El diplomático realizó la ponencia inaugural de las III Jornadas Jurídicas por la Palabra de la Universidad de Deusto, en la que ahondó sobre la guerra en Gaza. Cree que el ataque de Hamás responde a que el problema palestino había pasado a segundo plano con los acuerdos entre el Aviv y los países árabes.
Entrevista publicada en El Correo (20/10/2023) | Gerardo Elorriaga.
BILBAO. La guerra de Israel abrió las III Jornadas Jurídicas por la Palabra, que se clausuran hoy en la Universidad de Deusto. El conflicto fue expuesto en la ponencia inaugural por el diplomático Jorge Dezcallar, exdirector general del Ministerio de Asuntos Exteriores y del CNI, el servicio español de inteligencia, y antiguo embajador en Estados Unidos.
– La pandemia dejó al mundo en shock, pero nadie podía prever el panorama que ha llegado después.
– Se suceden las crisis climáticas, económicas y bélicas. Estamos asistiendo a una aceleración del tiempo histórico. Lenin decía que hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas. Vivimos así. Esto responde al fin de una era geopolítica y el comienzo de otra. Aquella que comenzó en 1945 con el reparto del poder entre los vencedores de la Segunda Guerra Mundial está cuestionada por países que, entonces, eran colonias, como India, o estaban en guerra, caso de China. Quieren un nuevo orden no ligado a reglas demasiado occidentales, blancas y cristianas. Hoy sería imposible conseguir consenso para alcanzar la declaración universal de los derechos humanos.
– ¿Cómo han podido los palestinos entrar en Israel y ejecutar ese ataque terrorista?
– Hamás se sintió sorprendida ante el derrumbe de la defensas. Creo que ha habido un exceso de confianza por parte de los israelíes a lo que ayudó el desvío previo de fuerzas a Cisjordania ante los excesos de los colonos, pero me cuesta comprender cómo el Mosad y el Shin Bet, la inteligencia interior, no percibieron algo que conocían miles de personas. El envío de 2.000 comandos no se prepara en quince días. Incluso Egipto parece que avisó. ¿No lo tomaron en serio o no se trasmitió la alarma? ¿Los políticos la leyeron?
– Esta operación se produce cuando culminaba la estrategia diplomática de Israel en el mundo árabe.
– Es la razón de fondo que explica el estallido. El problema palestino había pasado a segundo plano. Los acuerdos de Trump para promover relaciones diplomáticas de Israel con Bahrein, Marruecos, Emiratos y Sudán, a cambio de regalos, habían roto el boicot palestino al respecto que practicaba en el mundo árabe. Cuando Washington buscó el acercamiento entre Israel y Arabia Saudí, el gran líder suní, saltaron sus alarmas. El mundo los había olvidado y temieron que, tras Riad, todos los demás seguirían sus pasos. Dijeron que había que atraer la atención, pero la forma ha sido inaceptable.
– Los bombardeos sobre Gaza han hecho olvidar las matanzas de los kibutz y del festival de música.
– Los occidentales hablan de terrorismo, los amigos de Hamás aplauden la iniciativa y otros como Turquía, Arabia Saudí, Rusia y China dicen comprenderlo. La gran masa de países del sur reprocha a Occidente su doble moral y le dice que monta un pollo por la ocupación de Ucrania y no por la de Palestina hace setenta años, considerada ilegal por el Consejo de Seguridad de la ONU.
– ¿Hamás era consciente de las dimensiones del contraataque?
– Estoy convencido de que sí, los terroristas, y utilizo esta palabra en este caso, que atacaron a los chicos del festival ya se consideraban muertos antes de salir. Se sentían mártires. Contaban con la respuesta hebrea e incluso deseaban que cuanto peor, mejor, para crear una ola de solidaridad.
El coste de la ocupación
– ¿Qué puede suceder? ¿Israel intentará empujar a los palestinos fuera de la Franja o apoderarse de parte del territorio?
– ¡La gran incógnita! Los halcones israelíes piden anexionarla y echar a los palestinos, pero Egipto no está dispuesto a acogerlos. Y ocuparla y gobernarla con población hostil resulta muy complicado. Los moderados pretenden colocarla bajo la Autoridad Palestina, pero llegar a Gaza a lomos de los tanques de Israel no es fácil. ¿Colocarlo como un mandato de Naciones Unidas? Se antoja prematuro. ¿Y qué hacer con dos millones de personas sin nada?
– ¿Se trata de un problema irresoluble? Israel ha obstaculizado la creación de un Estado palestino con su política de asentamientos. No asume culpas y el problema parece que no va con ellos.
– No, no va con ellos. Se han acostumbrado a que la ocupación exige un coste que pueden asumir. Solían decir que cada pocos años había que cortar el césped. En las últimas cinco elecciones, el tema de la ocupación no ha estado presente en los debates electorales. Se da por sentado, sobre todo por este Gobierno. que incluso quiere ampliarla.
– ¿Cuál es el futuro?
– Israel debe decidir qué quiere ser de mayor, si un Estado democrático, judío, como dice la reforma constitucional, o un territorio en el que se practica el régimen del apartheid y la ‘bantustanización’. La situación actual va a resucitar la idea de dos Estados, actualmente inviable porque supondría desmantelar muchas colonias y pagar un gran peaje interno.
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