Entrevista: El alma del mundo
por Iñaki Carmona
Preséntese usted: ¿Quién es Andrés Ortiz-Osés el hombre?
Soy un pobre hombre, como todos, pero que lo sabe: soy un hombre abierto: abierto en canal y, por tanto, capacitado para ver más que otros desde esa apertura radical.
Soy una víctima de un terrorismo acallado o sobreseído por algunos voceros: mi padre fue asesinado en mi niñez por el terrorismo de izquierdas (por cierto tan fanático como el de derechas).
He sido un niño huérfano que tuvo que despabilarse culturalmente no sólo para ganarse la vida, sino para paliar o suturar la herida de estar en este absurdo mundo y de ser un raro animal humanoide.
El conocimiento implica re-conocimiento; cuales son sus referencias: ¿Jung, Unamuno, Heidegger…?
Laotsé y Sócrates, Heráclito y Nicolás de Cusa, Nietzsche y Heidegger, Cassirer y Eranos, Ortega, Unamuno y Amor Ruibal…, pero también la mitología y el simbolismo, la Gnosis y la religión, la semiología y el estructuralismo.., pero sobre todo la experiencia sutil de la existencia.
Usted forma parte de una elite intelectual y transcultural que se enuclea en torno al llamado “Circulo Eranos”, una organización interdisciplinar de análisis multicultural científico y filosófico promovida por el suizo C.G.Jung, el alemán Rudolf Otto y la teósofa anglo-holandesa Olga Fröbe-Kapteyn. De este Círculo han formado parte entre otros figuras de la talla de Henri Corbin , Gilbert Durand, Mircea Eliade , Joseph Campbell , Hayao Hawai , Karl Kerényi , Lauren Van Der Post , Gershom Scholem , D. T. Suzuki o Heinrich Zimmer . Su sede permanente se sitúa en Suiza : ¿Qué es y que actividades desarrolla este circulo de excelencia?
Se trata de un impresionante grupo de sabios o más bien sapientes, que buscan la sabiduría a través de la tradición sapiencial, pero en contacto con la filosofía y las ciencias contemporáneas. La clave está en organizar una cierta síntesis, tratando de proyectar el sentido del universo simbólicamente.
La sede central está al sur de Suiza, en Ascona-Moscia, junto al Lago Mayor. Las conferencias de Eranos han tenido lugar en la segunda quincena de Agosto, y se abordan cuestiones fundamentales que luego se recogen y editan en un Anuario trilingüe (inglés, francés, alemán). La edad de oro de Eranos es de 1933 hasta 1988. En 1988 el Círculo originario se disuelve, aunque continúa vigente siquiera de una forma no tan áurea o brillante, aunque algunas figuras como J. Hillman continúan y los grandes nombres como Jung o Kerényi han dado paso a otros como G. Steiner o Prigogine.
Usted ha editado a través de la editorial Antrophos tres volúmenes traducidos al castellano que recogen parte de los ensayos y ponencias que se han desarrollado hasta el momento. ¿Está programada alguna novedad editorial que actualice contenidos relacionados con el Circulo Eranos?
Pues sí, en efecto, la editorial Anthropos está preparando mi libro “Las estructuras simbólicas del mundo. Hermenéutica de Eranos”, editado por Luis Garagalza, con un proemio de E. Trías, y un Epílogo del gran Gilbert Durand, a quien conocí en Eranos. Se trata de actualizar tanto la Revista Anthropos dedicada al Círculo que publicamos, como el Suplemento Anthropos también publicado y dedicado a Eranos. Estoy esperando la publicación próxima del libro para poder presentarlo en Eranos, algún eranosiano está interesados en su traducción.
Sabe, cuando supe de la existencia del círculo Eranos me vino a la cabeza inmediatamente el fenómeno emancipador auspiciado por el colegio invisible a través de la “Royal Society”. Incluso el propio término de “Eranos” en su traducción del griego tiene que ver con la significación esotérica, fraterna, y ritual del “ágape”. ¿Habida cuenta de todas estas connotaciones abiertamente masónicas, puede deducirse una relación directa o indirecta con la Orden Masónica y/o Teosófica ?
