Centro Internacional de Español - CIDE
El blog para los estudiantes de español en la Universidad de Deusto (Bilbao)
Nos ponemos en marcha de nuevo en la primera semana de clases del segundo semestre de este particular curso 2020-2021, y damos la bienvenida a los estudiantes internacionales que nos acompañan en los cursos de español.
Además de los estudiantes de grado y postgrado que acogemos en los grupos presenciales de distintos niveles, tenemos también un buen número de estudiantes a través del International Virtual Campus.
¡Os deseamos a todos un buen semestre!
Nuestra invitada de hoy es Jacqualine Kopcho, que participó en el Programa de Lengua y Cultura Españolas de la Universidad de Deusto hace 15 años. ¡Gracias por compartir tu experiencia con nosotros!
Puedes encontrar el testimonio original aquí.
«Han pasado unos 15 años desde que estudié en Bilbao y los efectos de ese viaje aún resuenan en mi vida. Cuando decidí estudiar en el extranjero, mi prioridad era Florencia (Italia). Tenía amigos que estarían allí, y pensé que la primera vez fuera de casa, estaría más cómoda rodeándome de caras conocidas. Después de que la Universidad de Fordham me dijo que Florencia, y en general estudiar en el extranjero no era posible debido a mi GPA, me sorprendí. Sin embargo, decidí que mi universidad no me impediría participar en lo que podía ser uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Les dije que estudiaría en el extranjero, y tras semanas de idas y venidas, me dijeron que su escuela hermana en Bilbao (España) me aceptaría. Enseguida busqué en Google «¿Dónde está Bilbao, España?», pero no importaba. ¡Iba a estudiar en la Universidad de Deusto!
Llegué a Bilbao a principios de enero de 2006 con la mente abierta, muchos nervios y un nivel de español insuficiente. El personal del CIDE de la Universidad de Deusto me recogió en el aeropuerto e hicieron que mis primeros pasos en este país desconocido fueran muy bien recibidos. Su entusiasmo y perspicacia fueron de mucha ayuda mientras me familiarizaba con los cursos, la ciudad, el sistema de transporte y la hermosa Universidad. Las clases fueron un reto, pero siempre tenía un compañero que me ayudaba. Al final de mi estancia, me alegra decir que mis habilidades en español habían mejorado notablemente, y me sentía mucho más segura al hablar el idioma.
Durante el programa, viajé a muchos lugares fabulosos. Como clase, recorrimos lugares de toda España en frecuentes excursiones, aprendiendo sobre las diferentes culturas e historias sociales y comerciales de las ciudades. Uno de mis viajes favoritos fue a Hondarribia. Las casas y los negocios del barrio de los pescadores son únicos y coloridos, y los árboles no se parecen a nada que haya visto antes.
Sin embargo, puedo decir que hay dos cosas obvias que han tenido un gran impacto en mí, tanto en 2006 como todavía a día de hoy: las personas que conocí y la empatía que aprendí a tener.
En Bilbao conocí a algunos de mis mejores amigos. Me ayudaron a superar las clases, viajaron conmigo por Europa, me acogieron e hicieron sentir bienvenida en una ciudad extranjera y me ayudaron en mi crecimiento personal y profesional. Casi 15 años más tarde, seguimos manteniendo el contacto (prácticamente a diario), nos vamos de vacaciones juntos, confiamos los unos en los otros, ¡y a menudo recordamos nuestra estancia en el norte de España! Ha sido una bendición ver a cada uno de mis compañeros crecer hasta lograr ser las personas que son hoy, y estoy emocionada por ver lo que está por venir.
Además de mis amigos, Bilbao me nutrió para ser una persona más empática. Cuando bajé del avión en 2006 me dirigía hacia lo desconocido. Tuve que experimentar diferentes culturas en idiomas desconocidos y con gente de diferentes ámbitos de la vida. Como nada me resultaba familiar, pude acercarme a todo ello como si fuese la primera vez. Tenía los ojos siempre bien abiertos, tratando de entender las culturas, la forma en que la gente hacía las cosas y sus experiencias relativas. Al salir de mi zona de confort y experimentar cosas nuevas, pude ver el mundo de una manera que nunca hubiera podido si en lugar de en Bilbao, hubiese estado en Florencia con mis amigos de casa. Hoy en día, sigo abordando todas las situaciones de la vida y los negocios con la misma perspectiva. ¿Cómo piensa la gente? ¿Qué sienten? ¿Cómo puedo entender su perspectiva? Todo esto me ha convertido en una mejor mujer de negocios, socia, amiga y viajera del mundo.
