Artículo publicado en El Diario Vasco (06/06/2023)
El curso académico 2022-2023 ya está tocando su fin. Estas semanas los alumnos de grado están realizando los exámenes de las asignaturas que han cursado durante este segundo cuatrimestre. Para ellos, es el momento de demostrar lo que han aprendido, y para nosotros, el momento de evaluar su nivel de conocimiento y de desempeño en cada materia.
Los docentes tomamos a diario decisiones que impactan en nuestros alumnos. En un contexto ideal, estas decisiones deberían responder a criterios de conocimiento, objetivos, racionales y medibles. Pero, ¿somos los profesores racionales en todas las ocasiones y contextos, o tomamos decisiones sesgadas?
El laboratorio de economía del comportamiento de la Fundación COTEC para la innovación ha realizado recientemente un estudio acerca de la economía del comportamiento aplicada a los claustros docentes a través del cual han querido estudiar los sesgos en la toma de decisiones de los profesores. Para ello han desarrollado un experimentado en el que han participado 304 profesores de educación primaria y secundaria. En el mismo, analizaron los patrones de comportamiento en algunos aspectos de la práctica docente en seis contextos hipotéticos, pero que se producen con asiduidad en la práctica educativa (ver Tabla 1).
Tabla 1. Experimentos realizados
Situación planteada | Tema abordado | Posibles respuestas |
Se plantea modificar el proceso de evaluación incorporando rúbricas en lugar de exámenes basados en las preguntas del libro | Herramientas de evaluación: exámenes vs. rúbricas | a. Continuar con los exámenes habituales b. Incorporar la evaluación a través de rúbricas. |
Se plantea sustituir libros de texto por un único dispositivo electrónico | Selección de materiales didácticos: libros de texto vs. materiales digitales | a. Mantener los libros de texto b. Incorporar un único dispositivo electrónico |
Antes de Incorporar el Aprendizaje-Servicio (APS), un claustro decide analizar y evaluar esta innovación para ver si mejora o empeora los aprendizajes alcanzados por los alumnos. Para ello utiliza las notas de los estudiantes que han participado durante un mes en una experiencia APS y de otro grupo de estudiantes que han continuado con sus procesos educativos habituales. | Toma de decisiones: basada en datos vs. toma de decisiones basada en modas | a. Los alumnos que estudian con APS aprueban más fácilmente que los que utilizan el sistema de enseñanza habitual b. Los alumnos que estudian con APS suspenden más fácilmente que los que utilizan el sistema de enseñanza habitual |
Diferencias entre grupos (clases): La Clase A, con un mayor número de alumnos y formada por estudiantes buenos en cuanto a notas y comportamiento; y la Clase B, compuesta por 15 alumnos, estudiantes heterogéneos en cuanto a notas y comportamiento y que cuenta además con 1/2/3 estudiantes con necesidades educativas especiales diagnosticadas | Participación en actividades externas al centro o proyectos: Participación vs. no participación | Selección por comportamiento: Hay que elegir una de las clases que, como representante del colegio, recibirá un premio. a. La clase A b. La clase B Selección por resultados académicos: Sólo una de las dos clases puede participar en el piloto de un proyecto internacional de educación digital. c. La clase A d. La clase B |
En una clase de 6º EP/4º ESO formada por 25 estudiantes hay dos que obtienen una nota media de final de curso de 3,5. Uno de ellos es inmigrante y el otro está diagnosticado de TDAH. Las normas dictadas desde Inspección dicen que sólo puede repetir curso uno de esos alumnos | Repetición de curso: Perfil disruptivo vs. perfil no disruptivo | a. Que repitiese uno de los alumnos (inmigrante o TDAH) b. Hacer una prueba extra para determinar quién repite |
Uno de los problemas habituales de las encuestas es que los participantes contestan anticipando la finalidad del estudio, es decir, eligiendo aquellas respuestas que consideran que son las correctas para mostrar una buena imagen personal. Para evitar estos problemas, los autores del experimento pidieron a cada participante que respondiera imaginando cuál cree que sería el resultado de una hipotética votación de 10 profesores de su centro para cada situación. Por ejemplo, un participante que pensara que el claustro de su centro se repartiría de manera igualitaria entre las dos opciones planteadas, respondería con 5 votos para A y 5 para B en todas las preguntas.
De manera complementaria al experimento, se organizaron sendos grupos de discusión con profesores, uno de educación primaria y otro de secundaria. El objetivo de estos grupos era contrastar los resultados del experimento, de manera que se pudiera analizar la existencia o no de sesgos que influyeran sobre la toma de decisiones docentes.
Los resultados del estudio evidencian que la mayoría de las personas participantes pensaron que sus compañeros tienen sesgos. No hubo ningún docente de los 340 participantes que pensara que sus compañeros no tienen ningún sesgo, mientras que sí se registraron casos en los que se pensaba que todo su claustro (100%) se colocaría en una opción sesgada.
El estudio también quiso profundizar acerca de qué variables personales inciden sobre la percepción que los docentes tienen sobre la toma de decisiones de sus compañeros: edad, sexo, años de experiencia docente, etapa en la que ejerce la docencia (primaria o secundaria), titularidad del centro educativo en el que trabaja (público o privado-concertado), categoría laboral (empleado público o contratado laboral) y puntuación en el test de reflexión cognitiva. Los resultados derivados de este análisis reflejaron que las dos únicas variables que mostraron resultados significativos en la toma de decisiones docentes son la edad y la etapa educativa en la que se trabaja. Mientras que los profesores más jóvenes y los que imparten clase en educación secundaria manifiestan tener una mayor percepción de sesgos entre sus compañeros de claustro, el profesorado de mayor edad y el que imparte clase en educación primaria evidencia una menor percepción de sesgos entre sus compañeros.
Al leer el estudio, echaba de menos el hecho de que sólo se abordara el análisis de los sesgos considerando las opiniones de los pares, pero excluyendo las opiniones del alumnado. Tal vez dicho análisis nos arrojaría más luz sobre cómo somos percibidos por las propias personas a las que estamos tratando de formar. Sin duda alguna, un tema para desarrollar el pensamiento crítico el curso que viene.
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