Muy estimado don Fernando:
Le escribo de Don porque es usted un don inapreciable, un don sin dominio, un Dómine sin condominio.
Su obra pone toda ortodoxia y toda heterodoxia ortodoxa “patas arriba”, lo que es bien propio de su “patafísica”.
Su talante configura una panfilosofía o filosofía pánica presidida por Pany su pánico naturalista y abierto.
Su figura es la figuración y la configuración de una realidad surrealizada y de un idealismo fementido.
Su actitud desmitologizadora abre la tapa de los sesos y remitologizael sexo en sexualidad polimorfa.
Sus arrabalescos y arrabalerías son arrebolerías que enrojecen solarmente el pálido pensamiento nebuloso.
La ausencia del Padre en su vida y la compresencia de la Madre han precipitado un espíritu fraterno de Fraternidad unidiversal.
Su mera presencia incluso ausente inspira un ámbito simbólico de libertad y de imaginación activa (pero no reactiva).
Sin embargo, por encima de todo usted encarna y personifica el alma “anarcoidal/anarcordial” basada en la bonhomía y la bondad.
Por todo ello le doy carta blanca para que usted siga haciendo de las suyas, o sea, de las nuestras humanamente.
Arrabal me pone surreal.
Suyo afectísimo que besa su mano,
AOO, episcopus nullius.
Comentarios desactivados en Carta blanca a Fernando Arrabal
El día que me muera se acabará la historia
se acabará el combate de un hombre con su dios.
La gente dirá muda era un tipo curioso
que paseaba solo al brazo con su almario
preguntándose quedo por qué, por qué, por qué.
Hoy ya tiene respuesta a su fiel impaciencia
al verse ya cumplido su sueño de descanso.
El día que me muera que doblen las campanas
en un silencio incruento por el hombre que fue
por fin a su destino a su destino al fin.
El día que me muera se acabará la historia
esta historia de amor que trunca se quedó.
El día que me muera comenzará otra historia
una historia de humor que junte lo truncado.
El día que me muera entonces me querrás:
el día que me muera el día que me quieras
sabrás cuánto he querido sabrás lo que es amor.
Comentarios desactivados en El día que me muera (poema-tango)
por Javier Martínez Contreras
En las universidades suele ser costumbre –quizá no tanto en nuestro país– ofrecer un texto de homenaje al profesor que se retira tras una larga trayectoria fructífera y valorada por la comunidad científica y académica. El volumen que nos ocupa es precisamente un buen exponente de este género. No se trata tanto de una loa más o menos encubierta, sino de dar cuenta en lo posible de la aportación de una vida académica dedicada a la investigación y la enseñanza con el rigor y la seriedad que la ocasión merece. El profesor y filósofo Andrés Ortiz-Osés se jubiló hace ya dos años, y con tal motivo, eminentes representantes de las ciencias humanas (G. Durand, G. Vattimo, J.L. Aranguren, J. Grondin, E. Trías, etc..) acompañan en este volumen al que es considerado como iniciador de la hermenéutica simbólica y, en el momento de la aparición del libro, catedrático emérito de la Universidad de Deusto. Reune un elenco de textos escogidos de los maestros, colegas y discípulos de este filósofo, coordinados por Luis Garagalza, profesor de la Universidad del País Vasco.
[Leer más]
Comentarios desactivados en Filosofía, Hermenéutica y Cultura. Homenaje a Andrés Ortiz-Osés
Como Dios ha muerto hace ya algunas décadas, aunque algunos aún no se han enterado y por ello aún no lo han enterrado, un nuevo libro titulado “Después de la muerte de Dios” trata de celebrar las exequias divinas y exponer la situación humana tras semejante catástrofe ontológica. La catástrofe es drástica porque la muerte de Dios conlleva la muerte de la religión tradicional, pero también la muerte del mundo y del hombre tradicional. Se iniciaría una época posreligiosa y poscristiandad, al menos en el ámbito occidental, que es el ámbito cultural propio de la muerte de Dios. En efecto, el cristianismo proclama la muerte de Dios en Jesús, una proclamación antigua de la que habría tomado finalmente conciencia crítica la posmodernidad. (more…)
Comentarios desactivados en La muerte de Dios
A veces me gustaría que mi escritura fuera invisible: para evitar la alcahuetería visible. Quizá late un deseo de mayor transparencia para las cosas, dotándolas de significación al trasponerlas y escriturarlas. Pues la clave de la vida está en dotarlas de sentido y valor, de donde nuestro propio deseo de valer: La importancia o prestigio propio de la vida no sólo en su significado funcional (status) sino simbólico –la estancia existencial–.
