A los vascos, con el acuerdo conseguido esta semana en relación con el Cupo, nos están pintando como al personaje de Bogart en “Tener y no tener” (Hawks, 1944).

Y es que Harry “Steve” Morgan va a lo suyo, siempre a ver qué puede pescar. Un hombre de mar, incapaz del más mínimo atisbo de solidaridad. Cínico, egoísta y descreido, se la trae al pairo la II Guerra Mundial, y más todavía que los franceses anden queriendo reorganizar la Francia Libre desde La Martinica (porque media Francia continental ya la han tomado los nazis).

Para muchos tertulianos y columnistas, eso venimos a ser “los vascos”. Gente que solo se preocupa de lo suyo, y al resto ya le pueden ir dando (como diría el académico Pérez-Reverte).

La película “Tener y no tener” se basó en el libro de Hemingway del mismo título (aunque la coincidencia no fue mucho más allá, porque el guionista Faulkner cambió casi todo los demás). En el libro, lo de “tener” y “no tener” se refiere precisamente a eso: a lo dura que se hace la vida para los que “no tienen”. Aunque está ambientada en la época de Gran Depresión en Norte América, en la costa de Florida, muchos ven en la obra un reflejo de las experiencias de Hemingway con los republicanos, en una España enredada entre los que “tenían” y los que “no tenían”…

Las historias siempre se repiten, y los personajes también, los seres humanos somos poco originales. En las películas, simpatizo siempre con los que son capaces de mantener su independencia, no se dejan manipular por las consignas de unos o de otros. Al fin y al cabo, es lo que te permite, al final, ser capaz de tomar decisiones por cuenta propia.

Por eso me disgusta esa mirada que desborda en tantos medios de comunicación, que tachan al Concierto y al Cupo de un privilegio insolidario, y nos extienden esas características a los vascos. No creo que seamos así.

Sí creo más bien que somos personas, y un pueblo, que valoramos la capacidad de decidir nuestro futuro, nos gusta ser capitanes de nuestra nave. En última instancia, eso es el Concierto, una forma de ser que en la historia se ha llamado de formas distintas (fuero, se llamaba antes), pero que siempre ha hablado de la importancia que le damos a decidir en primera persona sobre lo nuestro.

Al final, en la película, se demuestra que la nave de Steve acaba sirviendo para bastante más que para proteger sus propios intereses. Cuando eres dueño de tu destino, puedes decidir dedicarlo a ayudar a los demás, comprometerte en construir algo mejor. Tiendo a pensar que el “tener” o “no tener” que importa es este…

Nos tocaba ahora defender el Concierto, era una oportunidad a la que no podíamos renunciar. Era el momento de renovar acuerdos que llevaban demasiado tiempo pendientes.

Nos toca también trabajar por construir una sociedad más solidaria. Es importante que hayamos sido capaces de renovar el pacto que nos permite seguir siendo capitanes de nuestra nave, pero más importante es que utilicemos ese pacto para construir esa sociedad.

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Bonus Track

En la película “Tener y no tener”, se hizo muy popular la canción que cantaba Lauren Bacall “How little we know” (Qué poco sabemos).

Eso también pasa con el Concierto y el Cupo. Se habla mucho de ello, pero se conoce muy poco. Hace ya año y medio que nació la Comunidad del Concierto para solucionarlo.

He estado repasando los 2441 Lagunak y me he dado cuenta de que faltas tú, no sé a qué estás esperando : )

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