Artículo publicado en Deia (08/05/2023)
El pasado 3 de mayo la Fundación Arizmendiarrieta organizamos en Bruselas, conjuntamente con el Parlamento europeo y la COMECE (Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea), el Seminario titulado “Hacia un nuevo modelo de empresa en Europa” en el que se debatió sobre virtudes y limitaciones del llamado MIPE – Modelo Inclusivo Participativo de empresa, y las posibilidades de su aprovechamiento a nivel de la Unión europea.
El subtítulo del Seminario, De la Experiencia de Mondragón hacia un Modelo inclusivo participativo de empresa, anticipaba que dicho Modelo se basa en las experiencias exitosas en prácticas de gestión y participación de las personas en el Grupo Mondragon (aunque también en otras empresas destacadas por su éxito empresarial y por las prácticas de gestión humanistas que han ido implantando).
Expusimos que se trata de un modelo aprobado por unanimidad en los Parlamentos Navarro y Vasco, y que, con la colaboración de Euskalit —la Fundación vasca para promover la Gestión Avanzada—, se concreta en Buenas Prácticas de gestión y posibles indicadores de avance.
Se recordó, asimismo, que diferentes ámbitos empresariales y sociales del País Vasco, Navarra y el Estado, pero también del entorno internacional católico vienen valorando favorablemente la aportación del MIPE para mejorar, en empresas con forma jurídica convencional, su gestión humanista y su competitividad, solicitando a nuestra Fundación que lo divulgue con acciones tan notorias como este Seminario en el Parlamento europeo.
Entre las intervinientes, de las instituciones europeas participaron dos europarlamentarias, la italiana Patrizia Toia, del grupo S&D – Socialistas y Demócratas, y la vasca Izaskun Bilbao, del grupo Renew Europe, así como Oliver Röpke, presidente del EESC – Comité Económico y Social Europeo; Isabelle Schomann, secretaria de la Confederación Europea de Sindicatos, y Giuseppe Guerini, presidente de la Confederación Europea de Cooperativas Industriales y de Servicios.
Intervinieron también el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Navarra, Mikel Irujo, y Víctor Meseguer, comisionado del Gobierno español para la Economía Social.
En nombre de Fundación Arizmendiarrieta expusimos el MIPE y respondimos a preguntas y comentarios yo mismo, Jon Emaldi, y Juan Manuel Sinde, su presidente. Algunos comentarios a recoger: La europarlamentaria Patrizia Toia, en relación con la importancia de los valores, reconoce la Experiencia de Mondragón como una referencia en el funcionamiento basado en la solidaridad y el apoyo mutuo, a la vez que un Grupo empresarial de éxito. Lo considera una buena fuente en la que aprender cómo gestionar las empresas de forma diferente, lo que es especialmente necesario en estos momentos de dificultades.
Izaskun Bilbao sitúa esta iniciativa dentro del Pacto Verde Europeo, dentro de una apuesta integral por la sostenibilidad. “Otro mundo es posible si las personas se ponen en el frente del desarrollo económico”. Así, para adaptarnos a cambios que son necesarios, debemos colocar en el centro del debate económico y político planteamientos como el del MIPE, ya que prioriza el interés de los proyectos colectivos, nuestras empresas, antes que los intereses de diferentes grupos de interés. Entiende que se alinea con recientes Resoluciones del Parlamento europeo sobre democracia en la empresa y participación.
En una línea similar, Oliver Röpke afirma que esta conferencia “está cercana a mi corazón” y a las prioridades del Comité Económico y Social, como su Plan de Acción de apoyo a la economía social. Pero, además, indica que en los avances en humanismo, competitividad y rentabilidad necesitamos llegar más lejos, a más empresas que las de la economía social. Califica al Comité como un “fuerte aliado” para promover la economía social y también la participación de las personas en todas las empresas.
Isabelle Schoman, en relación con la solidaridad y la participación, ha insistido en que implican poner a las personas en el frente de todas las actividades. La participación supone ser “parte activa en los procesos de toma de decisiones”. El trabajo se ha convertido en una “commodity” y un recurso donde “rebajar costes” y la participación en la empresa de personas trabajadoras y sindicatos ayuda a cambiar esta situación.
Mikel Irujo ha expuesto políticas de apoyo a las empresas y a su enraizamiento en el territorio aplicadas en Navarra, que se han adelantado en el tiempo a las políticas europeas, como es el caso de su Plan de apoyo a la economía social. Ha coincidido con otras intervenciones en que en el próximo semestre de Presidencia española de la Unión Europea, la democracia en el trabajo y la economía social por primera vez son prioridades de la agenda política.
Igualmente coincidiendo con otros ponentes, Víctor Messeguer ha enfatizado la importancia de los valores dentro de todas las empresas. También ha insistido en la oportunidad de un plan estratégico de inversión en la economía social que se está iniciando en España gracias a fondos europeos.
Giuseppe Guerini se ha centrado en la aportación de la economía social, destacando la conexión de cooperación con educación, y también con democracia y avance social. Ha puesto el ejemplo de zonas, como Mondragón o Emilia Romagna, con concentración de empresas cooperativas, donde también se aprecia un alto nivel económico y de desarrollo social.
La explicación de nuestra Fundación se ha basado en la versión internacional del MIPE y su desarrollo en colaboración con Euskalit: https://arizmendiarrietafundazioa.org/documentacion/publicaciones/mipe-internacional-desarrollo-de-ambitos-orientaciones-y-posibles-indicadores.
En el debate posterior surgió un diálogo vivo y diverso, desde la perspectiva de las personas y empresas europeas: si la propuesta pudiera ser útil para hacer frente al dumping social salarial de los países emergentes; si pudiera servir ante la competencia de trabajo en remoto y bien remunerado de empresas americanas a personas europeas muy cualificadas; cuáles son las barreras prácticas para implantarlo en la empresa, a pesar de su aportación a una mayor rentabilidad; la importancia de los apoyos públicos en aspectos normativos y en materia fiscal; la problemática del cumplimiento de exigencias medioambientales también en subsidiarias fuera de Europa; la contradicción entre demanda de mayor influencia en decisiones empresariales, pero limitando la corresponsabilidad en eventuales resultados negativos,…
Sin duda, la iniciativa es un salto cualitativo en la difusión del MIPE a nivel internacional, que nos acerca a la posibilidad de que esta propuesta navarra y vasca sea avalada por algún Órgano europeo, aspecto en el que vamos a trabajar en el próximo futuro.
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