(De Interludio: Razones afectivas, #36)
Comentarios desactivados en Alcahuetería visible
(Preámbulo: Cosmología simbólica)
La cuestión del sentido de la vida suele plantearse a un nivel más filosófico o subjetivo que objetivo o científico, a modo de pregunta radical por la existencia. Pero el enigma de la existencia tiene unos parámetros que desbordan la experiencia inmediata del hombre en el mundo, hasta proyectarse como enigma del universo, su aparición y funcionamiento físico-químico o biológico. De esta forma traspasamos el umbral de la filosofía y las ciencias humanas para asomarnos siquiera cautelosamente al ámbito de la ciencia.
Esta salida de la filosofía a la ciencia nos produce hoy auténtico vértigo, ya que abandonamos nuestra escala humana para realizar una escalada mental que nos lleva a lo increíblemente mayúsculo (macroscópico o cósmico) y a lo increíblemente minúsculo (microscópico o atómico).
[Leer más]
Comentarios desactivados en Hermenéutica cosmológica: Un mundo problemático
Este año el ayuntamiento de mi pueblo natal Tardienta (Huesca) me concedió el honor de leer el pregón de fiestas:
Nuestra patrona es una virgen y mártir de época incierta, ubicada en Galicia o en Aquitania, el sur francés provenzal y trovadoresco en el que se pasará del matrimonio pagano por dinero al matrimonio cristiano por amor, lo que conlleva una cierta liberación de la mujer convertida en auténtica dama. He aquí que santa Quiteria, convertida al cristianismo, se enfrenta según la tradición tanto a su padre, un déspota pagano que pretendía casarla con un rico pretendiente, como a este mismo pretendiente asimismo pagano. Frente a estas dos figuras patriarcales, la santa afirma su independencia casi feminista, viviendo a su aire libre y pobremente, hasta que la doble conspiración del padre y del pretendiente acaban con su vida, en lo que es una especie de “violencia de género”.
[Leer más]
Comentarios desactivados en Pregón de las Fiestas de Tardienta (2010)
En el fútbol se denomina telaraña a la red del fondo de la portería, donde acaba posándose el balón que traspasa los palos de madera para ser atrapado en la malla.
Pero entonces el portero es el jugador arácnido —la araña— que trata de evitar esa violación o encestamiento (incestuoso) de su urdimbre o espacio vital.
(De Cuestiones disputadas, #202)
Comentarios desactivados en El fondo de la portería
En su obra La interpretación de las culturas, el antropólogo hermeneuta C. Geertz estudia las «riñas de los gallos» en Bali como un ritual indonesio en el que las personas importantes imponen su prestigio a través del gallo, símbolo de la propia virilidad o valor. Los equilibrados balineses se juegan así su status y honor en una especie de lenguaje simbólico, que media las rivalidades dándoles cauce y descargando la energía sobrante.
El apostador en las peleas lo hace en favor de su grupo, sea de parentesco o de coalición frente a los otros grupos. Sin embargo, el autor despacha en dos líneas la interesante situación de aquel que, no identificándose absolutamente con los unos ni con los otros, o bien identificándose correlativamente con ambos, se retira de la contienda absteniéndose de jugar en favor o en contra de unos u otros. Se trata de «situaciones viscosas de cruzada adhesión», así pues de una encrucijada de los contrarios presidida por Hermes, el dios obligado a prestar su lealtad a los opuestos simultáneamente, en cuya circunstancia el balinés se retira para tomar una taza de café o realizar alguna otra actividad disuasoria (marginal). Con ello, este actor complejo abandona el centro ocupado por la riña hacia una periferia más compleja que la simplificación dual ejercida en el centro.
Como dice Geertz, la pelea y su entorno (incluido el abandono) representan un símbolo moral de la comunidad balinesa y su ethos cultural. Un tal acto simbólico es, como afirma K. Burke, la danza de su actitud: la actitud polémica en una sociedad equilibrada en la que se denote el prestigio social. La emoción de la pelea resulta así cognitiva: pues nos/les hace conocer sus modos de dar significado a sus vidas: yo diría que confiere significado social a los que pelean y significación psicológica a los que abandonan esa pelea externa para sorber el sentido interno junto a una taza de café (interiorización).
(De Interludio: Razones afectivas, #35)
Comentarios desactivados en La interpretación de las culturas
Los arquetipos comparecen como imágenes numinosas en las mitologizaciones, e.g. de nuestros padres. Quizás podríamos decir que la primera parte de la vida es mitologizadora, mientras que la segunda parte desmitologizadora y, por tanto, complementaria.
(De Interludio: Razones afectivas, #29)
Comentarios desactivados en Los arquetipos