La fundadora holandesa del Círculo Eranos ha sido Olga Fröbe-Kapteyn, sin duda situada entre la psicología analítica de C.G.Jung, la fenomenología de la religión de R. Otto y la teosofía y la antroposofía de inspiración oriental. No hay que olvidar, por otra parte, que Eranos nace en el famoso pueblo turístico de Ascona, caracterizado por haber mantenido a principios del siglo XX una especie de comuna o comunidad de artistas e intelectuales influidos por dichos movimientos esotéricos, así como por la visión matriarcal del mundo inaugurada por J.J.Bachofen y recogida a su modo por el dionisismo de Nietzsche.
Por lo que respecta a la masonería, el propio Eranos tiene algo de iniciación masónica de carácter simbólico. Por otra parte, también hay obvios vínculos de algunos miembros del Círculo Eranos con la masonería, así por ejemplo el propio G. Durand es un antropólogo académico, cuya simbología dialoga tanto con fuentes orientales como teosóficas y masónicas.
Yo mismo sin ir más lejos, mantengo un fructífero diálogo cultural con la masonería simbólica de Javier Otaola y socios.
El objetivo original del Circulo Eranos era explorar los vínculos entre el pensamiento de Oriente y Occidente: ¿Puede decirse que a tenor de los desconcertantes descubrimientos en el ámbito de la física subatómica y sus puntos de convergencia con una visión espiritualista de la materia y la experiencia, que es característica de las escuelas místicas orientales, el Circulo Eranos trata de reconfigurar el aparente sinsentido de la realidad?
Sí, creo que esta formulación es válida. En Eranos han participado físicos y científicos como Schrödinger y Prigogine, antropólogos como A. Portmann y H. Plessner, psicólogos como Jung y E. Neumann, mitólogos como J. Campbell y M. Eliade, simbólogos como Scholem y Zimmer, filósofos como M. Buber y P. Hadot, historiadores como H. Corbin y Massignon, teólogos como H. Rahner y Danielou…
Ahora bien, por lo que respecta a la pregunta, está claro que la física actual (cuántica) ha trastocado nuestra visión de la realidad hasta revisionarla como “surrealidad”. Una realidad surreal de la que ya no podemos hablar clásica o conceptualmente, pero tampoco cósicamente. En la física contemporánea la realidad es “mathesis encarnada”, matemática accidentada o contingenciada, lo que podría traducirse como espíritu enmaterializado. De una tal realidad surreal ya no puede hablarse extremosamente como puramente espiritual o meramente material, sino acaso como “alma”: el alma sería el secreto del universo, en cuanto el alma mienta la interioridad de la exterioridad y el encuentro de los contrarios.
Usted es la cabeza de puente con el circulo Eranos en España. Supongo que el debatir y participar en los trabajos de una escuela de pensamiento conformada por los más preclaros intelectuales de todas las disciplinas le procurará una información… llamémosle… “privilegiada”. ¿Cómo ve el mundo y el progreso de la ciencia a corto, medio y largo plazo?
Eranos me ha enseñado a tener una visión anímica o animada del mundo, una especie de nuevo animismo que resucita la antigua-nueva visión del “alma del mundo”. El alma es lo anímico que podemos llamar posjungianamente “psicoide”, y el alma se define filosóficamente como mediación de espíritu y cuerpo. Tanto Jung como Heidegger conciben el núcleo de la realidad de modo medial y anímico: para el primero la clave de la realidad es el sí-mismo (Atman, Autos, Ipse, Selbst, Self), para el segundo la clave de la realidad es el ser a modo de trascendencia inmanente (sentido de implicación).
A partir de Eranos, y por mi propia cuenta, he aprendido que en realidad el denominado materialismo es un espiritualismo camuflado, ya que diviniza la materia. En el otro extremo, el denominado espiritualismo recae en un materialismo, ya que suele interpretar lo espiritual cuasi cósica o entitativamente. Por eso no soy espiritualista ni materialista, sino animista (en sentido simbólico y no literal).
Internet se ha postulado virtualmente como un imaginario de Dios. ¿Qué opina usted de la red de redes como meta sistema?
