Este miércoles, los últimos datos del Markit PMI no dejaban buenas noticias para Europa. Alemania sigue tirando del pelotón, pero Francia e Italia no va bien, y en conjunto del continente no acaba de remontar con decisión. España ahí anda, con un aprobado justito, flotando, que no es poco.
Ese mismo día, Olli Rehn, el Vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Economía y Política Monetaria, daba un discurso en el Parlamento, con el título de moda “The recovery of European Economy”. Más o menos vino a decir que lo estaban haciendo todo muy bien, y que estaban encantados de haberse conocido. Y que si Europa no acababa de despegar, ni tenía pinta de que vaya hacerlo en la próxima década, desde luego no era culpa suya.
El amigo Olli habló del I+D y la educación, como suelen hablar los políticos cuando quieren justificar que no van a invertir más:
“La investigación, la innovación y la educación son las bases del crecimiento sostenido, pero un mejor uso de los recursos públicos reclama que sean invertidos de la forma más eficiente posible, por ejemplo, asignando los recursos de forma competitiva“
Supongo que semejante destello de clarividencia habrá dejado ciegos a todos los europarlamentarios.
Una pena, porque no habrán podido leer entonces el post en Project Syndicate del Premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz “An Agenda to save the Euro”. Alto y claro, Stiglitz nos explica los motivos por los que Europa no acaba de remontar, y nos dice las cinco cosas que necesitamos urgentemente:
- Unión bancaria
- Mutualización de la deuda
- Política industrial
- Un banco central que no sólo se dedique a controlar la inflación, sino a impulsar el crecimiento, el empleo y la estabilidad financiera
- Reemplazar las políticas de austeridad con políticas de estímulo, incrementando la inversión en las personas, la tecnología y las infraestructuras
No puedo estar más de acuerdo con este joven, igual que estuve de acuerdo con su último libro “El precio de la desigualdad. El 1 % de población tiene lo que el 99 % necesita”. Por proteger los intereses de unos pocos, Europa está cometiendo un error histórico.
Está claro que la solución no vendrá de arriba, la esperanza de Europa está en sus ciudadanos y en los territorios que estén dispuestos a apostar contracorriente. En Euskadi ya lo hicimos cuando nadie creía en la política industrial. Aunque poco podemos hacer por la unión bancaria o la mutualización de la deuda, en cambio la política industrial, la apuesta por las personas y el conocimiento está en nuestras manos: no podemos flaquear, o caer en los discursos vacíos como el de Olli Rehn.
Os dejo con una cita de Madiba, que en Europa deberíamos recordar en estos tiempos oscuros.
“Una nación no debe juzgarse
por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición,
sino por cómo trata a los que tienen poco o nada.“
Nelson Mandela