Desde hace tiempo, aquí y en cada charla que doy, insisto en el mismo mensaje: es preciso apostar con decisión por nuestra industria, nuestro conocimiento, y nuestras personas.
Y en general todo el mundo asiente y me dicen que están muy de acuerdo. Más en los últimos tiempos, que lo de la reindustrialización se ha puesto de moda Pero luego, los meses van pasando, y las realidades no llegan. Y no es falta de presupuesto, es falta de prioridad.
Porque para sacar 130.000 M€ para el rescate bancario, no ha habido problemas. Para retrasar sine dia la deuda de los clubs de fútbol con Hacienda, o invertir en sus estadios, no hay problemas.
Porque para cambiar las cosas, lo primero que necesitamos son señales claras, mensajes nítidos y coherentes, que es lo que las personas normales entendemos. Si alguien me dice hoy que apuesta por la industria, y mañana me dice que por el turismo, y pasado por el sector primario, y la semana que viene por los servicios, lo que yo entiendo es que no apuesta por nada.
Si alguien me dice que apuesta por la industria del conocimiento, y el valor añadido, y luego construye nuestra competitividad a base de bajar los salarios, no entiendo nada. Si año tras año en los presupuestos no hay sitio para incrementar la inversión en I+D, no entiendo nada.
Henry Mintzberg publicaba la semana pasada en su blog un post que venía a decir que para corregir los excesos del capitalismo, había que dejar de inventar nombres (Sustainable Capitalism, Caring Capitalism, Breakthrough Capitalism, Democratic Capitalism, Conscious Capitalism, Regenerative Capitalism, Inclusive Capitalism) y había que empezar a ser coherentes. Eliminando la corrupción de los lobbies que manejan las políticas públicas a su antojo, o acabando con la cultura de las retribuciones astronómicas para los primeros ejecutivos.
Cualquiera que acepte ser pagado cientos de veces por encima que sus trabajadores no es un verdadero líder. Por eso solo hay unos pocos líderes en las compañías estadounidenses. ¿Cómo puedes dirigir una empresa y decir que eres cientos de veces más importante que tus empleados? Por qué no dicen lo contrario. Porque no se dirigen al Consejo de Administración así: “No me puedes pagar esas cantidades. Con esas cifras no puedo hacer que mis trabajadores se comprometan con el proyecto”. Los bonus de los ejecutivos destruyen las compañías.
Acababa su post con una cita del Papa Francisco (Money must serve, not rule). No me parece casual, el Papa desde que llegó esta emitiendo con mucha nitidez señales de la transformación que necesita su organización, y está actuando en coherencia.
Eso necesitamos aquí, porque la carrera por la industria del conocimiento es imparable. Se lo recordaban al Presidente Obama el mes pasado en un magnífico informe, que te recomiendo “Restoring the Foundation.The Vital Role of Research in Preserving the American Dream“. Más recursos, más exigencia de retorno a esa inversión, más trabajar juntos. Blanco y en botella.
Quizá por eso, la primera semana de Octubre, Obama se fue a una planta de Millennium Steel en Indiana, para estar con sus trabajadores en el Día Nacional de la Industria (una fecha que él mismo ha instituido este año, para recordar la prioridad de esta apuesta). Y desde ahí lanzó su “mensaje de la semana”, hablando de apostar por la industria, y de subir el salario mínimo en USA (sí, has leído bien: subir), para reconstruir las clases medias.
Hay que señalar la dirección, con nitidez, y luego avanzar, con coherencia. ¿Me ayudas tú también a indicar la dirección correcta, a ver si acabamos de arrancar de una vez?