La razón última
Las ideas son como los melocotones, necesitan tiempo para madurar. Consultar con la almohada tiene sentido; en veinticuatro horas, de un día para otro, las ideas (es un decir) juegan al tetris y se decantan o se ordenan y el horizonte se despeja y empieza a parecer que entiendes algo. Fin del preámbulo. Admiro a […]