Sin dudarlo, puedo decir que mi estancia en Bilbao fue el momento más transformador de mi vida».
A continuación, tenemos el testimonio de un grupo de 7 estudiantes del máster EIBM de la Universidad de Deusto que lleva en Bilbao desde septiembre. A pesar de estar viviendo una situación excepcional, cada miembro nos cuenta sus actividades preferidas para hacer en Bilbao.
Soy Hugo, estudiante francés. Vivo en Bilbao desde hace tres meses, en el barrio de Deusto, cerca de mi universidad. Mi ubicación está muy bien, porque estoy cerca de mis lugares favoritos en Bilbao, que son los siguientes: la Plaza Nueva (una plaza en el Casco Viejo de Bilbao con bares y restaurantes), la playa de Sopelana, una playa de surf, el Museo Guggenheim (museo de arte moderno reconocido en el mundo y que está enfrente de la uni), y el Casco Viejo. Ahora es más difícil disfrutar de las actividades de Bilbao con el virus, pero esperamos, antes de terminar nuestro trimestre, poder aprovechar nuestro tiempo.
Playa de Sopelana
Soy Martin, estudiante francés del programa EIBM en la Universidad de Deusto. Me gustan las canchas exteriores de baloncesto en el Parque de Doña Casilda para jugar con los españoles. Además, Bilbao tiene muchas montañas, es muy agradable para caminar durante el fin de semana. Pero la verdad es que el Guggenheim es un museo de hipsters jajajaja.
Soy Vanda, soy una estudiante de Francia. Me encanta pasear por el Casco Viejo porque hay muchos sitios, como la Plaza Nueva, para comer deliciosos pintxos. Por desgracia, las tortillas en Bilbao no son tan buenas como las de Iruña. Además, con las nuevas reglas sanitarias, no podemos disfrutar por ahora más de los bares y restaurantes.
Casco Viejo (Bilbao)
Soy Ioritz Alvarez, soy un estudiante de Francia. Recomiendo visitar los pueblos cerca de Bilbao, por ejemplo Getxo, que es muy bueno para ir a las playas, o, si no, Sopelana, Mundaka y San Juan de Gaztelugatxe. También, en Bilbao hay un montón de restaurantes. Para las pizzas recomiendo Fratelli y Trozo y para una comida más de Sudamérica, Balicana, De boca madre y Surfing tacos. Además, se puede disfrutar de los bares en el Casco Viejo, en la Plaza Nueva o en la calle Pozas los días de partido del Athletic. Para acabar, si queréis comer hamburguesas increíbles, id a Tipula o La brasa canalla.
San Juan de Gaztelugatxe
Somos Léa y Mikaël. Bilbao es una ciudad agradable donde se pueden hacer muchas actividades. Recomendamos subir a Artxanda en el funicular. Es una actividad muy buena. Las vistas desde el mirador de Artxanda son increíbles porque podemos ver toda la ciudad. El museo Guggenheim es un museo imprescindible de la ciudad, tanto por dentro como por fuera. Podemos ver famosas obras de arte contemporáneo. Caminar por el Casco Viejo, el barrio más antiguo de la ciudad, es también una actividad muy divertida que permite descubrir el alma de la ciudad.
Museo Guggenheim Bilbao
Yo soy Luc y mi lugar favorito para visitar es el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Es menos conocido que el Guggenheim, pero es muy bueno en su propio estilo, con hermosas colecciones permanentes con obras de Joaquín Sorolla, Mary Cassat y otros. También hay algunas exposiciones temporales muy originales. Todo es accesible de forma barata y segura, gracias a un sistema muy bien hecho para luchar contra el covid.
En el post de hoy tenemos el testimonio de otro de nuestros estudiantes de los cursos de lengua durante curso 19-20, en su caso, en el nivel B.2. Evan Fagan, estudiante de intercambio Erasmus+, nos cuenta cómo fue su experiencia en Bilbao.
