En los tres últimos años se está escuchando cada vez más que la práctica de atención plena y mindfulness está extendiéndose en diferentes contextos, tanto empresarial como universitario, pero… ¿qué es la atención plena?

Siegel (2007) define la atención plena como “la capacidad de dirigir la atención intencionalmente a nuestra experiencia en el momento presente”. Es muy simple y todos/as lo hacemos o hemos hecho en alguna ocasión. Se trata de un momento de silencio interior en el que somos conscientes de lo que estamos pensando, sintiendo o haciendo, sin embargo ¿qué significa esto?, ¿qué implica?

En numerosas empresas de Silicom Valley se está llevando a cabo esta práctica. En Google, por ejemplo, ya han pasado 4.000 empleados por ella pero, ¿para qué estar plenamente presentes?, ¿por qué practicarla?

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La atención plena consiste en parar, en detenernos unos minutos y en vez de estar pensando en lo que ocurre fuera de nosotros/as, parar para conectar con nuestro silencio y percibir las sensaciones corporales que aparecen en ese momento concreto.

Al parar y conectar con nuestro interior, hacemos un ejercicio de concentración, de silencio interior, de conexión interna… en vez de dejar que los pensamientos vaguen de un lado  a otro y sin rumbo, como cuando pensamos  en el pasado, en lo qué pasó, en lo que teníamos que haber hecho y no hicimos…o cuando pensamos en el futuro, en lo que queremos conseguir, en lo que vamos a hacer, en lo bien que vendría si hiciéramos…, la atención plena nos trae al presente, a ser conscientes del aquí y ahora.  Nos abre un espacio de relación distinta con el aprendizaje.

Aprendemos a reenfocar la atención,  mejorar la concentración y la memoria. Al detener el cuerpo y redirigir la atención, aprendemos a controlar nuestros pensamientos internos y a centrarnos en lo que nos está pasando en ese preciso momento. Este ejercicio de atención mejora la concentración y la memoria, y ayuda a ciertas habilidades cognitivas, como ya se apuntas en diversos estudios (Beauchein et al., 2008; Franco et al., 2010; Radel, Sarrazin, Legrain, y Goban, 2009; Zenner et al., 2014).

Aprendemos a conocernos mejor. La práctica de atención plena nos ayuda a tener una sensación mejor con nosotros/as mismos/as, conocernos y reconocernos, estar más serenos/as y enfocar la atención hacia el interior, reflexionar sobre nosotros y nosotras, investigar sobre lo que nos pasa internamente… en constante equilibrio entre lo interno y lo externo. Conocerse mejor ayuda al desarrollo personal, a la aceptación de uno mismo, a la autenticidad y, en definitiva, a vivir más plenamente.

Aprendemos a incorporar nuevos pensamientos internos.  Los pensamientos vienen y van y en muchas ocasiones parece que nos dominan. La práctica de atención plena hace que se dirija y redirija la atención hacia pensamientos que queremos que estén allí, reduciendo la ansiedad y abriendo la puerta a un mayor equilibrio emocional.

Aprendemos a conectar desde otro lugar con los demás.  Con la práctica del silencio interno y la respiración, dejamos de vivir en la batalla y nos instalamos poco a poco en distintas maneras de relacionarnos con los demás, sin tanto miedo, sin necesidad de ganar a nadie. Nos acerca al mundo y a los demás desde el amor y la gratitud.

grass-1331703_1920La práctica continuada de ejercicios de atención plena transforma nuestra relación con él aprendizaje, el misterio, la intimidad, la dificultad y con la capacidad de asombrarnos y sentir la maravilla que nos rodea.  La respiración y el silencio interno bajan los niveles de estrés y esto propicia un clima más cercano al bienestar y la confianza. Todo ello hace que, en el ámbito académico, el rendimiento sea más alto. Una verdadera revolución que tenemos muy cerca. Solo hace falta pararnos y, en silencio, conectar con nuestro interior.

En la Universidad de Deusto estamos desarrollando prácticas continuadas en algunas asignaturas donde, el estudiante, comienza a percibir los beneficios que hemos señalado y que aparecen en varios estudios (López-González, L.; Amutio, A.; Oriol, X. y Bisquerra, R.). Es una práctica voluntaria a la que asiste a diario la mayoría del alumnado para tener ese espacio de serenidad donde nada ocurre, donde pueden estar con ellos mismos, donde sienten su respiración y la hacen más profunda,  donde pueden ser los verdaderos protagonistas de su mundo interno y de su propio aprendizaje.

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Barbezat, Daniel y Bush Mirabai (2014). Contemplative practices in Higer Educatión. Powerful methods to transform teaching and learning.

López-González, luis; Amutio, Alberto; Oriol, Xavier y Rafael Bisquerra. Hábitos relacionados con la relajación y la atención plena (mindfulness) en estudiantes de secundaria: influencia en el clima de aula y el rendimiento académico. En Revista de Psicodidáctica, 2016, 21(1), XX-XX ISSN: 1136-1034 eISSN: 2254-4372 www.ehu.es/revista-psicodidactica

Siegel DJ.(2007).  El Consciente Cerebro: Reflexión y Sintonía en el cultivo de Bienestar.Nueva York ; 2007 .

Simón, Vicente. Mindfulness y neorobiologia. Universidad de Valencia. En Revista de Psicoterapia 8/vol. XVII-N 66/67

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Elena Quevedo Torrientes

Elena Quevedo Torrientes

Responsable de la Formación Interna del profesorado en la Unidad de Innovación Docente y profesora en la Facultad de Psicología y Educación de la Universidad de Deusto.