Artículo publicado en el blog Ekonomiaren Plaza de El Diario Vasco (24/09/2024)
Mario Draghi, “Super Mario”, ha vuelto a la escena pública. Su CV es extenso y destaca por haber sido director ejecutivo del Banco Mundial en los 80, pero especialmente por haber sido Gobernador del Banco de Italia, Presidente del Banco Central Europeo (algunos de los billetes que tienes en tu bolsillo aún están firmados por él) y Primer Ministro italiano. Muchos aún recordamos sus palabras “mágicas” (y archiconocidas) de 26 de julio de 2012: “Within our mandate, the ECB is ready to do whatever it takes to preserve the euro. And believe me, it will be enough,”. Ese “whatever it takes” o “lo que fuera necesario” es considerado la salvación del euro por muchos.
Mario Draghi hizo público su informe de casi 400 páginas el pasado 9 de septiembre (día de Arantzazu, patrona de Gipuzkoa), auspiciado por la Comisión Europea (a petición de la Presidenta Ursula von der Leyen). No es posible resumir en este post su extenso informe (69 páginas la parte A y 328 páginas la parte B), pero me centraré en algunos aspectos que me parecen cruciales. El trabajo se titula “The future of European competitiveness” y tiene dos partes, la A, donde desarrolla la estrategia de competitividad para Europa, y la parte B, donde profundiza en el análisis y ofrece recomendaciones, tanto para las políticas sectoriales (energía, materias primas críticas, digitalización y tecnologías avanzadas-redes de alta velocidad y capacidad, computación e inteligencia artificial y semiconductores-, sectores intensivos en energía, tecnologías limpias, automoción, defensa, espacio, farmacéuticas, y transporte) como para las políticas horizontales (acelerando la innovación, cerrando la brecha de las habilidades, sosteniendo la inversión, fomentando la competencia y fortaleciendo la gobernanza).
El Informe Draghi, como así ya se le conoce, no es el primero de este tipo ni por su contenido ni por su formato. El siguiente informe más reciente es el Informe Letta por Enrico Letta (Primer Ministro de Italia, entre otros) de abril de 2024. Este informe, denominado “More than a market. Speed, Security, Solidarity. Empowering the Single Market to deliver a sustainable future and prosperity for all EU Citizens.”, contiene 149 de páginas de análisis y recomendaciones para profundizar en el Mercado Único Europeo (que data de 1993). Los que tenemos una cierta edad recordamos también el “Informe Sapir” (por el economista André Sapir, que lidera el informe que data de 2003) o “An agenda for a growing Europe. Making the EU economic system deliver”, que en sus 183 páginas analiza y propone recomendaciones sobre cómo fomentar y promover el crecimiento económico en la UE, acompañado de estabilidad y cohesión social.
Pero este el momento de Draghi, otra vez. Su Informe comienza así: “Europa ha estado preocupada por la desaceleración del crecimiento desde principios de este siglo. Varias estrategias para aumentar las tasas de crecimiento han ido y venido, pero la tendencia se ha mantenido sin cambios.” Este es un tema recurrente en la UE (y en España, en Euskadi, …) desde hace tiempo … como lo es también en este blog. La Figura 1 muestra la productividad del trabajo en la UE en relación a la de los EE. UU. durante 1890-2022, donde los valores por encima (debajo) de 100 señalan cuánto mayor (menor) productividad del trabajo tiene la UE respecto a los EE.UU. Así, un valor de 80 señala que la productividad europea es un 20% menor que el de los EE.UU. La productividad del trabajo mide típicamente el PIB por trabajador. En dicha Figura se puede observar que, la productividad europea, partiendo de valores bajos cercanos a 20 justo a la finalización de la Segunda Guerra Mundial, llega a igualar casi la estadounidense a mediados de los 90, pero desciende en estos casi 30 años hasta situarse ligeramente por debajo de 80, debido principalmente a que la UE no aprovechó suficientemente la revolución digital.
Figura 1. Productividad del trabajo en la UE versus EE.UU., 1890-2022, Índice EE.UU.=100
Fuente: Draghi, M. “The future of European competitiveness”.