«Tenía mucha ilusión a lo largo de mi estancia en Bilbao. Crecí como persona, además de como hablante de castellano. Desde una perspectiva social, conocí gente de distintos países y culturas e hice amistades fuertes con personas de sitios como Letonia y Polonia. Me sentía muy cómodo en Bilbao ya que había muchos irlandeses también, así que en los primeros meses no eché de menos mi casa.
¡Además, me encantaba la comida en Bilbao! Creo que casi cada día comía por lo menos un pintxo, particularmente de tortilla de patata, entre clases o después, cuando habían terminado mis clases. Vivía al lado de una panadería también y me gustaban mucho los bollos allí, como las brevas. Tenía que cocinar más al mismo tiempo. ¡No obstante, pasé mucho tiempo comiendo pasta o arroz!
Afortunadamente, aunque no pude terminar mi estancia en el País Vasco, pude visitar lugares diferentes en excursiones con amigos. En el primer semestre fui a Orduña con mis compañeros de piso y su amigo, y a Zarautz y Zumaia con unos compañeros de clase. Ahí me di cuenta de la belleza de Bizkaia y Gipuzkoa. En el segundo semestre fui a Madrid con un amigo y lo pasé genial. Es una ciudad grande, pero bonita a su manera.
Por otro lado, dos de mis mejores amigos de Irlanda me visitaron en febrero y marzo y visitamos el puente entre Portugalete y Getxo, además de Donostia y San Juan de Gaztelugatxe, un lugar tan bonito…
La verdad es que nunca olvidaré mi tiempo en Euskal Herria, a pesar de que no me quedé allí el año entero. Sin embargo, tengo confianza en que volveré pronto y tengo ganas de ver el País Vasco una vez más.»
Estamos de vuelta una vez más. En esta ocasión contamos con el testimonio de Beatriz Signerelli, estudiante de Erasmus+. Beatriz comparte sus experiencias y vivencias durante su estancia en Bilbao, antes y durante la pandemia por Covid-19.
«Bilbao fue mi casa durante 5 meses y 12 días, y esa experiencia fue, por cierto, una de las mejores de mi vida. En la Universidad de Deusto, no solo aprendí mucho, sino también hice amigos para la vida, mejoré mi español y evolucioné mucho como persona. Desde que he iniciado mis estudios en Brasil, soñaba con una oportunidad como esa y ahora la única cosa que pienso es cómo tener más experiencias tan buenas como las que tuve en España.
Tengo recuerdos maravillosos de todos los meses que pasé en la ciudad, de todos los viajes que hice y las personas que he conocido. Después de dos meses, mi experiencia en Bilbao ha cambiado un poco con el confinamiento y la pandemia del COVID-19. Las clases cambiaron para un formato online y muchos de mis amigos tuvieron que volver a sus países. Sin embargo, Deusto ha conseguido adaptarse rápido para el modelo online y las clases continuaron sin alteraciones.
Estudiar en el extranjero es un desafío y muchas cosas que no están en los planes iniciales van a suceder. Pero la opción de estar en un país diferente, tener experiencias diferentes y conocer un sitio nuevo fue una de las mejores de mi vida. Me siento muy agradecida por tener esa oportunidad de mejorar, crecer y madurar con esta experiencia única que vivir en España me ha ofrecido. »
Claudia Martini, estudiante Erasmus+, es la protagonista de este post. Al igual que muchos estudiantes internacionales que pasan en la Universidad de Deusto el curso académico, Claudia aprovechó los cursos de lengua para mejorar su nivel de español, a la vez que disfrutaba de Bilbao y sus alrededores.
«He estado en la Universidad de Deusto estudiando Educación primaria en BAM, en el segundo semestre del año 2020. Tenía muchísimas expectativas acerca de mi Erasmus, pero nunca me habría podido imaginar algo similar.
Soy estudiante de Educación infantil y primaria en Italia y he tomado el Grado de Educación primaria en BAM, la escuela de magisterio de Bilbao, donde he seguido tres cursos en español (Ciencias Naturales y su Didáctica II, Ética y Deontología profesional y Función Tutorial). En Deusto tuve el curso de Español B2 y el de Euskera y Cultura Vasca.
