Vitoria fue notición en todo el Estado, no por su Anillo Verde o curiosa vialidad, sino porque el Ayuntamiento permitió a un perro asistir a la boda de sus amos
Artículo publicado en El Correo (01/11/2023)
Miren ustedes por dónde, nuestra ciudad, otrora la Atenas del Norte, ha sido recientemente noticia en toda España, perdón, en todo el Estado. Diarios escritos y digitales, emisoras de radio, televisiones y redes sociales se han hecho eco de la noticia. No obstante, no aludían a nuestra ciudad por su calidad de vida, por su curiosa forma de concebir la vialidad, por su Anillo Verde o porque las listas de espera de traumatología fueran las más rápidas del mundo occidental.
Nada de eso, la noticia, qué digo noticia, el notición, nos confirmaba que la pareja de novios que deseaba que su perro Mak asistiera a la ceremonia de boda y portara los anillos consiguió el beneplácito del Ayuntamiento. Y la boda se celebró, ya lo creo que se celebró. Yo me alegro por los recién casados, han conseguido lo que querían, que su mascota participara del bodorrio, porque como todo el mundo sabe un perro, o sea lo que vine siendo un ‘canis lupus familiaris’ ha venido a este mundo para portar las arras en los esponsales. Así que lo primero es felicitar a los nuevos esposos. ¡Vivan los novios!
No han faltado las críticas, y es que la gente está loca por criticar: que si el Ayuntamiento se baja los pantalones por unas firmas en Change.org; que si Mak puede entrar a la casa consistorial por qué el San Bernardo de la tía Enriqueta no puede acompañarla al rosario en la parroquia; que si los animales van a tener más derechos que los humanos; que si en el banquete pondrían canapés con pienso para canes, en vez de tostas de salmón con marisco al brandy; que si mejor se preocuparan de tener hijos en vez de perros; que si un cánido entra en el Ayuntamiento a ver porqué los bueyes de la cuadrilla Batasuna no pueden salir en fiestas; que si a partir de ahora se van a volver a autorizar los circos con animales, que de seguir con tanta ‘tontez’ vamos a ser colonizados por una especie superior, las amebas, por gilipollas… que si esto, que si lo otro.
Yo creo que la gente lo que tiene es envidia. Bueno, eso o que son todos unos retrógrados y unos carcas. Incluso he escuchado que todo esto es un signo más de la superficialidad con la que esta ‘posmodernidad líquida’ aborda las cuestiones más importantes de nuestra vida social y, en el colmo de la desfachatez, oí el otro día a una reconocida psicóloga decir que los animales son animales y debiéramos procurar que se comporten como animales, sin utilizarlos como ‘seres de sustitución’ obligándoles a actuar con las maneras de los humanos. Pero ¿qué sabrá una psicóloga de estas cosas? Si fuera veterinaria, todavía. Lo dicho, ganas de fastidiar un día tan bonito como un día de esponsales. Quizás dentro de unos años esto sea la norma, incluso que el oficiante pueda ser un perro u otro ‘ser sintiente’. Me emociono solo de pensar en los recuerdos de nuestros nietos cuando rememoren ese día.
– ¿Te acuerdas cariño mío del día de nuestra boda?
– Ya te digo. ¡Hacía un día de perros! Je, je, je…
– Ja, ja, ja…
– ¿Hace otro canuto?
– ¡Vale, venga!
Jesús Prieto Mendaza.
Consultor Técnico Diplomado y Terapeuta Ocupacional Canino. Especialidad en protocolo y urbanidad para rotweiler, bichón maltés y schuzer miniatura.
Leave a Reply