A simple vista parece una respuesta bastante obvia: las rosas suelen ser rojas como los tomates, o como la sangre; las margaritas son blancas, como la nieve que pocas veces vemos en Bilbao; y algunas flores silvestres pueden ser azules, como el color del mar que inunda nuestra costa. Pero, ¿cómo los describirías si nunca…
Autor: Natalia Contreras Salinas
Estudiante de ADE+PDD en la DBS | Mención en Marketing