Desafortunadamente solo he podido disfrutar de la experiencia de la vida universitaria bilbaína durante un mes, debido a la llegada de la pandemia de Co-vid 19. La situación fue difícil de afrontar, aunque siempre tuve el apoyo y la presencia de los profesores y del personal de la Universidad de Deusto, que siempre estaban disponibles para ayudarme, y de mis compañeras de curso y amigas, que hicieron que la situación no fuera tan agobiante.
La ventaja del confinamiento fue que tuve la oportunidad de estrechar la relación con mis compañeras de piso, aun cuando antes del lockdown no las conocía muy bien.
Quiero mencionar el curso de euskera, que recomiendo muchísimo porque es una oportunidad de profundizar en el conocimiento de la cultura y la lengua vascas, incluso aprendiendo aspectos de la mitología del País Vasco y lugares realmente hermosos.
También conocí a personas maravillosas en el curso de euskera, con las que he podido visitar el país una vez que las medidas permitieron la movilidad y fue posible salir de casa para viajar dentro de la comunidad. Juntos visitamos lugares increíbles, impresionantes, como por ejemplo San Sebastián, Gernika, Mundaka, Lekeitio, Vitoria, pudiendo así vivir un poco la típica experiencia de Erasmus.
Además, he podido celebrar mi cumpleaños de manera diferente, y nunca lo olvidaré.
Bilbao es una ciudad perfecta para el Erasmus, la recomiendo mucho, especialmente porque considero que es muy vivible y que todo es fácilmente accesible y alcanzable caminando o en el transporte público, que es muy eficaz; no obstante, algo importante que hay que saber es que llueve muy a menudo.
Siento que esta experiencia memorable ha mejorado no sólo mi español, sino también mi manera de acercarme a la vida: el Erasmus es una oportunidad increíble de desarrollo personal, para ir más allá de tus propios límites personales y descubrir que puedes hacer todo, si quieres.»
Echamos la vista atrás para invitar hoy a Katherine Walsh, estudiante de intercambio de Marquette University (Wisconsin, USA), a compartir con nosotros la experiencia de su estancia en Bilbao durante el curso 2019-20.
«Dicen que tu semestre en el extranjero pasa en un abrir y cerrar de ojos, y que aún así lo recordarás para el resto de tu vida. Aunque no creo que ésta sea la situación que nadie hubiera previsto para esa afirmación, resulta que es increíblemente precisa. Mi estancia en Bilbao finalizó mucho antes de lo esperado, y, aún así, las experiencias que he vivido me acompañarán toda mi vida.
Al preguntarme por mi tiempo en el extranjero, no sería capaz de simplemente hacer un resumen de todos los lugares y monumentos que visité. Simplemente sonreiré e intentaré pensar por dónde comenzar. Mis objetivos al ir a estudiar al extranjero eran mejorar mi capacidad lingüística, aprender más acerca de la cultura española y crear nuevos lazos con personas distintas a mí.
Mis habilidades lingüísticas ciertamente se han visto mejoradas, aunque no puedo decir que hablo la lengua con fluidez después de dos meses. Tuve dos profesores increíbles durante un curso intensivo de dos semanas y después un semestre completo, que crearon una comunidad muy fuerte en sus clases. Pudimos conocer más sobre el resto de los estudiantes y aprendimos idiomas, así como cultura. Sin el entusiasmo de nuestros increíbles profesores no hubiera tenido la confianza o el vocabulario para probar nuevas cosas en la ciudad. Incluso cuando la pandemia llegó y dábamos las clases online, mi profesora de español iluminaba mi semana con una sonrisa y una actitud positiva. Tomé otros tres cursos de negocios en Deusto que me ayudaron a conocer estudiantes locales y a aprender practicas empresariales en la Unión Europea.
En cuanto a cultura, aquí la cultura española es algo único y especial, incluyendo otras partes del país. Ha sido genial poder vivir las cosas únicas que hacen que el País Vasco sea algo único, desde ver el uso del euskera en cualquier parte, hasta las noches de los jueves, ya que esta comunidad posee una gran cantidad de tradiciones e historias increíbles. La combinación de euskera y español, histórica y moderna, tradicional e industrial nos ha regalado fascinantes charlas y preguntas infinitas para contemplar. En el campus fui capaz de entrar en contacto con la cultura personalmente a través del coro de Deusto, en el que cantamos en varios lenguajes y estilos. En la casa en la que me alojé, todas mis preguntas fueron atendidas por la madre más increíble o por su pareja. A ellos les encantó genuinamente escuchar todo lo que iba aprendiendo cada día y enseñarme cómo las experiencias personales encajan en el marco cultural general.
