Que lo primero que encuentres en Twitter el día de Año Nuevo por la mañana sea el pensamiento que os he dejado para estrenar este post, tiene su tema, estaréis de acuerdo conmigo : )
Otro hubiera incluido entre los propósitos de nuevo año el dejar de escribir este blog. Pero me acordé del artículo del HBR “Learning by Thinking:How Reflection Aids Performance“, que demostraba científicamente algo que antes otros, como John Dewey, habían ya intuido: “No aprendemos de la experiencia; aprendemos si reflexionamos sobre ella“. O como también decía Confucio:
“Hay tres formas de acceder a la sabiduría:
primero, por reflexión, que es la forma más noble,
segundo, por imitación, que es la forma más fácil.
tercero, por experiencia, que es la forma más amarga”
Así que para ser más sabios puedes elegir el camino de la amarga experiencia, pero también el de la noble reflexión. Dice el estudio de Harvard que citaba antes que si dedicasemos 15 minutos al día a escribir y reflexionar sobre las cosas que la vida nos enseña cada día, ganarímos un 23% de eficacia en nuestro aprendizaje. Ya decía Ignacio de Loyola que el examen de conciencia era la mejor forma de cuidar el alma, aunque nunca se lo publicaron en HBR : )
Por eso los jóvenes que impulsan la Campaign for Science and Engineering en UK, han dedicaron un ratillo a reflexionar sobre la estrategia de ciencia y tecnología que acaba de publicar el gobierno de Su Graciosa Majestad (Our plan for Growth: Science and Innovation”), y han llegado a estas nobles reflexiones:
“La estrategia plantea adecuadamente cinco retos: Excelencia, Colaboración, Agilidad, Competencia Global y Apertura. Nos gustaría proponer tres más: Estabilidad, Ambición y Resiliencia.
- Estabilidad – Para que las instituciones dedicadas al I+D puedan plantear estrategias a medio y largo plazo apoyadas en esquemas de financiación que no den bandazos cada año, o cada legislatura.
- Ambición – Para que el Reino Unido alcance en 10 años los niveles de inversión en I+D sobre PIB que tienen en este momento Alemania o USA.
- Resiliencia – Que se traduce en un principio sencillo ‘apoyar a los investigadores excelentes, en aquellos ámbitos en los que existan’. No hay que preocuparse tanto de si esos ámbitos están alineados con las prioridades de corto plazo.
Y terminan su post diciendo que van a seguir insistiendo hasta que consigan que les hagan caso en 10 puntos que para ellos son innegociables (el primero, es el de la ambición…).
Son reflexiones que comparto mucho con ellos, aquí cocemos parecidas habas. El País publicaba esta semana las conclusiones del debate “El apoyo a la investigación en España”, y van por el mismo camino, los dedos acaban en las mismas llagas. Al final, la gran excusa: la sociedad no ha interiorizado que este es un tema absolutamente estratégico (lo del twit de las campanas…)
No se puede negar esa amarga experiencia, la sociedad se cabrea y moviliza por muchas cosas, pero no porque la apuesta por el conocimiento o la educación sea tibia y poco ambiciosa.
Claro que nos queda la noble reflexión de qué podemos hacer, y yo llego una y otra vez a la misma conclusión: no hay otra que seguir insistiendo, trabajar sin descanso en crear una red de personas movilizadas que trabajen cada día por llevar este mensaje a la sociedad, hasta que acabe por calarla hasta los huesos: Sin conocimiento, no hay futuro.
También con los gobiernos habrá que insistir, a ver si se animan a adelantarse a la sociedad, para hacer apuestas de futuro (no tendríamos Guggenheim si algunos no hubiesen decidido apostar, a pesar del inexistente apoyo social). En esto tendré que seguir los consejos del de Loyola : )
“Hay que procurar conservar la amistad y benevolencia de los que gobiernan
y ganar a las personas de autoridad con humildad, modestia y buenos oficios.”
Ya tengo propositos para el nuevo año : )