¡Tropezar no es malo! ¡Y caer no es peor!
<div><a href="https://1.bp.blogspot.com/-d_u6yOtQ3Cc/Wux4C518w0I/AAAAAAAAKrQ/ibfh5ViJpykO9FHOgOORdqt3LJwvLiIhACLcBGAs/s1600/Piedra.JPG"><img border="0" height="204" src="https://1.bp.blogspot.com/-d_u6yOtQ3Cc/Wux4C518w0I/AAAAAAAAKrQ/ibfh5ViJpykO9FHOgOORdqt3LJwvLiIhACLcBGAs/s320/Piedra.JPG" width="320"></a></div><br><br><div align="center"><span><span>[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el </span><a href="http://www.blogseitb.com/inteligenciaemocional/2018/05/07/tropezar-no-es-malo-y-caer-no-es-peor/" target="_blank"><span>07.05.2018</span></a><span>]</span></span><p></p></div><div align="center"><span><span><br></span></span></div>El pasado 24 de abril di una charla para el AMPA de un colegio que llevaba por título el que encabeza esta entrada. El mensaje central de la misma fue que <strong>no hay que tener miedo al error, al fracaso, ya que es lo que nos hace crecer y fortalecernos</strong>. Hay que aprender de los errores y de la frustración que nos genera no conseguir algo a la primera o tras varios intentos. Así se trabaja la <a href="http://www.elpradopsicologos.es/blog/resiliencia-resilientes/" rel="noopener" target="_blank">resiliencia</a>, la capacidad de salir reforzado de las dificultades.<br><br><br>Preparando la charla me encontré con un <a href="https://elpais.com/elpais/2017/02/22/buenavida/1487752461_293320.html" rel="noopener" target="_blank">titular</a> que da qué pensar: <strong>“Si su hijo pertenece a la Generación F (de flojos), la culpa es de usted”</strong>. Muchas veces los padres y madres sobreprotegemos a nuestros hijos e hijas, queremos evitarles sufrimientos y lo que les estamos haciendo es impacientes, intolerantes, poco flexibles, tendentes a la radicalidad, con baja tolerancia a la frustración… Les mantenemos dentro de una burbuja de cuidados que es irreal y puede ser dañina. Lejos de prepararles para el mundo les hacemos creer que son tan especiales que son muy frágiles. Muchos se sienten y actúan como si fueran el ‘centro del universo’. Es muy buena una parodia que hay en la red de una <a href="https://www.youtube.com/watch?v=7w4acPrAJ8U" rel="noopener" target="_blank">entrevista de trabajo a una <em>millenial</em></a>.<br><br>En el portal <a href="http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/consejos-ensenar-tu-hijo-tolerar-frustracion" rel="noopener" target="_blank">Faros</a> dan algunas pautas que aquí releemos para desarrollar el hábito, la <strong>actitud</strong>, de tolerar la frustración que es como un músculo, se desarrolla con el ejercicio:<br><ul><li><strong>Dar ejemplo</strong>. Nuestros hijos e hijas aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos. Si nosotros actuamos con impaciencia o intolerancia ¿qué podemos esperar?</li><li><strong>No darles todo hecho</strong>. Muchas veces es más fácil y rápido darles las cosas hechas pero así no les dejamos aprender. A mí me suele gustar decir que no hay otra forma de aprender responsabilidad que en la práctica. Libertad y responsabilidad son las dos caras de la misma moneda.</li><li><strong>Educarles en la cultura del esfuerzo</strong>. Valoramos más aquello que nos ha supuesto un esfuerzo, aquello que hemos ‘sudado’. Cuando las cosas nos vienen dadas, ‘regaladas’, no siempre valoramos lo que suponen.</li><li><strong>No excusarles permanentemente</strong>. Recuerdo que cuando mis hijos eran más pequeños en más de una ocasión me han pedido que les hiciera un justificante por una falta o por una tarea no realizada. En eso he solido ser tajante: “No, es tu responsabilidad y eso supone que tú respondes de ello. Si no has hecho/ido, asume las consecuencias. Como dice la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Q1oFoR9wkkU" rel="noopener" target="_blank">canción</a>: Acción, reacción, repercusión”.</li><li><strong>No ceder ante sus rabietas</strong>. Ceder a una rabieta supone que el niño o niña te ha ganado la partida, y no es un buen aprendizaje sobre cómo se logran las cosas. No puedo evitar acordarme del genial anuncio de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=MWrcglO-PnM" rel="noopener" target="_blank">Vicks</a>…</li><li><strong>Marcarles objetivos realistas y razonables</strong>. Los logros van generando confianza y seguridad en uno mismo. Por eso es importante que fijemos objetivos adaptados a la capacidad y madurez de nuestros hijos e hijas.</li><li><strong>Convertir la frustración en aprendizaje</strong>. No hay emociones buenas o malas, todas nos dan una información importante para nuestro aprendizaje y crecimiento.</li><li><strong>Enseñarles a ser perseverantes</strong>. La perseverancia es una gran virtud que forja carácter. Yo tengo una lema para mí que da nombre a mi blog personal, “Querer es Poder, Creer es crear”. Hay que tropezar y levantarse muchas veces para hacer algunos aprendizajes fundamentales.</li><li><strong>Enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca</strong>. La clave de la inteligencia emocional, parafraseando a Mayer y Salovey, está en Identificar, Comprender, Usar y Regular las emociones propias y ajenas.</li><li><strong>Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda</strong>. Es muy bueno hacer las cosas por uno mismo, ser autónomo; pero también es muy importante saber cuándo pedir ayuda porque nosotros solos no podemos enfrentar una situación o problema.</li><li><strong>Enseñarle técnicas de relajación</strong>. Saber acallar el cuerpo y la mente es de gran ayuda cuando nos encontramos ante una situación adversa. Nos ayuda a pensar y actuar con mucha más claridad y serenidad.</li></ul>Como educadores el gran legado que podemos dejar a nuestros hijos e hijas son <strong>raíces y alas</strong>. Nuestro amor incondicional y los valores que les transmitamos les servirán de ancla pero sin expandir sus alas no podrán seguir su propio camino.<br><br>Para terminar un <strong>extracto de una conferencia de Carles Capdevilla en el que nos habla de Educar</strong> con cinco sentidos (1. Sentido común; 2. Sentido del ridículo; 3. Sentido del deber / responsabilidad; 4. Sentido moral y 5. Sentido del humor).<br><br><div></div><br><br>