Con motivo de la inauguración de la nueva biblioteca de la Universidad de Deusto, cité en este blog a otro Rafael, tocayo de Moneo. Un pintor que Santiago Amón definió en 1967 como artista verdadero. Se trata de Rafael Ruiz Balerdi (San Sebastián 1934, Altea 1992).
Su obra está presente en numerosas instituciones del País Vasco. De las que yo conozco, destaca la colección del museo Artium (de donde he enlazado la imagen superior). También hay un hermoso lienzo en el pasillo que une los dos edificios principales de la sede del Gobierno Vasco en Lakua.
La obra de Balerdi me impresionó en una visita que hice a Arco hace bastantes años; si no recuerdo mal, al poco tiempo de que muriera. Tal vez fue en torno a 1995. Su obra se había revalorizado extraordinariamente y un expositor donostiarra había llevado una abundante muestra, la mayor parte de la cual estaba a la venta. No logro datar la fecha exacta (los sitios webs de museos y galeristas no sirven de mucho para documentar este tipo de circunstancias).
El crítico baracaldés Santiago Amón (Baracaldo 1927 – Madrid 1988), a quien tuve el placer de escuchar en la Casa de Cultura del Parque de la Florida de Vitoria hacia 1980, se merece un artículo para él sólo; pero ahora me limitaré a reproducir un pasaje de su reseña sobre Balerdi:
La pintura de Balerdi es creada, a imagen y semejanza del silencio, en la plenitud y en la armonía de la luz. El conato tímbrico, apenas esbozado, se funde en la tonalidad y ésta adquiere en sus cuadros dimensión intrínseca y consumada: cada lienzo es portador de una sola tonalidad: la entonación del azul, del morado, del violeta, del rosa, del carmín, del bermellón, del púrpura (gama vital de su luminosa paleta) se define unívocamente en la superficie de la tela sin interferencias cromáticas alusivas a un caótico tenebrismo. […]
Las pinturas de Ruiz Balerdi, inmersas en la luz, se muestran tamizadas, secas, calcinadas por la luz; (esta calidad sólida y oreada anuncia una clara vocación, una aptitud innata para la pintura mural). La luz en Balerdi no ilumina la tonalidad, es la tonalidad. El signo cromático aislado, apenas se insinúa, queda desintegrado para moldearse en la tonalidad. La obra pictórica de ejemplar recuerdo y maestría se ha manifestado en el proceso histórico como silenciosa v luminosa, (piénsese en Velázquez). A su ejemplo, la obra de Balerdi se genera en la luz a imagen y semejanza del silencio: todo timbre naciente se integra en la tonalidad y es ésta la que configura el lienzo como entidad diáfana y silente.
Hay que decir que la prosa de Amón resulta un tanto barroca y empalagosa. No es del todo agradable a la lectura. Sin embargo, sus exposiciones orales eran magistrales. O así me lo parecían entonces, cuando yo apenas rebasaba la veintena. Tal vez exista algún registro sonoro… ¡Bingo! (Sin duda es un estilo que ya no se lleva).
- Santiago Amón. (1 de diciembre de 1967). Rafael Ruiz Balerdi. Consultado el 28 de enero de 2009 en http://www.santiagoamon.net/art.asp?cod=305
Es evidente que hay mucho que aprender acerca de esto.