La despoblación digital femenina ha generado muchas preguntas y muy pocas respuestas. Por ello, alguien podría decir: «Si no tienen interés, ¿por qué no las dejamos en paz?». Lo siento, pero no podemos. El tsunami digital destruirá mucho empleo, pero también generará nuevos puestos. Por ejemplo, la internet de las cosas pronto necesitará 4,5 millones de profesionales (año 2020). Por ello, si queremos que tengan futuro, debemos seguir intentándolo…

Por si fuera poco, debo mencionar su rol en el proceso de innovación. Si toman del 80% de las decisiones de compra, ¿podemos aspirar a venderles algo si no contamos con ellas? Hay que aprender a incorporar tanto su creatividad interna como la externa, la del mercado. De hecho, se ha escrito mucho sobre la interna pero, ¿y la externa? No la podemos desaprovechar, por lo que dedicaré las últimas líneas a un proyecto que a mí me ha servido de inspiración.

Hace unas semanas me contactaron para que conociera el proyecto Victoria de P&G (www.victoria50.es), una plataforma para interactuar (e innovar) en un entorno de escucha profunda. El resultado ha sido todo un éxito y, hoy, más de dos millones de mujeres se han unido ya. ¿Lección aprendida? El trinomio Mujer-Innovación-Tecnología es perfecto y, por si fuera poco, rentable. Mi consejo: no lo olvides nunca…

 

 

***Doctora en sociología, experta en inno-liderazgo y transformación digital. Asesora de la Comisión Europea en materias de e-liderazgo, emprendimiento e inclusión del talento femenino. Colabora con el IE Business School, el Human Age Institute, RTVE (Programa Emprende) y Agencia EFE. (@slealm)