Cuando empiezas bachillerato y por obligación tienes que empezar a pensar la carrera universitaria que quieres realizar, y dónde la vas a hacer, la cantidad de opciones que empiezas a buscar por internet es inmensa. Aunque tengas una idea en mente, esta puede perder o ganar fuerza debido a la cantidad de variedades que puedes encontrar.
Personalmente, tengo que confesar que cuando terminé segundo de bachillerato seguía sin saber qué carrera quería estudiar, aunque pensaba que solo tenía la opción de entrar a una universidad en concreto. En clase, mi tutora me recomendó que solicitara acceso también en la Universidad de Deusto ya que, aunque estudié ciencias tecnológicas, cuando me preguntaban sobre mis preferencias, el grado de Turismo era el que más se relacionaba conmigo. Mientras buscaba por internet qué otros grados me podrían interesar, encontré la jornada de puertas abiertas. Aunque la modalidad en ese entonces era virtual debido a las restricciones y medidas por el Covid-19, para algunas titulaciones tenías la opción de reunirte presencialmente con un profesor del grado en el que estuvieras interesado.
Fui a la entrevista a pesar de no estar segura debido a mis limitaciones económicas y no creer poder permitírmelo. Sin embargo, una vez la profesora me lo explicó, hizo que todas mis inseguridades desaparecieran y definitivamente aplicara para el grado en Deusto. La forma en que me habló de cómo se impartían las asignaturas y las opciones que tenía para la admisión, me llevaron a probarlo. Es una decisión de la que no me arrepiento en absoluto.
Trabajo con una beca de colaboración de las que ofrece la Universidad en el departamento de prensa, y cuando me pidieron el favor de ayudar en las sesiones informativas para el curso 2023-24, quise echar una mano para así contribuir en la decisión de los futuros posibles estudiantes. Considero que, el hecho de que un estudiante te hable desde su experiencia personal, puede aportar una sensación de mayor seguridad.
Tuve la oportunidad de estar a cargo de un puesto de información en el Claustro Auditorio y ver tantas familias y jóvenes buscando cuál es el lugar adecuado para estudiar lo que les impulsará a tener el futuro que desean, me pareció una imagen increíble. Como el stand donde yo estaba también era el punto de partida para la visita guiada al CRAI, aproveché la espera de los que se quedaban allí hasta la siguiente visita para mencionar detalles que no son tan relevantes como los que te pueda dar un profesor, pero que sí pueden resultar de gran utilidad antes de empezar a estudiar. Datos como, los diferentes puntos donde poder estudiar individualmente o en grupo, el nuevo aula 001 o incluso los precios de los menús de las diferentes cafeterías que hay en el campus.
Como conclusión de esta experiencia, puedo decir que me alegro mucho de haber puesto mi granito de arena en esta labor, y animo a todos aquellos que tengan la oportunidad de hacerlo, que lo intenten. Poder ayudar a los demás de esta manera, deja una sensación de satisfacción e incluso orgullo, por estar realizando una contribución que no parece tan relevante pero que en realidad sí aporta más de lo que pensamos. Lo repetiría sin dudar.
Saioa R. Erazo
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