Artículo publicado en El Diario Vasco (15/11/2022)
El pasado 25 de octubre tuvimos el honor de que Eduardo Morales, Professor of Economics and Public Affairs en la prestigiosa Universidad de Princeton, en Estados Unidos, impartiese un seminario de investigación en Deusto Business School. Eduardo ha publicado sus trabajos en las revistas de economía más prestigiosas y en 2020 recibió el premio la Fundación Banco Sabadell a la investigación económica.
El trabajo que presentó Eduardo Morales se titulaba “Firm export dynamics in interdependent markets”. La pregunta que aborda este estudio es qué criterios utilizan las empresas para expandir sus mercados de exportación. La teoría económica nos dice que una empresa debería comenzar exportando al mercado en el que obtenga mayores beneficios. Ésto ocurrirá en aquellos mercados donde (i) la demanda sea mayor (por ejemplo, el número de bicicletas que se pueden vender en Francia será superior al número de bicicletas que se pueden vender en Luxemburgo) y (ii) donde los costes de exportar sean menores (por ejemplo, el coste de transportar una bicicleta de España a Francia es menor que el de exportarla a Sudáfrica). Por ello, no es de extrañar que la mayor parte de las empresas españolas comiencen su aventura en el exterior exportando a Francia o a Portugal.
Según la teoría económica, las empresas, si son suficientemente productivas, irán añadiendo destinos de exportación siguiendo el orden de atractivo de esos mercados, comenzando con los más atractivos y finalizando con los menos atractivos. Además, según esta teoría, la decisión de entrar a un mercado es independiente de si la empresa haya entrado o no a otro mercado. Por ejemplo, si la empresa de bicicletas decide comenzar a exportar a Alemania, esta decisión es independiente de si la empresa ya exporte a Francia o a Portugal.
Sin embargo, los estudios empíricos muestran que las empresas tienden a exportar a destinos que se “parecen” a los destinos que ya han exportado. Por ejemplo, una empresa española que exporte a Marruecos es más probable que comience a exportar a Argelia o a Túnez que otra empresa española que no exporte a Marruecos. En un trabajo publicado en 2019 junto a Gloria Sheu y Andrés Zahler, Eduardo mostraba que esta correlación entre destinos se debe a que el coste de entrar en un mercado está correlacionado con el coste de acceder a otros mercados. Por ejemplo, si una empresa tiene que adaptar su producto para que sea atractivo en un mercado árabe, es probable que esta adaptación sirva también para otros mercados árabes, reduciendo así el coste de entrada a dichos mercados.
En el trabajo que presentó en el seminario, Eduardo, junto a sus coautores, desarrolla un modelo para cuantificar la complementariedad entre mercados de exportación, es decir, en qué medida la entrada a un mercado facilitará que se comience a exportar a otros mercados, y el impacto de dicha complementariedad sobre el número de operaciones de exportación y su valor. El trabajo muestra que si no existiesen complementariedades entre mercados las operaciones de exportación se reducirían en un 12% y el valor exportado en un 5%. El estudio también muestra que las complementariedades más importantes se dan entre mercados que están geográficamente cerca, seguidas por los mercados que comparten un idioma y los mercados que son miembros del mismo acuerdo comercial.
El trabajo de Eduardo y sus coautores tiene importantes implicaciones para las políticas públicas de promoción de las exportaciones. En muchas ocasiones, estas políticas tienen por objetivo aumentar las exportaciones a mercados con una importante demanda y potencial de crecimiento, y en el que la presencia de empresas exportadoras es escasa. El trabajo de Eduardo muestra que a la hora de identificar esos mercados clave es importante tener en cuenta también en qué medida la entrada a esos mercados facilitará la entrada a otros mercados.
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