Hay varias películas famosas por tenernos engañados, casi hasta el final. La historia que nos cuentan es verdadera, pero hay un dato fundamental para entender lo que realmente está ocurriendo, que solo nos dan en las últimas escenas. La que titula el post se tituló en inglés “What lies beneath” (Zemeckis, 2000) (literalmente, “Lo que yace en el fondo”).
Mucho antes que el cine se inventara, Platón ya nos explicó que vivimos atados en el fondo de una caverna, y que realmente no vemos la realidad, sino las sombras que alguien proyecta y que vemos reflejadas en la pared del fondo. Ese argumento (“la alegoría de la caverna“) se ha repetido infinitas veces en novelas, obras de teatro y películas, siempre nos ha acompañado.
Así llevamos nosotros más de cinco años, en los que todos los titulares, todas las explicaciones y todos los telediarios, nos están explicando episodios de una profunda crisis financiera. El próximo capítulo se titula “La perversa deflación”, y nos tendrá entretenidos hasta el verano, calculo. Ya ha empezado la película, compra palomitas.
Y que conste que no creo que lo que nos cuenten sea mentira. Lo que te quiero decir es que nos están ocultando lo que de verdad está ocurriendo. Están todo el rato reparando el cuentakilómetros, cuando los problemas reales están en el motor. Y de esos problemas, nunca nos hablan.
Mucho peor, las explicaciones que nos ofrecen, siempre nos invitan a no hacer nada, porque los protagonistas siempre son seres poderosos sobre los que no podemos influir (Christine Lagarde ya nos está explicando que quien puede salvarnos de la temida deflación, por ejemplo, es el Banco Central Europeo, que ya nos salvó de la famosa “prima de riesgo”). Los acuerdos del G20, Angela Merkel, la estrategia de especialización inteligente de la Comisión Europea (RIS3)…
¿Y qué es lo que de verdad está ocurriendo, y que además está en nuestra mano poder transformar? Te voy a dar dos pinceladas de “lo que yace en el fondo”.
- Unas pautas demográficas que nos conducen a una pirámide de población absolutamente insostenible. Has oído eso de que los jóvenes de hoy son los primeros que van a vivir peor que sus padres ¿verdad? Se nos olvida que a nuestra generación nos quedan cuarenta años de vida para vivir peor que la de nuestros padres…
- Una administración pública sobredimensionada, en manos de partidos políticos cuyos cuadros están integrados mayoritariamente por personas que encuentran su forma de subsistencia, y la de sus familias, precisamente en la función pública ¿crees de verdad que pueden abordar una reforma en profundidad de la administración, precisamente ahora que la sociedad está poniendo cerco a “sus otras formas de financiación“?
Mira lo que representan funcionarios y jubilados (azul) en la Euskadi de 2014, y lo que representaremos en 2045, según los últimos datos de EUSTAT, en relación con la población que podría cotizar (verde). Eso si el paro fuese cero (que no lo será…). Prepárate para una larga vida laboral.
¿Y esto cómo se arregla? Por una parte, con una economía productiva (industria), mucho más potente, que ahora a duras penas puede sobrevivir con unos costes energéticos, financieros, fiscales y laborales más altos que sus competidores, y encima con un tipo de cambio euro – dolar que dificulta sus exportaciones. Necesitamos más industria, la industria del conocimiento de la que siempre os hablo (por cierto gran artículo el de esta semana de Antón Costas “La industria nos salvará”)
Por otra parte, se arregla con más personas, mejor formadas y con la firme decisión de transformar una sociedad que requiere de profundas reformas. Algunos esperan un líder mágico que haga nuestro trabajo, yo no. Yo creo en familias generosas, en escuelas y universidades comprometidas que sean capaces de formar y preparar personas para la gigantesca tarea que tenemos por delante, yo creo en la clase empresarial de este país. En eso creo, por eso escribo.
No todas las películas con un giro inesperado acaban mal. Ya sabes mi favorita “Cadena perpetua” (Darabont, 1994). No te esperas que una persona encerrada durante años en una prisión que invita a la desesperanza, sea capaz de mantener intacta la lucidez, y de arañar cada día los centímetros que le separan de la libertad. Sin embargo, las personas tenemos esa capacidad, lo hemos demostrado muchas veces en la Historia.
Vamos, que nos toca salir a escena. Vamos a darle un giro inesperado a esta película. Que nadie te haga olvidar que somos sus protagonistas.