Por último, la gente. Nunca imaginé que me vería sentada en una clase entablando una amistad tan cercana con gente proveniente de la otra punta del mundo. Mis compañeros de clase pasaron de extranjeros, a amigos, y a familia, en cosa de dos meses. Todavía seguimos manteniendo el contacto regularmente y estamos haciendo planes para saber en qué lugar del mundo nos veremos próximamente. Estoy tratando de convencerles de que visiten Milwaukee, pero al mismo tiempo sé que todos echamos de menos España.»
Damos la bienvenida a Aleksandra Gnevush, estudiante Erasmus + del Grado de Relaciones Internacionales a nuestro blog. Durante el semestre, como muchos otros estudiantes internacionales, Aleksandra ha participado en los cursos de Introducción a la lengua y la cultura vasca y en los cursos de español para estudiantes de grado (en su caso, nivel B1). Comparte con nosotros sus experiencias y reflexiones después de un semestre tan diferente marcado por la pandemia.
« Estuve en Bilbao durante mi segundo semestre de tercer año de universidad. Antes de llegar a Bilbao tuve miedo de que no podría encontrar amigos y sería difícil para mí estudiar en inglés en otro país. Pero cuando llegué, cambié de opinión.
En la Universidad de Deusto conocí mucha gente con quien pude viajar y pasar tiempo libre antes de que la cuarentena llegara y se hubiera dispersado por diferentes partes del mundo. Esta desgracia influyó mucho en mi experiencia en Bilbao, mi vida en esta ciudad se dividió en un antes y un después. Todavía recuerdo como lloraban las chicas en nuestro último día en la universidad pensando que nunca más íbamos a quedar juntas.
Creo que pude disfrutar mi intercambio a pesar de todos los obstáculos y pude aprender la lección más importante. Primero, gracias a la gente que conocí me he vuelto más tolerante y abierta a nuevas experiencias, aprendí que hay gente dispuesta a ayudarte cuando lo necesitas y, claro, mejoré mi nivel de ambos idiomas: inglés y español. Segundo, nunca me arrepentí de las asignaturas que elegí. Son Español, Euskera (lengua y cultura vasca), Derecho Internacional Público, Política Exterior, Seguridad y Defensa. Todos los profesores eran profesionales y me daba placer escucharlos incluso cuando tuve que hacerlo en línea por la cuarentena.
Por separado quiero mencionar Euskera. Esta asignatura te da oportunidad conocer más sobre el País Vasco, su idioma y cultura no sólo asistiendo a clases, sino también brindando la oportunidad de visitar lugares significativos para la cultura vasca. Además, viajé mucho: a Francia y a otros partes de España, por ejemplo Gaztelugatxe (es el lugar más hermoso que he visto).
Así fue mi inusual semestre en Bilbao. Finalmente, quiero decir que no tiene ningún sentido tener miedo de algo nuevo. Tienes que probarlo, disfrutar, soportar algo útil para ti mismo incluso si las cosas no salen como querías. Lo más importante es que no estás solo, la cuarentena no es eterna y todavía hay muchas cosas para hacer y lugares para visitar. Lo principal es no decaer en espíritu. »
Jakob Westling, estudiante Erasmus+, es el protagonista de este post. Como muchos estudiantes internacionales que pasan en la Universidad de Deusto el curso académico, Jakob ha aprovechado los cursos de lengua para mejorar su nivel.
«Me llamo Jakob Westling y vengo de Suecia. El año pasado decidí hacer un intercambio en Bilbao por un año. Tras la experiencia diría que tomé una buena decisión al aceptarlo. Aprendí muchas cosas de mí mismo, el español, la cultura española y, francamente, la cultura europea también.
Llegué aquí en agosto para quedarme 10 meses, aunque la mitad fue bajo el estado de alarma por culpa del coronavirus, pero me dio tiempo suficiente a disfrutar todo lo que la ciudad ofrece.
