Líderes y genios. Maya Angelou fue poeta, cantante, compositora, activista… y ejemplo de superación y valentía.
Artículo publicado en Expansión (28(08/2024)
El destino es caprichoso. Hace mucho tiempo leía en una lista interminable de cursos que ofrecía la University College Dublin un título que no podía dejar pasar. Pese a que vivía en Dublín, el horario me resultaba complicado, el momento inoportuno, la materia no estaba centrada en lo que estudiaba y la exigencia era muy alta. Pero supe de inmediato que no lo podía dejar pasar. Me dejó una huella imborrable y sensibilidad hacia temas no pensados hasta entonces. Se llamaba Literatura de la opresión. Y, entre los nombres, estaba el de Maya Angelou. Su autobiografía Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado es la primera de las siete novelas autobiográficas de la estadounidense y deja marcas y arañazos de dolor, de incomprensión, y también de belleza honesta.
La gran poeta, escritora, activista, defensora de los derechos civiles y la igualdad y figura influyente de la cultura afroamericana, Maya Angelou, vivió intensamente. Y esa intensidad la reflejó en su poesía y en sus libros autobiográficos que llevan a lo profundo de su compleja vida de manera directa, sincera, clara.
Madre a los 17 años, pasó por mil y un oficios: escritora, cocinera, poeta, camarera, editora, guionista, cantante, compositora, actriz, bailarina, periodista, activista por los derechos civiles de las personas afroamericanas o catedrática de Ética y Filosofía en Wake Forest University en Carolina del Norte. Amó ser profesora, enseñar. En una entrevista concedida a USA Today en 2008, Angelou habló de la enseñanza: “No soy una escritora que enseña. Soy una profesora que escribe. Pero tuve que trabajar en Wake Forest para saberlo”.
Los padres de Marguerite Annie Johnson (San Louis Missouri 1928-Carolina del Norte 2014) se separaron y su hermano y ella se fueron a vivir con su rigurosa abuela. Angelou fue violada por la nueva pareja de su madre a los 7 años. Enviado a prisión, murió asesinado y Angelou sintió que su voz le había matado. Y todo ello la enmudeció, literalmente. Así lo cuenta en Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado: “Creí que mi voz lo había matado; yo maté a ese hombre, porque dije su nombre. Y después pensé que nunca volvería a hablar, porque mi voz podría matar a cualquiera”. Dejó de hablar durante cinco años. “Mi mundo de niña quedó hecho pedazos que no volverían a recomponerse”.
Angelou cautiva con una fuerza arrolladora. En Carta a mi hija, extiende su sabiduría, su experiencia de vida y sus hondas reflexiones a todas las hijas. Nunca tuvo una hija. Y con voz propia se puede escuchar y ver a Angelou en YouTube diciendo: “Tengo tantos arcoíris en mis nubes. Tengo un montón de nubes, pero he tenido tantos arcoíris. Y una de las cosas que hago cuando me coloco en un escenario, cuando voy a impartir una clase, cuando voy a dirigir una película… yo traigo a cualquiera que haya sido amable alguna vez hacia mí, conmigo. Les digo ¡ven conmigo, voy al escenario! ¡Ven conmigo, te necesito ahora! (…). Y lo que podemos hacer es preparanos y así ser un arcoíris en la nube de otra persona. Sé una bendición para alguien”.
Obtuvo un Premio Grammy, fue nominada a un Emmy y recibió más de cincuenta títulos honoríficos. Eso es sólo un escueto resumen de su intensa trayectoria, y nada comparado con su intensa vida de lucha, de tenacidad, de resiliencia. Por tener claro ese concepto de resiliencia que los malos tiempos han puesto de moda, se puede recurrir a Albert Oriol Bosch, presidente de Honor de la Fundación Educación Médica y de las Ciencias de la Salud, quién definió así esta capacidad: “Resiliencia expresa la adaptabilidad de los individuos o los grupos frente a los retos o amenazas y se ha definido como la capacidad para vivir, desarrollarse positivamente o superarse […] frente al estrés o las adversidades que pueden normalmente ser causa de consecuencias negativas. Es un concepto positivo que reconoce los mecanismos para hacer frente exitosamente a los contratiempos y que refuerza a los individuos”.
Síndrome del impostor
Sin embargo, esos mecanismos esconden también inseguridades que afectaban y jugaban malas pasadas, a Angelou, esa mujer que un día perdió su voz. Describió muy bien cómo se siente quien padece el síndrome del impostor, tan bien que produce una ternura incontenible: “He escrito once libros, pero cada vez pienso que me van a descubrir de repente. Como si se la hubiese jugado a todo el mundo y me fuesen a pillar”.
En 1959 conoció al novelista John OliverKillens y, a propuesta de él, regresó a Nueva York para iniciar una carrera como escritora. Y tras escuchar a Martin Luther King en una iglesia del barrio decidió involucrarse en la lucha por los derechos civiles. En 1961 inició una relación con el activista sudafricano Vusumzi Make y de nuevo su vida da un giro. Tras separarse, se trasladó a Ghana donde coincidió con Malcolm X. Decidió regresar a su país para ayudarle a construir la Organización de la Unidad Afroamericana. La muerte de Malcom X poco después le dejó totalmente conmocionada y de nuevo sufrió un revés de ese cruel destino del que tanto hablaba Shakespeare: la muerte de Martin Luther King.
Después de tiempo de duelo profundo, de preguntas urgentes y de apoyo de amigos, retomó su actividad,sucarrera,lamúsica,supoesía… Y con la adversidad como profesora de sino, Maya Angelou enseñó de manera generosa que la verdadera valentía es la resiliencia, que sobreponerse y seguir avanzando es existir, que la empatía es la forma de alzar la voz por otros; y predicó con el ejemplo con su poema Y a pesar de todo me levanto.
Leave a Reply