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Hoy se ha presentado en San Sebastián la segunda edición del proyecto INSPIRA, promovido por Deusto con la colaboración de Elhuyar e Innobasque, y que en esta ocasión se desarrollará en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba con el apoyo de las tres diputaciones. Esta iniciativa, pionera en Euskadi, busca el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas, a través de acciones de sensibilización y orientación, que imparten mujeres profesionales del mundo de la investigación, la ciencia y la tecnología. Es la primera vez que se utiliza el mentoring grupal para el fomento de las STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Maths) entre estudiantes de primaria.

La directora para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Miren Elgarresta, el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto, Asier Perallos, la directora general de Innobasque Leire Bilbao y la directora general de Elhuyar, Leire Cancio, han participado en la presentación de esta experiencia que, en su primera edición contó con la colaboración de 17 mujeres que ejercieron de mentoras de las más de 200 chicas, provenientes de 11 centros educativos. En esta ocasión, se han sumado al proyecto 113 mentoras, 43 colegios y 1.075 estudiantes. En el caso concreto de Gipuzkoa son 43 mentoras, 12 centros y 20 grupos los que se han sumado al proyecto INSPIRA.

INSPIRA nace de la necesidad de promocionar vocaciones científicas y tecnológicas entre el alumnado vasco y de la urgencia de hacerlo entre las niñas. El número de estudiantes que optan por una formación en tecnología decrece cada año. Y en el caso concreto del colectivo femenino, los datos se agudizan aún más. A pesar de que el 54,3% del total de estudiantes del sistema universitario español son mujeres, su presencia en las titulaciones técnicas como Ingeniería y Arquitectura decae al 26,4%.

El proyecto tiene diferentes objetivos y claves como facilitar nuevos referentes de mujeres tecnólogas cercanas, que niños y niñas descubran las profesiones STEAM, concienciar sobre la necesidad de que el desarrollo del país se produzca entre hombres y mujeres, sensibilizar y orientar sobre la carrera en tecnología, visibilizar y poner en valor a las mujeres tecnólogas, o dar a conocer los estereotipos existentes para que no condicionen la elección de estudios.

A través de estas líneas los responsables del proyecto hacen un llamamiento para que nuevos centros, investigadores y alumnas se sumen a esta iniciativa que permita aumentar la vocación científico-tecnológica entre las niñas.