Me encantaba ir a las montañas (que se sitúan alrededor de la ciudad). Durante mi estancia creo que he debido de subir a una docena de picos. Están por todas partes aquí. Además solía irme al mar, que está a 20 minutos del centro. Tengo mis recuerdos más fuertes allí: estar en la playa con todos mis amigos, relajado. Al llegar a Bilbao había grupos de deporte en los que todos los que querían participar, podían.
Aparte de quedarme en Bilbao, hice varios viajes. Viajé a San Sebastián, claro, Portugal, Madrid y Asturias, la que más recomendaría.
En la universidad, estudié Relaciones Internacionales mientras tomaba el curso de español vinculado a CIDE. Las clases eran un desafío, porque las tenía en castellano. Las elegí así para obligarme a estudiar y tomar en serio el aprendizaje de la lengua.
Además, la universidad es bonita y hay un campus donde se puede pasar el tiempo. Me acuerdo de que, cuando teníamos horas de ocio durante el día, solíamos ir a los cafés que están cerca.
Todo cambió, claro, al llegar el coronavirus. No diría que el virus ha tenido un impacto positivo como tal, pero me ha dado una nueva perspectiva del hecho de estar fuera y ahora, cuando el estado de alarma se ha relajado un poco, es impresionante ver de cómo el paisaje sigue siendo estupendo para mí.
Creo que la experiencia de estar fuera de mi país me ha impactado mucho: aprender de mí mismo, aprender de otros europeos y aprender español. No puedo dejar de recomendaros que vengáis a Bilbao. Será un cambio en vuestras vidas. »
Contamos hoy con el testimonio de otra de nuestras estudiantes de los cursos de lengua durante curso 19-20. Adriana Štofková, estudiante de intercambio Erasmus+ , responde a varias preguntas relacionadas con su experiencia en Bilbao.
Soy de la República Checa y decidí estudiar en la Escuela Universitaria de Magisterio BAM/Universidad de Deusto en Bilbao a través del programa Erasmus+. Originalmente quería quedarme aquí solo el primer cuatrimestre (desde agosto de 2019 hasta enero de 2020). Pero todo me gustaba tanto que cambié de opinión y pedí a mi universidad de Chequia poder quedarme también en el segundo cuatrimestre. Tuve que escribir muchísimos emails y cartas de motivación, pero al final me dijeron que sí, podía estudiar en Bilbao hasta junio.
¿CUÁLES SON TUS MEJORES RECUERDOS EN BILBAO?
Tengo muchísimos recuerdos de estos siete meses que he pasado en Bilbao, pero no puedo decir cuáles son los mejores. He hecho una lista muy general:
¿QUÉ ACTIVIDADES HAS HECHO, ADEMÁS DE LAS CLASES EN LA UNIVERSIDAD?
Además de la Universidad he hecho muchas más actividades, como por ejemplo:
¿CÓMO HA IMPACTADO EN TU VIDA ESTUDIAR EN OTRO PAÍS? ¿LO RECOMENDARÍAS?
Siempre me han encantado las historias de la gente que estudiaba en el extranjero y por eso estudiar en otro país fue la mejor decisión que podía tomar. Ha cambiado mi español, mi vida y a mí también.
Conocí la cultura vasca, que me parece genial y que siempre va a tener su lugar en mi corazón, y por eso en el futuro, cuando sea posible, intentaré visitar Bilbao muchísimas veces más. No solo porque tengo amigos allí, sino también porque lo considero como mi segundo hogar. Después de vivir un poco de tiempo en Bilbao empecé a pensar en español y muchas veces me ocurría la situación de que lo primero que pensaba era la palabra en español y no en inglés ni checo. También conocí a muchos amigos de otros países y les quiero visitar también. Toda esta experiencia ha aumentado mi conocimiento y enriqueció mi vida para siempre.
¿CREES QUE EL CORONAVIRUS HA TENIDO ALGÚN IMPACTO POSITIVO EN TU EXPERIENCIA?
Aunque tuve que volver a casa en la República Checa durante la crisis y esto fue muy difícil para mí, creo que me hizo más fuerte personalmente.
La actual situación del coronavirus me ha mostrado que, gracias a todas las tecnologías, somos capaces de tener las clases en remoto. Esto lo agradezco mucho porque sin esta posibilidad no habría podido terminar mis estudios de Erasmus.
