Artículo publicado en El Correo (27/12/2022)
Podemos ser un país con trabajo decente y mayor igualdad, líder en una transición ecológica justa y vanguardia feminista y del conjunto de derechos y libertades. Podemos ser un país del cual estar orgullosos.
Vivimos tiempos decisivos. Tras la experiencia de la pandemia, entre el dolor y momentos de extraordinaria humanidad, nos dimos cuenta de que había llegado el momento de cambiar cosas importantes de nuestras vidas y nuestras sociedades. Cuando parecía que empezábamos a ver la luz al final del túnel nos encontramos con una guerra en Europa y sus consecuencias económicas. Volvió a Europa una inflación desconocida en las últimas décadas y, mientras la incertidumbre crecía, regresaban también los discursos del odio y el miedo al diferente.
En estos tiempos de incertidumbre y desorientación necesitamos acercar la política a la ciudadanía, hacer frente a la desafección y buscar una mayor cohesión entre las instituciones y la sociedad, apostar por una gobernanza colaborativa. Nuestras sociedades democráticas arrastran demasiadas heridas y los partidos políticos no parecen capaces de ofrecer soluciones de fondo, ni sobre todo un horizonte de futuro. Pero la ciudadanía que sabe que la política es la única herramienta de la gente común para transformar la realidad está esperando.
Hay que seguir fortaleciendo los servicios esenciales de Salud, Educación y Protección Social, y garantizar su carácter universal, la mejora continua de la calidad y su sostenibilidad futura. El compromiso social debe ser una prioridad.
La igualdad real de género es uno de los retos inaplazables del siglo XXI para el conjunto de la humanidad y es aplicable a todos los sectores: economía, política, formación, cultura, ocio o vida social. Hay que impulsar la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos de representación y liderazgo.
Debemos abordar con determinación la transición energética y ecológica en un marco de sostenibilidad económica, social y política. Hay que incorporar la Agenda 2030 a la gestión de las políticas públicas en todas las instituciones. La Agenda 2030 debe ser un marco de referencia para la gestión, dando prioridad al reto demográfico, la digitalización de la economía y la sociedad, y la lucha contra la exclusión social.
Todo lo que acabas de leer son los compromisos del PNV y de la plataforma Sumar de Yolanda Díaz y que puedes encontrar en sus páginas web.
Los he mezclado con la misma proporción. Te propongo adivinar qué párrafo pertenece a cada formación. En el 2023 pasarán muchas cosas imprevistas, pocas certezas quedan por romper. Pero Europa, España y Euskadi están generando un marco discursivo compartido ilusionante orientado a la protección a los vulnerables, la regeneración del planeta y a la defensa de la democracia que difumina las categorías izquierda y derecha, y hace inservibles las etiquetas de la nueva y la vieja política.
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