Artículo publicado en el blog Ekonomiaren Plaza de El Diario Vasco (17/12/2024)
Partiendo de mi último análisis sobre la evolución de la productividad laboral sectorial en Gipuzkoa, en este post realizaré un pequeño análisis de “shift-share” sobre los fundamentos de su evolución. Esta técnica permite descomponer el crecimiento de la productividad del trabajo (PIB por empleo a tiempo completo equivalente) en:
- Efecto de crecimiento de la productividad del trabajo dentro del sector (llamado “within sector”): recoge el crecimiento de la productividad dentro de los diferentes sectores suponiendo que no hay cambios en la estructura (distribución) del empleo de la economía.
- Efecto de crecimiento de la productividad del trabajo estático o cambio estructural estático (llamado “between sector”): recoge el crecimiento de la productividad debido a un cambio en la estructura del empleo hacia sectores con mayor o menor productividad con respecto al comienzo del período.
- Efecto de crecimiento de la productividad dinámico (“dynamic”), por la interacción de las productividades entre los sectores y el empleo a lo largo del tiempo, esto es, es el efecto de cambio estructural dinámico: recoge la medida en que las ganancias o pérdidas de productividad interactúan con la expansión o contracción del empleo en los sectores. Este efecto es positivo si los sectores con mayor (menor) productividad aumentan (reducen) su peso en el empleo, y negativo en el caso contrario.
La suma de estos 3 efectos, esto es, efectos estáticos (“within” y “between”) y dinámicos, proporciona una medida del proceso de reasignación de recursos de la economía. La intuición nos dice que cuanto más positivo es cada uno de estos efectos mejor, en general: ha mejorado la productividad dentro del sector (efecto “within”), ha mejorado la productividad en el trasvase de sectores inicial (efecto “between”) y ha mejorado la productividad en los sectores que crean empleo durante el período (efecto dinámico). Aquí (OCDE, p. 27) tiene más detalles sobre este enfoque.
Estos 3 efectos se miden así:
En esta expresión es la productividad del trabajo en el total de la economía al final del período, es la productividad del trabajo al comienzo del período en el total de la economía, es la productividad del trabajo al final del período en el sector i, es la productividad del trabajo al comienzo del período en el sector i, es la fracción del empleo en el sector i al final del período, es la fracción del empleo en el sector i al final del período. Los sumatorios recogen la suma de cada efecto en todos los sectores. A su vez, dividiendo por los dos lados, en la izquierda tendríamos el crecimiento de la productividad del trabajo y en la derecha los tres sumandos, que recogen respectivamente, los efectos “within”, “between” y dinámico,
En el caso de Gipuzkoa en el período 1995-2021, el crecimiento medio de la productividad del trabajo se situó en el 0,7%, al que contribuyeron el crecimiento “within” positivo de un 1,1%, y los crecimientos negativos “between” de -0,1% y dinámico de -0,3%, como muestra la Tabla 1. A su vez, para ver si el patrón es homogéneo a lo largo del tiempo divido el período 1995-2021 en los tres períodos característicos: 1995-2008 (pre-crisis), 2008-2013 (crisis) y 2013-2021 (post-crisis y post-pandemia sin acabar de cerrar pero en recuperación). El comportamiento de la productividad es estable salvo en la crisis, donde aumenta hasta el 1,1%, por la destrucción de empleo. La contribución a este aumento de la productividad viene dada mayormente por el factor “within” intrasectorial. La contribución “between” es reducida en general, ligeramente positiva antes de la crisis y ligeramente negativa después. El impacto dinámico es negativo en todo el período, con mayor fuerza desde 2013. Este patrón presenta claroscuros; entre los claros está la contribución “within”, pero el crecimiento medio de la productividad es bajo y las contribuciones negativas de “between” y dinámicas no son buenas. En cuanto a sectores, la parte clara sería el impacto “within” donde casi todo el sector industrial ofrece una buena evolución, así como una parte del sector servicios (Tabla 2 del post anterior): Telecomunicaciones, industria química y productos farmacéuticos, energía eléctrica, gas y vapor, industrias extractivas, caucho, plásticos y otras no metálicas, actividades inmobiliarias, material de transporte, metalurgia y productos metálicos, … La parte menos clara es el impacto “between”, que ofrece un cuadro donde el sector industrial, al perder peso en el empleo, contribuye negativamente, a diferencia de los servicios donde es positiva por su contribución al empleo. Sin embargo, el efecto dinámico es negativo tanto en la industria como en los servicios; lo primero es normal por la pérdida de empleo pero lo segundo significa que el aumento del empleo no ha venido acompañado del suficiente aumento de la productividad que lo compense y esto es ciertamente preocupante.
Dani Rodrik, el prestigioso catedrático de la John F. Kennedy School of Government de Harvard, escribía hace poco sobre eso al hablar de “Bidenomics”. Rescato algunas ideas:
- Mucho énfasis en el sector industrial (por las políticas de Joe Biden), pero poco en la estructura cambiante de la economía.
- Hace falta una nueva “política industrial” que cree buenos trabajos en los servicios.
- Las nuevas tecnologías que ayuden a los trabajadores, y no los sustituyan, van a ser claves.
Euskadi tiene algunos ejemplos en esto con la servitización, como ha señalado a menudo Bart Kamp aquí.
Parece evidente que la estructura económica de Euskadi también irá cambiando en los próximos años y debemos asegurarnos de que sirva para mejorar lo que tenemos.
Eta urtea amaitzeko … Eguberri eta Urteberri On!!
@inakierauskin.bsky.social
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