Artículo publicado en el blog Legal Today (19/04/2023)
Qué es? ¿Cómo funciona? ¿De dónde adquiere la información? ¿Es legal? ¿Qué pasa con los derechos de autor? Y, ¿la propiedad intelectual? Son varias de las preguntas que hacen los usuarios de Internet desde la repentina aparición de sistemas de chat, fundadas en la Inteligencia Artificial como pueden ser ChatGPT o Galáctica, que son capaces de dar respuestas personalizados y coherentes mediante la utilización de datos de miles de millones de sitios web, lo que nos llega a plantear varias cuestiones legales.
Antes que nada, ChatGPT es un sistema de chat fundado en el modelo de lenguaje por IA GPT-3, creado por OpenAI y que está capacitado para crear contenido que parece humano. En el caso de que dos usuarios presenten al ChatGPT la misma pregunta, probablemente producirá respuestas parecidas, pero nunca idénticas. De modo que, cuanto más información y datos adquiera, su facultad para crear respuestas originales y únicas aumenta. No obstante, tiene sus limitaciones, por un lado, contiene información producida hasta 2021 y por otro lado, no siempre está en lo cierto.
Poco a poco su uso se está implementando en muchos sectores de la sociedad como la educación. En el ámbito jurídico tampoco se están quedando atrás ya que en enero DoNotPlay desarrolló una plataforma de asesoramiento jurídico que tenía como base la IA, en concreto, la tecnología ChatGPT de OpenAI. Incluso realizaron la propuesta de utilizarlo en un juicio real, pero el fundador de la aplicación fue topado con la negativa de organizaciones de abogados y el BAR, por ejercer el Derecho sin tener ningún tipo de autorización.
Es evidente que estamos ante una herramienta preciada, pero a su vez todo esto no ha evitado que se enciendan las primeras alarmas tanto en colegios como en universidades, que ha dado lugar a debate sobre el uso de este tipo de tecnologías en la educación. Ante ello, varios países han empezado a tomar medidas, como es el caso de Italia que ha prohibido su utilización por no respetar la ley de protección de datos. Incluso un grupo de expertos en nuevas tecnologías, entre las que encontramos a Elon Musk, han exigido una suspensión de seis meses argumentando que la plataforma se constituye como una amenaza para la sociedad.
Al final, esta plataforma tiene la capacidad de generar contenido como consecuencia de distintos módulos de texto recién lanzados juntos, por ello, la información generada es original. No obstante, es innegable mencionar que el contenido que crea está basado en la información que se encuentra en la red, es decir, es información que tiene su procedencia en diferentes fuentes. Cuanto más información tenga cada vez más naturales serán las respuestas. Dicho esto, la aplicación genera contenido a partir de su conocimiento que es el resultado de la formación que ha adquirido, no pudiendo extraer nueva información de otras fuentes, ni de Internet, en general.
Ante ello, es imprescindible dejar claro que la ley de derechos de autor tiene el objetivo de proteger el contenido creado por artistas, autores o demás creadores y que estos no sean utilizados sin antes haber obtenido autorización. Dicho esto, la Ley de Propiedad Intelectual, actualmente, determina que únicamente las personas físicas pueden ser sujetos de autoría, es por ello que, el contenido o información generada por ChatGPT no está sujeta a derechos de autor. En otras palabras, hablamos de plagio únicamente cuando una persona hace uso de la propiedad intelectual de otra sin reconocimiento de la fuente ni consentimiento del autor, por ello, como ChatGPT no posee propiedad intelectual propia, sus contenidos pueden ser utilizados. Sin embargo, si la información en la que se basa la plataforma fuera plagiada, consecuentemente sus respuestas también lo serían.
Pero, si el contenido creado no puede estar sujeto a auditoría por tratarse de una inteligencia artificial ¿Quién podría ser autor de estas obras? ¿Podría estar esté sujeto a derechos de autor? Al final, el contenido generado es considerado como nuevo, por lo que se nos plantea la idea de que el usuario que haya “creado” la obra sea titular de derechos de autor o que la propia plataforma lo sea.
Estas son varias de las cuestiones que por ahora no tienen respuesta. Ante estas lagunas legales, la Unión Europea está elaborando un proyecto de ley con el objetivo de regular la inteligencia artificial que podría estar terminado para 2024, acabando así con la incertidumbre que está sometido la sociedad respecto a este nuevo cambio.
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