Yo mismo he denominado internet como el imaginario de Dios, el alma simbólica del mundo, aunque se trata de un imaginario divino atravesado por el diablo y el caos. Podemos simbolizar a Dios tradicionalmente como el Logos, pero en la visión actual un tal logos está atravesado por la pulsión de un cierto demonio (lo demónico). La ambivalencia cohabita así internet, porque la ambivalencia es la signatura de lo real en su realidad, surrealidad o irrealidad.
El cambio de internet resulta vertiginoso: por una parte resulta lógico pero también erótico, democrático y unidiversal, pero por otra parte resulta superficial y deletéreo, por eso lleva a la disipación mental.
Por lo que respecta a nuestra temática, creo que internet verifica lo que decíamos desde la física, que la realidad ya no es cósica o entitativa, sino surreal o transreal, virtual aunque no necesariamente virtuosa, relacional y ya no sustancial, simbólica y ya no literal.
Yo diría que la interred o red de redes demuestra que la realidad es relación y lo real relacional, de modo que internet muestra la relacionalidad simbólica de nuestro nuevo mundo global, la interrelacionalidad omnímoda. Así que en una perspectiva exterior, internet sería nuestro metalenguaje o recurso, pero desde nuestra propia perspectiva interior es nuestro interlenguaje en la época de la técnica digital.
El auténtico peligro de internet está en que recaiga en una red abstracta o abstraccionista, meramente técnica o instrumental, en lugar de integrar el simbolismo y la comunicación humana, aparcando la relación y la vivencia interhumana. La cual encuentra su protolenguaje o lenguaje matricial en nuestro lenguaje ordinario, en la lengua materna, en el apalabramiento radical del mundo de signo esperiencial y simbólico.
Pienso al respecto que la gran crisis de nuestro tiempo es la asimbolia, la desimbolización inhumana del mundo en nombre de signos meramente flotantes y funcionales, abstractoides.
¿Qué es la Hermenéutica desde un punto de vista humanista e interrelacional?
La Hermenéutica es precisamente la recuperación del relacionismo simbólico propio del hombre, relacionismo simbólico que plantea la cuestión del sentido humano y no del mero significado. La hermenéutica realiza la crítica del extremismo espiritualista o materialista y la asunción del medialismo, lo medial, la mediación, la cual está en la relación y no en la irrelación, en la comunicación y no en la incomunicación, en el diálogo y no en la imposición.
Por eso el dios de la hermenéutica es Hermes, el dios del lenguaje y la mediación, un dios también presente en todo auténtico ritual iniciático, sea oriental u occidental, teosófico o antroposófico, ilustrado o romántico, religioso o secular, sacerdotal o masónico, por cuanto media este mundo y el trasmundo, la vida y la muerte, la inmanencia y la trascendencia.
Su visión androgínica de la realidad se enmarca dentro de un positivismo simbólico. ¿Puede entenderse como un golpe de mano contra el arque-símbolo preponderante del “patriarcado? De otra parte: ¿Por qué esta tan presente en su obra creativa el arquetipo de la Diosa madre?
Sí, en efecto, lo matriarcal tan presente en mi pensamiento simbólico pretende deconstruir el patriarcalismo (autoritario), hasta lograr la mediación androgínica de lo matriarcal y lo patriarcal en lo filial o fratriarcal. El hijo es la síntesis del padre y de la madre, el cual funda como hermano la hermandad o fraternidad primigenia, que da fundamento simbólico a la democracia.
Podemos distinguir un trasfondo mitológico matriarcal (preindoeuropeo), un fondo mitológico patriarcal (indoeuropeo y semita) y una emergencia simbólica filial y fratriarcal (representada por el dios griego Hermes, así como por el cristianismo originario). Por eso la democracia es el cruce del Hermes heleno y del Hermes cristiano (Cristo), un cruce que funda también la cultura creadora del Renacimiento.
Respecto a mi visión matriarcal, sin duda subyace la compresencia de mi estupenda madre navarra (que me dejó doblemente huérfano en plena adolescencia), la cual me posibilita la investigación de la mitología y simbología vasca prototípicamente matriarcal. Tuve ocasión de hablar largamente con Mircea Eliade en Eranos al respecto, quien asintió mi teoría matriarcal.
