarnos con la ola de crecimiento que traerá la industria del conocimiento, y conseguir mantener una sociedad cohesionada, corrigiendo la brecha de desigualdad que los últimos años han ensanchado (cuya expresión más evidente es la brecha abierta entre quienes mantienen un empleo, y quienes lo han perdido).
Ya sabemos lo que ocurrirá si dejamos actuar a las fuerzas del mercado… Si no leíste el artículo de ayer “El mito de la incompetencia del estado“, no dejes de hacerlo: explica de forma muy clara por qué resulta clave en este momento construir un sistema de innovación que oriente adecuadamente las apuestas de largo plazo de los países. La víspera, en el Times Higher Education, un artículo titulado “Innovation’s core values”, explicaba la necesidad de que UK apostase por una potente infraestructura de Centros Tecnológicos:
Britain needs “Fraunhofer centres” as well as Catapults if the ‘invention revolution’ is to materialise..
Y me dirás, “Casandra, eres una exagerada, en Euskadi tenemos ya Centros Tecnológicos...”. Y yo te contestaré: “Sí, que en los últimos años han ido reduciendo su nivel de financiación en sus apuestas de I+D a largo plazo, mientras que los del Fraunhofer lo han mantenido. Y que apenas han abordado el reto de globalizar su actividad, mientras que el Fraunhofer tiene Centros ya en USA, China, Portugal, Italia, Suecia y Chile“.
No nos salvarán apuestas tibias, ni políticas continuistas. Es preciso transformar en profundidad nuestra industria, nuestras infraestructuras del conocimiento, universidades y centros tecnológicos, nuestro modelo de empleo y relaciones laborales… Y no lo estamos haciendo, desde luego no con el ritmo e intensidad que serían necesarios.
En la magnífica película “Doce Monos” (Gilliam, 1995), al protagonista también le diagnostican el “síndrome de Casandra”, el pobre creía que venía de un futuro devastado por nuestros errores, pero nadie le hacía caso… No te contaré el final, aunque sí te diré que cambiar el futuro, siempre está en nuestras manos, Ismael Serrano te explica en su canción “Casandra” cómo se hace : )