Artículo publicado en The Conversation (28/02/2024)
En un mundo marcado por la creciente tensión bélica y conflictos en lugares como Gaza, Ucrania y Yemen, el 48 aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática el 27 de febrero nos invita a reflexionar sobre la importancia de la paz en un contexto donde la escalada de violencia amenaza con eclipsar cualquier posibilidad de armonía internacional.
Paradójicamente, el conflicto del Sahara Occidental no parece ser uno de los que más preocupe a la comunidad internacional. Así, el informe anual de 2022 de la organización International Crisis Group no incluía al conflicto saharaui entre los 10 a tener en cuenta en 2023, aunque tampoco preveía la crisis de Gaza.
En el actual panorama mundial, la paz se encuentra en una encrucijada, desafiada por conflictos que parecen emerger en distintas partes del globo. Desde el genocidio retransmitido en directo en Gaza hasta los conflictos en Ucrania y Yemen, es evidente que la escalada de violencia está en aumento. Pero esta es solo la cara visible de la moneda.
Según la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra, hay actualmente más de un centenar de conflictos armados en el mundo, incluyendo 7 en Europa y 45 en el Norte de África y Oriente Medio. Mientras tanto, recientemente los mas de 350 participantes de alto nivel de más de 70 países que formaron parte de Conferencia de Seguridad de Múnich han evidenciado la incoherencia de la política exterior mostrando un doble rasero en la aplicación del derecho internacional personalizado en los conflictos de Ucrania y Palestina.
Un llamamiento a la paz y el diálogo
Pese a que el lema de esta conferencia, que empezó a celebrarse en 1963, es “Paz a través del diálogo”, la paz y el diálogo han desaparecido de la ecuación eclipsados por un intercambio de acusaciones y solicitudes de apoyo armamentístico. Solo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, reflexionó sobre el coste democrático de la situación mundial actual, preguntándose si “la democracia sobrevivirá en el mundo y si podemos defender nuestros valores”.
En este contexto, el aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática adquiere una relevancia especial, recordándonos la necesidad urgente de priorizar la paz por encima de la discordia. A lo largo de décadas, el pueblo saharaui ha mantenido un firme compromiso con la paz, incluso en medio de las provocaciones y ruptura de acuerdos por parte de Marruecos. Su anhelo por un futuro pacífico se ha manifestado de manera elocuente en su participación en los esfuerzos de resolución del conflicto y en su disposición constante a negociar la paz.
A pesar de las adversidades, los saharauis han demostrado una resistencia admirable, reafirmando su apuesta por la estabilidad regional en un contexto en el que nadie parece recordar que se cumplen ya 48 años de este conflicto a las puertas de Europa y que más de 250 000 personas se esfuerzan por sobrevivir en los campamentos de población refugiada de Tinduf, cada vez más olvidados por los donantes y la sociedad internacional.
A pesar de que el pueblo saharaui cuenta con referentes como Aminetu Haidar, premiada internacionalmente por su resistencia pacífica y lucha por los derechos humanos, recordándonos que la paz, a pesar de las provocaciones y desafíos, sigue siendo un objetivo fundamental para el pueblo saharaui, la comunidad internacional apuesta por blanquear a Marruecos concediéndole la presidencia del Consejo de Derechos Humanos.
Las complejas relaciones internacionales
El reciente viaje del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a Marruecos ha abierto interrogantes sobre su compromiso con el derecho internacional. Ignorar la ocupación y explotación del territorio saharaui por parte de Marruecos no solo contraviene principios fundamentales, sino que también pone de manifiesto la complejidad de las relaciones internacionales en un mundo cada vez más interconectado.
En este contexto crítico, se necesitan espacios de reflexión que puedan arrojar algo de luz a este panorama tan desolador. Próximamente, la Universidad de Deusto acogerá la conferencia “Sáhara Occidental: Explorando Nuevas Perspectivas desde el Derecho Internacional y las Relaciones Internacionales” para analizar las complejidades de la situación en el Sáhara Occidental, explorar nuevas perspectivas y buscar soluciones desde el ámbito del derecho internacional y las relaciones internacionales. Será un espacio para el diálogo constructivo, con la esperanza de encontrar caminos hacia la paz y la justicia en una región marcada por la controversia.
Parafraseando a Hannah Arendt, “en tiempos oscuros” es imperativo recordar que la paz y la cooperación internacional son fundamentales para construir un futuro sostenible y justo. La situación en el Sáhara Occidental nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre cómo podemos avanzar hacia un mundo donde el respeto al derecho internacional y la resolución pacífica de conflictos sean la norma, no la excepción.
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