Entrevista publicada en Noticias de Gipuzkoa (21/12/2023)
Diecisiete años al servicio de la competitividad. Un recorrido en el que Orkestra se ha convertido en un referente cualificado entre los estudiosos, estudiosas y conocedores de los verdaderos pilares y secretos de la competitividad. ¿Qué valoración hace de esta trayectoria?
Valoro especialmente dos cosas de todos estos años de trabajo. En primer lugar, lo mucho que nos ha aportado la forma de trabajar que tenemos. La investigación transformadora que hacemos en Orkestra supone trabajar codo con codo con los agentes del territorio para abordar retos compartidos. Eso hace que aprendas mucho y que tengas que innovar continuamente en la forma de hacer investigación y de colaborar con otras organizaciones, lo que es muy enriquecedor. Por otro lado, destacaría el reconocimiento internacional que ha tenido esta forma de trabajar. Participamos en varias redes de investigación de todo el mundo y siempre ha sido algo que han valorado mucho sobre el instituto. Por ejemplo, Harvard Business School tiene un caso de estudio sobre Orkestra donde pone en valor nuestra manera de abordar los retos en colaboración e incidir en la competitividad de Euskadi.
¿Cuáles son las líneas de trabajo y los proyectos en los que actualmente están poniendo el foco?
Buscamos tener impacto real en dimensiones que son críticas para el desarrollo competitivo del País Vasco. Algunos de los proyectos que estamos trabajando actualmente abordan retos como la transición energético-medioambiental y los desafíos que supone para la industria y para la sociedad, o el reto del talento y cómo adecuar las capacidades de las personas ante la digitalización y el reemplazo generacional. En el ámbito empresarial trabajamos en proyectos sobre innovación y digitalización. También analizamos nuevos modelos de negocio como la servitización o la internacionalización de las pymes. Por ejemplo, hemos hecho varios estudios sobre los campeones ocultos vascos, que son empresas líderes en su nicho de mercado a nivel internacional.
¿Y en el día a día cómo trabajan en estos proyectos?
Buscamos dar respuesta a un reto real, desde la investigación, colaborando con entidades públicas y privadas.
Según el Informe de Competitividad del País Vasco 2023, que presentaron el pasado mes, la economía vasca ofrece un buen punto de partida para abordar la transición sostenible. Pero para avanzar en este propósito, ¿cuáles son los costes sociales y sacrificios a los que tendrá que hacer frente?
La transición sostenible es un problema global e integral que requiere cambios urgentes, muchos a nivel regional y local, y para el que no existe ‘un libro de recetas único’. Tenemos que realizar grandes transformaciones en la economía y en la sociedad, y en este proceso habrá sectores y cadenas de valor afectados más negativamente. Entre otras cosas, tendremos que actualizar las capacidades de las personas empleadas en esos sectores y promover la formación de nuevos perfiles dirigidos a los ‘empleos verdes’.
¿Cuáles son los retos de la competitividad desde el bienestar y la cohesión social?
En términos generales, el Informe de Competitividad muestra que Euskadi tiene unos buenos resultados de bienestar y cohesión social, con unos niveles bajos de desigualdad y una evolución positiva en ámbitos como el empleo, el aprendizaje o la salud. Pero, por ejemplo, con el encarecimiento de los precios de la energía, la proporción de personas que no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada ha aumentado en 2022, por lo que tenemos que seguir monitorizando las diferentes dimensiones del bienestar de las personas. En Orkestra siempre hemos defendido que el desarrollo económico tiene que ir de la mano del bienestar y que hay que fomentar sinergias entre ambos. Ahora también tenemos que meter en esa ecuación el factor medioambiental, ya que es uno de nuestros principales retos.
¿Y las palancas que pueden contribuir a avanzar en la transición hacia una competitividad sostenible?
