Desde la Escuela para la Facilitación Dual concebimos la capacitación como un proceso, no como un suceso puntual. La persona facilitadora se entrena mediante las diferentes sesiones de entrenamiento que se recogen en el itinerario del facilitador y va adquiriendo experiencia a lo largo de los diferentes cursos en los que participa en dicho rol.
Para capacitarse en el rol de facilitador entendemos que la persona ha de transcurrir por las siguientes fases:
- QUERER · hacer consciente la necesidad y quererla.
- SABER · conocer sus implicaciones y saber cómo abordarlo.
- SENTIRSE CAPAZ · reconocerse en el rol y sentirse capaz de desempeñarlo.
- HACER · desempeñar su propio rol.
- LOGRAR · conseguir los objetivos de aprendizaje para los que se han preparado.
Cuando se está inmerso en diferentes procesos suele ser habitual perder la visión global de todo lo que se está consiguiendo. Esa famosa frase de que “los árboles te impiden ver el bosque”. Es por ello por lo que creamos el Deusto Dual Pass, un documento en el que se recoge el recorrido que has realizado como persona facilitadora y el que te falta por recorrer.
En el Deusto Dual Pass se visualizan los tres niveles en los que se puede encontrar la persona facilitadora. Con el planteamiento de los niveles se pretende animar a la persona facilitadora a que vaya ahondando en su capacitación de rol. Cada nivel se compone de estos cuatro elementos diferentes:
- La cantidad de sesiones obligatorias que haya realizado.
- La cantidad de sesiones esenciales que haya realizado.
- El tiempo en el que haya sido persona facilitadora.
- La realización del cuestionario de autoevaluación.
Teniendo en cuenta estos elementos, se han configurado los siguientes tres niveles:
Nivel inicial - La semilla
La semilla es el comienzo del todo, el origen de la vida. Cada persona facilitadora tiene unas semillas dentro para que desarrolle su capacidad como facilitadora. Estas semillas se van alimentando de las sesiones de entrenamiento de la Escuela para la Facilitación Dual. Las sesiones son como el agua y los rayos del sol para la facilitadora, que junto con el tiempo que transcurre, hacen que las semillas se conviertan en fuertes brotes.
Elementos que componen el nivel:
- Realización de 6 sesiones de entrenamiento.
- Al menos 1 curso académico como persona facilitadora.
- Realización de la autoevaluación para la reflexión.
Nivel medio - El brote
La semilla ya se ha transformado en un brote lleno de vida que comienza a crecer de la tierra. La persona facilitadora ya conoce las bases de la dualidad, pero ser una buena persona facilitadora va mucho más allá. Ser brote es solo el segundo estadio de la vida de una planta, todavía tiene mucho crecimiento por delante. Las sesiones de entrenamiento de diferentes competencias le ayudarán a desarrollarse hasta llegar a dar sus frutos.
Elementos que componen el nivel:
- Realización de 3 sesiones de entrenamiento. Las sesiones a realizar las selecciona la persona usuaria en base a sus necesidades.
- Al menos 3 cursos académicos como persona facilitadora
- Realización de la autoevaluación para la reflexión
Nivel avanzado - El fruto
Las sesiones de entrenamiento y la experiencia adquirida como persona facilitadora han hecho que el pequeño brote se convierta en una frondosa planta llena de frutos. Seguir regándola mediante sesiones de entrenamiento será clave para que año tras año, continúe dando vida.
Elementos que componen el nivel:
- Realización de 3 sesiones de entrenamiento. Las sesiones a realizar las selecciona la persona usuaria en base a sus necesidades.
- Al menos 5 cursos académicos como persona facilitadora.
- Realización de la autoevaluación para la reflexión.
Conforme la persona facilitadora vaya realizando las diferentes actividades, irá recibiendo sus correspondientes sellos, transitando por los niveles y recibiendo el reconocimiento por cada uno de los niveles. De esta manera, la persona facilitadora podrá ser un poco más consciente del bosque que está creando gracias a su labor.