“Hay que ser zorro para conocer las trampas
y león para espantar a los lobos.“
Maquiavelo, El Príncipe
En uno de los capítulos más maquiavélicos del Príncipe (el XVIII “De qué modo los Príncipes deben cumplir sus promesas”) el florentino recomienda una combinación de la astucia del zorro, y de la fuerza del león para que el líder pueda vencer a sus adversarios.
Un interesante artículo en Project Syndicate “Do we want Powerful Leaders?” sobre el poder absoluto de los líderes en este Siglo XXI, me ha hecho pensar en que quizá los ciudadanos debamos leer a Maquiavelo al revés, y aprender a construir trampas más sofisticadas, y a adiestrar a nuestros lobos para que no se asusten por el rugido del león.
Putin en Rusia, Xi Jinping en China, Erdogan en Turquía. El auge de Trump en USA, y de piopulismos en Europa…El G20 se va oscureciendo por momentos…
Hablamos cada vez más de la necesidad de avanzar en liderazgos participativos, y sin embargo varios de los iconos del poder emergente en este Siglo parecen haber estudiado sus lecciones hace 500 años (El Príncipe se escribió en 1513)… Ya advertía Maquiavelo que gran parte de las lecciones del libro son atemporales, son fruto de entender una naturaleza humana que ha cambiado muy poco en la Historia…
El autor del artículo que citaba antes en Project Syndicate (Presidente del US National Intelligence Council, para más señas), termina su artículo expresando su deseo de que en las democracias avanzadas funcionen los mecanismos que hemos creado para limitar el poder absoluto, para obligar al líder a buscar equilibrios de poder incluso cuando ostenta una posición de mayoría absoluta. Expresa este deseo con alguna duda, sin demasiada confianza, me ha parecido leer entre líneas.
Y es que los mecanismos no valen para nada, si la sociedad que tiene que activarlos está dormida.
En una época de líderes que buscan el poder absoluto con la determinación del león y la astucia del zorro, con el cinismo y el uso viciado de las virtudes que Maquiavelo recomienda, solo una sociedad de lobos despiertos podrá poner límites a liderazgos enfermizos que nos asomarían al abismo, como tantas veces ha pasado ya en la Historia.
Nos toca este mes votar a los aprendices de leones y zorros que habitan por estos lares. No sé si tranquilizan las quinielas, al parecer la fortuna evitará que alguno de ellos pueda alcanzar el poder absoluto. Porque con la experiencia de cómo han gestionado el poder relativo (o más bien, cómo han sido incapaces de gestionarlo), a uno le queda la duda de lo que pueda venir estos próximos años…
Haríamos bien, me parece, en despertar nuestros lobos. Haríamos bien en vertebrar una sociedad civil informada, atenta, comprometida, exigente con aquellas personas que tienen la responsabilidad de servirnos.
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Bonus Track
Puestos en citas de Project Syndicate, dos interesantes esta semana sobre lo que está ocurriendo en la economía global:
- Nouriel Roubini da nuevas muestras del despiste de los economistas para explicar el estancamiento de la productividad a pesar de los avances tecnológicos,
- y Michael Spence reflexiona sobre los retos del crecimiento de los países emergentes.
Ninguna novedad, nadie cuestiona el diagnóstico de una década de lento crecimiento que nos espera…