Entrevista realizada en Cadena Ser, en el programa “Hoy por hoy Bilbao-Bizkaia” (08/11/2022)
Natalia Ojeda es académica electa de la Real Academia de Medicina del País Vasco y acaban de confirmarla como directora del Comité de Desarrollo Mundial de la Sociedad Internacional de Neuropsicología, a cuya presidencia por primera vez optaba un español. Es noticia porque nunca antes un profesional de la psicología lo había conseguido y lo es porque es la segunda mujer que lo consigue, ante lo cual nos ha contado en ‘Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia’ que está “agradecida por la decisión tan valiente que ha tomado la Real Academia de Medicina del País Vasco, haciendo una apuesta visible en la que por primera vez se admite a una persona con trasfondo de formación psicológica y no médica y por ser la segunda mujer, que ya era hora, aunque detrás de mí está prevista la entrada de varias más”.
Sobre los objetivos en su nuevo cargo, “una de las cosas que estamos haciendo es financiar a profesionales de todo el mundo en cómo es el cerebro y llegar a rincones en los que la especialidad no está tan desarrollada, estos profesionales puedan ayudar, de modo que el impacto es directo en la población”. “Estudiamos también cómo mejorar la calidad de vida en una población cada vez más envejecida. Desde hace años estamos mejorando los hábitos de vida y mediante esos cambios positivos, directamente han tenido ya un impacto de contención en algunas demencias”.
Ojeda, que es catedrática de la Universidad de Deusto y lleva tres décadas acercándose a las generaciones de psicólogos y neuropsicólogos que pasan por la universidad sin desatender a sus pacientes, ha analizado la evolución de los propios pacientes en la actualidad. Indica que “fruto de la pandemia, fruto de la concienciación social, de la difusión, de quitar el estigma que tenía la salud mental, vemos personas que vienen cada vez más incluso en fases tempranas de problemas de salud y que piden ayuda a profesionales, levantan la mano y con valentía, inteligencia y autocrítica dicen, necesito ayuda”.
Echando la vista atrás, explica Ojeda que “hay una mayor inmadured, menor responsabilidad” que puede tener que ver con “cambios sociales, generacionales, cómo se entiende la paternidad y la maternidad, que si tenemos un hijo queremos que tenga todo. Eso tiene ventajas, pero también muchas desventajas, como tener menos tolerancia hacia la frustración”.
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