El concepto de “espíritu” es una disposición primitiva que ha perdido su característica original con la sola excepción del campo religioso; sin embargo usted habla de un nuevo animismo…
Sí, ya he dicho antes que espiritualismo y materialismo serían dos abstracciones extremas de una realidad que se unifica en el hombre. El hombre como síntesis de lo real es espíritu y materia, espíritu encarnado, así pues, alma. Lo típicamente espiritual sería divino o angélico, lo típicamente material sería animalesco, pero lo típicamente anímico es el hombre, el cual se define como alma: espíritu incorporado o encorporalizado o, recíprocamente, cuerpo espiritualizado.
¿El alma es el hábitat o el habitáculo del espíritu?
El alma es la mediación del cuerpo y del espíritu. Defiendo por ello una especie de animismo (simbólico), frente al puro espiritualismo y al mero materialismo. La verificación del alma y de lo anímico que podemos llamar psicoide es el propio hombre.
Vasabandu (monje budista del siglo IV) anticipó que no hay dualidad entre objeto y sujeto (Teoría de la percepción), que lo unico real es el acto cognitivo que involucra al mundo en dicho acto. Por otra parte el budismo no concibe que el conocimiento sea del todo originario de nuestro cerebro. ¿De dónde proviene ese conocimiento: tiene que ver con lo expresado en términos de la física moderna por David Bohm como “percepción directa consciente “ ?
Frente a la dualidad, el hinduismo habla de “advaita”, un término que podemos traducir como dualitud, es decir, de dualidad coimplicada. Yo mismo hablo de coimplicación de los contrarios, así como de dualéctica de los opuestos. Una tal coimplicación o dualéctica está pensada frente a todo dualismo (esquizoide o maniqueo), pero también frente a todo monismo (más o menos panteísta). El ejemplo es el hombre, el cual no es dos elementos (espíritu y materia), pero tampoco uno de ellos (espiritual o material): el hombre es dos en uno, la relación de cuerpo y espíritu, dualitud unificada, alma medial de espíritu y materia, un ser cuerpoalmado, y no desalmado.
Respecto a la captación del sentido del ser como coimplicación de contrarios, yo la llevaría a cabo no a través de la pura intelección espiritual o abstractoide (clásica), tampoco a través del mero análisis atómico material (moderno): ni siquiera a través de la intuición simple o tradicional, sino a través de una intuición simbólica que es la intuición sintética, dualéctica o coimplicativa de los contrarios contractos y de los opuestos compuestos (yo retomo un término medieval y la llamo “contuición” o intuición doble o dúplice, por contraste y no por simplificación, abstracción o reducción)
Los esenios vencían las malas pasiones transmutándolas en afecto y bondad. Detrás de esta postura esta el viejo axioma iniciatico de “montar guardia en los portales del hombre”. No obstante la asunción de los contrarios esta muy presente en toda su obra:
¿Usted cree que el hombre que nunca descendió a las “cuevas inferiores” de la “suprema tentadora” jamás podrá emprender los misterios del yo espiritual?
Sí en efecto, yo creo que el gran error de nuestro mundo está en que buscamos lo positivo, sea el bien, la verdad o el sentido, de un modo simple o simplista, por la vía recta y no la oblicua. Pero el mundo es un laberinto, y para poder acceder arriba hay que asumir lo bajo, para poder salir hay que saber entrar. No hay ascensión sin previa descensión (nemo ascendit, nisi qui descendit), como he podido comentarlo con Raimon Panikkar.
Sin embargo, yo añadiría, y siempre se lo añadía al amigo Panikkar, que la descensión pertenece lógicamente a la ascensión no solo de un modo precedente sino subsecuente. Por eso la vida dice subir y bajar, ascender y descender, de aquí la importancia que le otorgo al problema radical del mal, el cual no puede superarse sino supurarse, no puede eliminarse sino sublimarse de abajo arriba inmanantemente (pero no de arriba abajo, deductiva o trascendentemente).
