La evaluación es una etapa fundamental en la psicoterapia sistémica relacional. En esta fase, el psicoterapeuta se aproxima a lo que está sucediendo en el sistema familiar o en la pareja y, de esta manera, plantea las hipótesis sobre las dinámicas y pautas relacionales presentes que hacen que los síntomas se mantengan. Además, es el momento en el que se conoce cuál es la demanda del consultante y se definen las metas terapéuticas.
Cada momento, como señala la especialista en evaluación y psicodiagnóstico infantil Goizalde Escobal, es relevante para generar un vínculo de confianza con los miembros del sistema, desde la primera llamada telefónica hasta la devolución de los resultados de la evaluación. Y estos vínculos junto a la identificación de las dinámicas detrás de los síntomas convierten la la evaluación en una fase fundamental del proceso psicoterapéutico.
El realizar una buena evaluación implica conocer y emplear, con habilidad y cuando corresponda, algunos de los muchos instrumentos existentes dirigidos a niños o a adultos. Especialmente importante es la capacitación para emplear instrumentos que permitan estudiar las proyecciones de los participantes.
En este sentido, como señala Escobal, el juego es un instrumento fundamental para llegar a conocer cómo los niños perciben su entorno familiar y cómo se ven a sí mismos.
A través del seminario impartido recientemente en el Máster de Psicoterapia Sistémico Relacional, Escobar dejó evidente que la evaluación en Terapia Familiar es un arte y como tal requiere de mucha práctica para su dominio.