Manifiesto del Sentido
Manifiesto del Sentido
Andrés Ortiz-Osés
(Preámbulo) Este breve Manifiesto a favor del Sentido recapitula nuestra (re)visión del mundo, al tiempo que surge en el contexto de drásticos contrastes y conflictos contemporáneos: entre norte y sur, este y oeste, centro y periferia, sedentarios y nómadas-inmigrantes, civilidad y religión, identidad y diferencia, globalización y localización, razón y afección, verdad y exclusión, posesión y marginación, poder e impotencia. El Manifiesto plantea el conflicto y trata de remediar este peligroso dualismo proyectando una teoría y práctica del Sentido: una Ética del Sentido basada en una filosofía de la doble implicación, la coimplicación de las cosas en un mundo común y la coimplicidad de los hombres en una misma humanidad.
- Partimos de que este mundo no tiene solución plena ni remedio completo: pero sí cierta consolación y remedo transversal asumiendo precisamente la confinitud del propio mundo.
- A tal fin nos manifestamos a favor de un positivismo simbólico, el cual implica un posibilismo real en la vida y existencia interhumana en pro del Sentido.
- Este positivismo simbólico o posibilismo real tiene como categoría clave la Apertura en lo individual y lo político, en lo social y lo religioso, en lo cultural e ideológico.
- La Apertura funciona como coimplicación de diversos y opuestos para su mediación y remediación dialógica: pluralismo intercultural a la búsqueda de un Ecumenismo intelectual.
- El baremo de tal (re)mediación no es la razón pura o puritana ni la verdad abstracta o global sino el sentido consentido.
- El Sentido es la verdad encarnada, la razón humanada, el logos afectivo: el cual no se basa en el mero consenso abstracto sino en el consentimiento interrelacional.
- Un tal consentimiento encuentra su proyecto en una democracia no globalizadora sino coimplicadora, fundada en la complicidad humana y la compartición de un mundo interhumano.
- Ello sólo es factible si el Sentido es capaz de asumir el sinsentido y reconfigurarlo humanamente: tarea propia de un Humanismo antiheroico que proyecte una trascendencia implicada en la realización de lo real, abierto a su otredad radical simbolizada por la surrealidad.
- La surrealidad de lo real no remite al ser sino a la potencia virtual, la cual mienta la virtualidad de la vida más allá/más acá de la muerte como trascendencia inmanente (significada por la Interred o Retícula del universo).
- Esta Red o Retícula es el nombre posmoderno de la antigua Alma del mundo: Alma que se sitúa estratégicamente entre los opuestos representados por el cuerpo animalesco y el espíritu cuasi divino.
- De esta guisa, la especificidad del mundo humano está consignificada por el Alma como correlación y mediación de inmanencia y trascendencia, materia y espíritu: pues el Alma es Espíritu encarnado y Cuerpo espiritualizado.
- Ahora bien, el Alma es el hábitat o habitáculo del Sentido: la aferencia o afección del Sentido situado/sitiado entre la razón o verdad eterna y la caducidad de lo sensible.
- Este Manifiesto del Sentido concluye en manifestación a favor de un nuevo Animismo, el cual se diferencia tanto del viejo materialismo como del viejo espiritualismo.
- El nuevo Animismo es cultivo del Alma en cuanto especificidad humana, redefinida por la coimplicación de los contrarios representados ahora psicológicamente por el ánima (femenina) y el ánimo (masculino).
- La última figura que se perfila es entonces la androginia simbólica: la dualéctica generalizada de los contrarios y la coimplicación universal/unidiversal de los opuestos: compuestos.
(Conclusión abierta) Para no recaer en un nuevo dualismo entre la razón o la verdad (objetivas o abstractas) y el sentido o los sentidos (concretos o subjetivos), proponemos hablar hermenéuticamente de la razón-sentido y la verdad-sentido, ya no como absolutas pero tampoco como relativistas, sino como categorías relacionales de carácter objetivo-subjetivo o lingüístico: interpretaciones o dicciones humanas (intersubjetivas) de nuestra condición mundana o real (interobjetiva). En donde el animismo simbólico comparece como relacionismo real, configurando así un coimplicacionismo ontosimbólico.
Nota bibliográfica: Varios, Claves de Hermenéutica (Universidad de Deusto, Bilbao 2005); G. Vattimo y S. Zabala, en: Diccionario de la existencia (Anthropos, Barcelona, otoño 2006); A. Ortiz-Osés, Amor y sentido (Anthropos, Barcelona 2004); idem, Razón y sentido. Aufsätze zur symbolischen Hermeneutik der Kultur (Filos Verlag, Erlangen 2006).