El marco que usamos para medir la competitividad y el bienestar del País Vasco considera seis palancas: el capital natural, el capital físico, la financiación, el capital humano, el conocimiento y el capital social e institucional. En el informe de este año hemos puesto el foco en la transición hacia una competitividad medioambientalmente sostenible y hemos visto que hay aspectos clave en todas las palancas. En el caso del capital físico y capital natural, por ejemplo, se ve que necesitaremos realizar grandes inversiones en infraestructuras para aumentar los recursos energéticos renovables y reducir la emisión de gases de efecto invernadero. En la palanca de conocimiento vemos que el gasto y la financiación de la I+D, la excelencia científica y el desempeño en patentes relacionadas con la sostenibilidad muestran que el País Vasco cuenta con gran potencial para avanzar en la transición sostenible, pero será necesario orientar las políticas para que los resultados de patentes y publicaciones ‘verdes’” se conviertan en aplicaciones e innovaciones que permitan avanzar en competitividad y sostenibilidad a las empresas.
En el citado informe, además, desgranan una serie de recomendaciones para impulsar la competitividad.
Efectivamente, el informe propone seis recomendaciones para impulsar la competitividad territorial y empresarial en torno a la sostenibilidad medioambiental. Entre ellas destacaría dos: la necesidad de impulsar un papel central de la ciudadanía vasca informando bien y creando conciencia sobre la dimensión del reto para contribuir a la aceptación social de lo que implica la transición sostenible, y la importancia de seguir innovando en esquemas de colaboración y gobernanza colaborativa para gestionar conflictos, visiones e intereses contrapuestos.
El escenario internacional marcado por las guerras, la crisis energética, las secuelas de la pandemia… no ha hecho más que añadir capas de complejidad a todos estos objetivos. ¿Cómo le podemos dar la vuelta? ¿Cómo están haciendo frente a esta realidad las empresas?
La pandemia nos enseñó que la resiliencia y la capacidad de adaptación son fundamentales para hacer frente a situaciones de incertidumbre como la que estamos viviendo en los últimos años. Tenemos que ser capaces de tomar decisiones a corto y largo plazo, aprovechando las oportunidades que surgen en estas situaciones. Lo que aprendes de las situaciones de cambio, te prepara mejor para abordar otros cambios. Por ejemplo, las rupturas de suministro de algunos materiales y componentes que se produjeron en la pandemia han hecho que muchas empresas gestionen ahora sus suministros de otra manera, diversificando proveedores….
Hablemos del reemplazo generacional. Parece que resulta clave también para la competitividad de la empresa vasca.
Las empresas están experimentando en tiempo real los cambios demográficos. En 2022, en colaboración con el Departamento de Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco desarrollamos una investigación en torno al reemplazo generacional en la que encuestamos a casi mil empresas vascas para conocer su percepción sobre el reemplazo generacional e identificar sus necesidades. Concluimos que una buena planificación del reemplazo generacional en las empresas es fundamental para que la organización mantenga su competitividad de forma sostenida en el tiempo. Se debe propiciar la gestión de la edad en las empresas, proporcionando oportunidades para que las personas permanezcan y crezcan en el puesto de trabajo. También es importante reforzar políticas para el reemplazo generacional trabajando la inserción laboral a través de la formación de todas las personas en edad laboral, como personas paradas, personas paradas de larga duración, personas mayores de 55 años, personas inmigrantes…
Desde Orkestra ¿cómo ven a la empresa y sociedad guipuzcoana de hoy y mañana?
Los resultados de competitividad económico-empresariales son buenos, con crecimientos de PIB per cápita y rentabilidad empresarial, aumento de productividad e innovación de pymes y valores récord de exportaciones. Pero necesitamos seguir reforzando la productividad (sobre todo la de la industria manufacturera) y la innovación, y tenemos un importante reto de talento. También tenemos una buena posición en los indicadores de bienestar, con unos niveles bajos de desigualdad y resultados positivos en aspectos como la vida social o la salud. Sin embargo, no podemos bajar la guardia; tenemos retos importantes como la transición sociodemográfica, que nos afecta especialmente porque contamos con una población envejecida, o la transición medioambiental, que supone un gran desafío para un territorio industrial como el nuestro.
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