La experta acaba de ser nombrada presidenta de la INS, la sociedad «más importante y antigua» de su especialidad. «Mi vida va a cambiar», reconoce.
Entrevista publicada en El Correo – edición impresa (11/12/2023) | Jon Garay.
La catedrática de la Universidad de Deusto Natalia Ojeda del Pozo recibió hace unos días la noticia de que había sido elegida presidenta de la Sociedad Internacional de Neuropsicología (INS, por sus siglas en inglés). Fundada en 1967, es la «más antigua y prestigiosa» de una disciplina que se ocupa de estudiar nuestro cerebro tanto desde el punto de vista físico -sus partes, funcionamiento…- como psicológico, su traducción en el comportamiento. Porque lo que pasa en el órgano que nos diferencia del resto de seres vivos y que con solo el 2% del peso corporal consume el 20% de nuestra energía es clave para entender lo que hacemos, desde los comportamientos más generosos y solidarios hasta los más terribles, como es el caso del monstruo de Lucero, el pederasta detenido en Madrid por violar a su bebé y ofrecerla a otros pederastas.
– En primer lugar, enhorabuena por su nombramiento. ¿Qué supone para usted presidir una institución tan importante?
– Es un verdadero honor. La INS es la institución más antigua y prestigiosa en Neuropsicología. Pero también es una responsabilidad. Está formada por 4.500 miembros de todos los continentes. Son las personas con mayor recorrido profesional en nuestro área de conocimiento.
– Se estrenará en febrero de 2024. ¿Qué tendrá que hacer?.
– Trabajaré con un equipo muy grande de personas. Se trata de promover la toma de decisiones y el desarrollo de los proyectos, organizar reuniones científicas y dos congresos al año en febrero y junio… Mi vida va a cambiar.
– Varias disciplinas se ocupan de nuestro cerebro. Psiquiatría, Psicología, Neurología… ¿De qué se ocupa exactamente la Neuropsicología?
– Sabemos que nuestro cerebro es el que regula todo nuestra vida, desde cómo procesamos la información, cómo nos sentimos, cómo respondemos al medio determina nuestra personalidad…. La Neuropsicología es la ciencia que estudia la relación entre nuestro cerebro y ese comportamiento que manifestamos.
Malestar social
– Entre esos comportamientos se incluyen los más atroces. ¿Cómo explica el caso del monstruo de Lucero?
– Es una combinación de factores. Por un lado, tiene rasgos psicópatas. Un psicópata se caracteriza por buscar la satisfacción de sus necesidades muy por encima de las demás personas. Para ellos, el otro es solo un recurso. Siempre tendrán una razón para justificar lo que hacen. Que haya ocurrido con un bebé lo hace más terrible. Por otro lado hay un componente social.
– ¿A qué se refiere?
– El modo en que vivimos en que todo es inmediato, el ‘yo me lo merezco’, las compras inmediatas, el darle a un botón y consigo lo que quiero… Los psicópatas toleran mal su malestar, el no poder hacer lo que quieran en el momento. Aprenden a aprovecharse de las fracturas del sistema. La Justicia está desbordada, como los sistemas sanitario y educativo, por lo que no se pueden dedicar recursos y tiempo para gestionar bien estas situaciones.
– Un experimento en los años sesenta demostró que ser malvado es más fácil si recibimos órdenes.
– Sí, es un clásico de la investigación social. La hizo Stanley Milgram, un psicólogo judío de origen húngaro muy sensibilizado con el Holocausto. Se preguntó cómo había sido posible que los soldados y guardas de los campos de concentración toleraran los gritos y el sufrimiento de las personas que estaban allí. Hizo el experimento con estudiantes de su universidad, Harvard. Era gente inteligente. Se dio cuenta de que con las instrucciones adecuadas, las personas eran capaces de acabar infringiendo más daño de lo razonable al de enfrente, aunque fuera alguien conocido. Somos más manipulables de lo que nos creemos.
– Se dice que móviles, tablets y demás dispositivos son uno de los grandes enemigos de nuestro cerebro porque causan déficit de atención.
– También se dijo cuando surgió la televisión. No es tanto el propio dispositivo como el uso y los hábitos que generamos con ellos. Esa responsabilidad no se la daría al propio ‘gadget’. Deberíamos restringirlos, pero no eliminarlos, buscar un mayor equilibrio.
– ¿Qué es lo que más nos inquieta?
– Detecto mucho malestar social de forma general. Creo que las condiciones de vida actuales representan un deterioro respecto a situaciones pasadas. Hay enfado por la atención sanitaria, por la situación económica, por las condiciones laborales…
– Entonces discrepa de su colega Steven Pinker, que asegura que nunca hemos vivido mejor que ahora.
– Es un compañero al que admiro y respeto profundamente pero matizaría su afirmación. Vivimos más años que nunca, pero no creo que vivamos mejor que nunca.
Tocar el violín en una operación y solo comer la mitad del plato
J. G. BILBAO. El neurólogo británico Oliver Sacks publicó en 1985 un libro que le hizo famoso en el mundo entero. En ‘El hombre que confundió a su mujer con un sombrero’ cuenta casos que atendió en su consulta, desde el que da el título del libro a otros en que un paciente se despertó en el hospital pensando que le habían robado una de sus piernas y puesto otra.
– Nuestro cerebro es muy peculiar. Por ejemplo, no siente dolor.
– Sí, solo en casos de tumores muy grandes o en casos de infartos cerebrales. Yo puedo sentir dolor en un dedo, pero no puedo sentir dolor directamente en mi cerebro. No lo siente, pero es en él donde se regula el dolor tanto físico como psicológico. Es por eso que se pueden hacer intervenciones en las que el paciente toca el violín en una operación.
-Y hay personas que solo se maquillan la mitad de la cara o solo comen la mitad del plato.
– Se llama heminegligencia. Lo que ocurre en este caso es que solo se procesa la mitad de la información que nos llega a través de los ojos. En ocasiones se ponen delante del espejo y se peinan solamente un lado de la cabeza, o se pinta la mitad de los labios… Otros solo comen la mitad de la comida y se les enseña a girar el plato para que coman todo. No son casos muy frecuentes, pero ocurren.
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