Las tecnologías para avanzar hacia un sistema energético descarbonizado son muy intensivas en recursos minerales. Paradójicamente, las tecnologías ‘limpias’ agravan los problemas de distinto tipo vinculados a la extracción de minerales. Un grupo de investigadores del CEA ha seleccionado datos que ayudan a entender alguna de las complejidades del reto al que nos enfrentamos.
La necesidad de iniciar una transición energética a gran escala hacia modelos menos contaminantes queda expresada en la Agenda 2030 y en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), los Acuerdos de París o Pacto Verde Europeo. Este es uno de los temas centrales de la COP26 que se ha celebrado recientemente.
Es necesario acelerar la transición desde fuentes de combustible fósil (petróleo y gas) hacia tecnologías bajas en emisiones de carbono. No obstante, estas transiciones impactarán en la explotación de otros bienes naturales de origen mineral.
Los debates en torno a la Agenda Global de la Acción por el Clima se suelen centran en los objetivos de reducción de emisiones y en los aspectos más técnicos de la transición energética, sin cuestionar las causas culturales y estructurales de la crisis socioambiental, e ignorando los impactos que dichas transiciones tendrán en la demanda de minerales y, por consiguiente, en la gobernanza de los países exportadores de estas materias primas.
La minería en Amazonía y su impacto sociambiental
Por otro lado, los investigadores del CEA profundizan en otro informe en los impactos socioambientales que la extracción de minerales en la Amazonía provoca en el bioma y en el planeta. Han seleccionado una serie de datos sobre la interrelación de la minería en la Amazonía y su impacto socioambiental.
Durante los últimos setenta años la humanidad ha realizado una intervención disruptiva sin precedentes en el bioma en la Amazonía que amenaza de forma irreversible su supervivencia. El llamado “desarrollo” tenía el propósito de abastecer las demandas de materias primas y bienes alimenticios de los mercados nacionales de los nueve países que conforman la Panamazonía. Sin embargo, la reciente ocupación de la Amazonía responde al abastecimiento de las demandas de bienes naturales y energéticos de los mercados internacionales europeo, estadounidense, y en los últimos años, el mercado asiático.
Así, dinámicas como la implantación masiva de monocultivos, la extracción intensa de energía fósil, la hidroelectricidad y la minería; la construcción de infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria para facilitar la circulación de las mercancías a gran escala, impactan peligrosamente sobre la destrucción del ecosistema, su biodiversidad y sus pueblos, poniendo en riesgo, no sólo la vida vegetal, animal y humana en la región, sino la vida en el planeta.
Descargar el documento ‘Explotación de minerales: impacto sobre medioambiente y comunidades en Alamazonia’.