Somos lo que hacemos pero sobre todo,
somos lo que hacemos para cambiar lo que somos
Eduardo Galeano
Ando de peregrino este fin de semana, escribo este post desde el aeropuerto de Lisboa, camino de Montevideo, vía Sao Paulo. Me han invitado a la firma de un Consorcio de Innovación entre varias instituciones científico tecnológicas en Uruguay, que se va a celebrar este próximo jueves, un proyecto no muy distinto al que inició IK4 en Diciembre de 2004 (el año que viene cumplirá ya diez añitos, el tiempo vuela…).
Devuelvo así por fin la visita a Alberto Nieto, a quien tuve la fortuna de conocer en mi etapa de Innobasque. Alberto estaba por aquí recabando información para el libro que publicó en 2010, “El Sistema Vasco de Innovación. Un caso de estudio para Uruguay”, la verdad es que llegó a conocernos bien…
Los cinco años de cárcel y los diez años de exilio por defender sus ideas en la etapa de la dictadura, no pararon a este joven. Volvió a su país, y siendo Decano de la Facultad de Química de la Universidad de la República, puso las bases primero de una incubadora de empresas y después de la magnífica realidad que hoy es el Parque Científico Tecnológico de Pando (PCTP).
También podré devolver las visitas de Andrés Lalanne y Fernando Amestoy (el Presidente del Parque, que ha tenido la amabilidad de invitarme). Estuvieron también en Euskadi, interesados en entender las claves de nuestra transformación. Ya habrás visto esta semana las estadísticas de I+D del año 2012 que han publicado el INE y el EUSTAT para Euskadi. Fieles a la tradición, han dado dos valores distintos para el mismo indicador, algo que sin duda refuerza nuestra confianza en estas Estadísticas… Andaremos entre el 2,12% que nos da el EUSTAT, y el 2,19% que el INE dice que hemos invertido en 2012. Uruguay anda en el 0,4%, y por eso nos estudian, quieren recorrer el camino que nosotros hemos recorrido ya. A nosotros nos queda llegar al 3% en 2015, no deberíamos tampoco tirar muchos cohetes para celebrar que somos tuertos en país de ciegos…
Me consolará visitar a estas personas, más que ver las estadísticas. En cierto modo, vivimos vidas paralelas, entre la desesperación de ver lo lentos que son estos procesos de transformación, y la convicción de que nuestra esperanza y nuestro trabajo acabarán por abrir el camino. Siempre es agradable compartir este viaje un momento, compartir el camino, coger fuerzas para después seguir trabajando.
Para transformar, hay que hacerse un poco peregrino, parte del viaje va por fuera, y parte por dentro. Al final, siempre detrás de ideas un poco peregrinas, como la de que Euskadi será en 2030, el referente europeo en innovación, o que es posible que una Escuela de Negocios consiga formar personas que aprendan primero a transformarse ellas, para después poder transformar una economía y unas empresas para que estén al servicio de las personas…
Bueno, me llaman para el embarque, te tengo que dejar. Me pregunto qué viaje estarás haciendo tú, por qué te habrás parado un momento a hacerme compañía… Te la agradezco, y me gustaría devolverte esa compañía, al final es lo que da sentido a los viajes.
Como he visto un poco de cansancio asomado a tus ojos, antes de despedirnos, si me dejas, te doy un abrazo y te digo bajito al oído “Los viajes nunca acaban, hasta que llegan a su destino”.