En esta cuestión crucial estoy tocado por la Gnosis y el pensamiento gnóstico, y esto me diferencia del misticismo de Panikkar pero también del antimisticismo agnóstico. A diferencia del agnóstico que no cree en la nada, el gnóstico cree en la nada porque la experimenta como contrapunto negativo del ser, tal y como lo hace hoy la ciencia física, pero también como condición coimplicante del ser. Esto significa que hay ser y nada, dualécticamente, y que la vida proyecta un horizonte de positividad, pero contrapunteado por la negatividad a modo de sombra ineludible.
El amor está plenamente vigente en su biobibliografía: ¿Es una locura inducida por un Dios Caos-mico?
Realmente veo que me has captado muy bien, al menos en este punto central. En mi filosofía proyecto simbólicamente un Dios-amor, el cual resultaría ser un ser caósmico, mezcla de caos y orden, luz y sombra, positividad y sufrimiento. Creo que el universo es una especie de “eucatástrofe” o catástrofe arreglada, o sea, un caos articulado, un caosmos. A partir de la ciencia física y biológica parece como si el cosmos y la vida se expandieran en un horizonte abierto, pero a costas/costes de la entropía, el mal y la muerte.
¿Sus muchos conocimientos e introspecciones sobre los misterios insondables del ser le han salvado del miedo a la muerte?
La filosofía simbólica o sapiencial me ha enseñado con la edad a perder el miedo a la muerte, pero también me ha enseñado a ser cauto en la vida hasta el final, así como a temer el morir. Temo como toda persona lúcida el morir malamente, pero no a la muerte, que me aparece como el descanso eterno y la paz perpetua. En este sentido hay un final feliz, siquiera a través de la infelicidad mortal, llámese contingencia o enfermedad.
Pienso al respecto que el hombre todavía no ha asumido la vida y la existencia porque no ha sabido aún asumir la muerte y la mortalidad. El hombre es un animal mortal: esta es la clave de la auténtica conciencia humana del hombre. Pero la inconsciencia humana proyecta una idea heroica del hombre como futuro superman o bien como animal inmortal (ridículo).
Seamos prosaicos: ¿Cree en la vida después de la vida sin meternos en soluciones poliédricas?
Bueno, la propia vida es poliédrica, quizás porque es una solución poliédrica a la simple materia (incluso esta misma resulta poliédrica).
Pero te contesto abiertamente: creo en la vida antes y después de la vida, creo en la vida como un contínuum metamorfósico contrapunteado por un distontínuum aniquilador o nihilista, devastador y finiquitador. Así que creo en el ser y en la nada, pero no por separado, sino coimplicados: pues no hay ser o nada, sino ser-nada y nada-ser, el ser como ahuecado por la nada y la nada como albergadora del ser (esta es mi traducción filosófica del big-bang).
Para terminar le voy a plantear una cuestión irreverente, y no me salga con aquello de la pluralidad de los mundos habitados desde concepciones neoplatónicas y cosas así:¿Cree en otras formas de vida en el multiverso, obviamente de origen extraterrestre o que formen parte de otras dimensiones?
Creo en otras formas de vida, probablemente en nuestro propio universo descomunal, pero puede haber también vida en otras dimensiones del multiverso.
En este momento histórico estamos instalados mentalmente entre lo indefinidamente pequeño y lo indefinidamente grande, entre nuestra propia existencia cautiva en la tierra y otras existencias cautivas de su propio mundo, atmósfera o hábitat.
La imagen más interesante de la nueva cosmovisión es la de un universo que se expande y proyecta a costes/costas de su impansión o retracción. Por eso pienso que la noción que mejor cuadra a este cuadro cosmológico es la de la “progreregresión”: el universo y la realidad omnímoda, el cosmos y el mundo del hombre parece que progresan regrediendo o avanzan retrocediendo, que crea vida a costas de su muerte y se inflama a costes de su inflación que acaba en deflación…
Algo por lo demás que nos confirma la experiencia profunda de la vida y de la muerte, del bien y del mal, de lo divino y lo demónico, del amor y del desamor, de lo positivo y de lo negativo. Esperamos/esperemos que lo positivo acoja a lo negativo como la luz a las tinieblas para su sublimación. O bien que lo negativo se abra a lo positivo como las tinieblas a la luz para su trasfiguración.