Sin embargo, el Informe reconoce que, a pesar de ello, la UE ha acaparado un mayor peso del comercio mundial, la mujer ha continuado incorporándose al mercado de trabajo y, a partir de la crisis financiera global, el desempleo disminuyó ayudando a reducir la desigualdad y mantener la cohesión social. El entorno también era favorable sin mayores conflictos geopolíticos (relativamente), donde los Estados Unidos asumían el papel de policía mundial (y la UE se “aprovechaba”) y la dependencia de otros países (por materias primas, ….) estaba “bajo control” … hasta que buena parte de todo ese “pack” empezó a desmoronarse.
Según el Informe, el rápido crecimiento del comercio parece que se ralentiza, la dependencia energética se ha convertido en un asunto grave que influye negativamente en la actividad económica, la UE parece que se está quedando atrás en el cambio tecnológico que está teniendo lugar, la población en edad de trabajar disminuirá sustancialmente en los próximos años y todo ello hace que debamos mejorar la productividad aún más. Draghi calcula que para digitalizar y descarbonizar la economía, así como aumentar la capacidad defensiva, la UE debe aumentar el porcentaje de inversión sobre el PIB en torno a 5 puntos porcentuales y ello va a requerir un esfuerzo enorme, que no tiene precedentes. Y si no lo hacemos deberemos sacrificar parte de nuestro modelo social.
Partiendo de este diagnóstico, y contando con que tenemos unas buenas formación y sistemas de salud, y estados de bienestar fuertes en la UE, Draghi sugiere tres áreas para retomar el crecimiento sostenible:
- Cerrar la brecha (gap) de innovación, especialmente en las tecnologías avanzadas. Contamos con pocas compañías europeas fuertes en este ámbito y, a pesar de que se innova, una buena parte de las compañías europeas acaba en los Estados Unidos cuando se quiere comercializar lo que se ha creado.
- Contar con un plan conjunto de descarbonización y competitividad. El elevado precio de la energía resta competitividad, pero hay fortalezas y oportunidades importantes para la UE en la descarbonización por contar con tecnologías limpias (turbinas de viento, …) si bien China compite muy fuerte con una política industrial de masivo apoyo público.
- Aumentar la seguridad y reducir la dependencia. La dependencia de la UE de Asia en los materiales raros y en la tecnología digital es enorme. Además, la UE no es una potencia militar que ayude a garantizar los suministros vitales para la UE.
En las 3 áreas mencionadas, los países de la UE ya están actuando, pero falla principalmente el esfuerzo conjunto. Así, el informe señala que hay tres grandes barreras:
- La UE fija objetivos comunes, pero no se fijan prioridades claras o acciones de seguimiento. Por ejemplo, a pesar de que la UE dice que fomenta la innovación, se van añadiendo nuevas regulaciones, que son especialmente costosas para las PYMEs y en los sectores digitales. El todavía fragmentado Mercado Único no ayuda.
- Malgasto de recursos comunes. A pesar de un gasto conjunto enorme, se diluye en muchos instrumentos nacionales y comunitarios, por ejemplo, en la industria de la defensa o en la innovación.
- La UE no se coordina en aquello que es importante, en la estrategia industrial por ejemplo. La UE todavía cuenta con un proceso de toma de decisiones lento, complejo e ineficiente.
Finalmente, el informe señala que para poder afrontar la inversión masiva requerida:
- La UE debe avanzar en la Unión de los Mercados de Capitales, pero señala también que el sector privado no será capaz de financiarlo sin el apoyo público.
- La UE debe reformarse para poder aprovechar las ganancias de productividad, lo que dejará más espacio para las finanzas públicas.
Para ello, cree que es conveniente contar con la emisión de activos seguros comunes y contar con un fondo común de inversión en bienes públicos europeos (en innovaciones para descubrimientos importantes, defensa, redes, etc., por ejemplo).
Resumiendo, estamos otra vez a vueltas con cómo aumentar la productividad, y además con las recomendaciones “clásicas” de reducir la regulación, mejorar la gobernanza, reforzar el mercado único y fomentar la competencia, etc. Es en la parte de las políticas sectoriales donde detalla mucho más detenidamente los objetivos, propuestas y plazos que sugiere, teniendo en cuenta la evolución reciente y futura del orden global.
Creo que es un informe muy ambicioso en términos generales. El 3 de septiembre Mario Draghi cumplió 77 años. Espero que pueda ver algunos de los frutos de su informe …
@InakiErauskin
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