Artículo publicado en El Correo (30/12/2024)
En las fiestas navideñas conviven tradiciones, raíces y magias de infancia con riadas de personas cargadas de bolsas por encima de sus posibilidades. Esta convivencia cada vez es más asimétrica inclinándose la balanza hacia un espacio público como celebración del consumo irresponsable. Esta asimetría se puede sentir y experimentar caminando por la Gran Vía de la ciudad más poblada de Euskadi. La industria de la ‘fast fashion’ y la ‘ultra fast fashion’ se ha hecho con la mayoría de los edificios y solo resiste un oasis de cultura y entretenimiento, la Sala BBK, que nos permite recuperar el sentido mágico y sanador de estas fiestas. Si entras en el mundo de Solstizium, cuando el sol está en lo más alto, podrás tirar una piedra al estanque de ranas y peces y pedir tus tres deseos para el 2025.
Un deseo sería que las ciudades prestaran más atención al control de la segunda industria más contaminante del mundo, la de la moda, que a la cruzada contra la supuesta plaga de las terrazas. Algunas ciudades europeas han empezado a tomar medidas con iniciativas que, más allá de la legislación estatal y europea, intentan que los negocios de sus ciudades se orienten hacia la moda sostenible. La proliferación y concentración de bares y negocios de hostelería generó debates urbanos sobre la conveniencia de moratorias a la concesión de más licencias en las zonas saturadas. Ese debate se debería abrir sobre la concesión de más licencias de actividades ligadas al sector de ‘fast fashion’. El año se cierra con la temperatura más alta del planeta jamás registrada. El cambio climático no debería desaparecer de la agenda pública ni un solo día en 2025.
Otro deseo sería que las ciudades y sus ayuntamientos asumieran más protagonismo en la búsqueda de soluciones al problema de acceso a la vivienda, que se ha convertido en el primer problema de Euskadi, y se alinearan con el Gobierno vasco independientemente de su color político para ceder el suelo necesario para que aumente la oferta tanto de vivienda de protección oficial como vivienda libre. El 75% de la ciudadanía apoya que los ayuntamientos puedan dedicar más suelo a la vivienda libre para aumentar la oferta y la mayoría apoya que las viviendas vacías paguen un canon, según el Deustobarómetro.
El tercer deseo tiene que ver con los niños y niñas que son los verdaderos protagonistas de la magia de la Navidad. Se están extinguiendo. El problema de la baja natalidad será el reto más importante que tendremos como sociedad en las próximas décadas. En Euskadi estamos en la cola de Europa en cuanto a nacimientos, la maternidad cada vez se retrasa más y el número de hijos e hijas deseados por las generaciones jóvenes es significativamente superior a los datos reales de nacimientos. Las políticas de facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes tienen una de las llaves y la sociedad si lo asume como reto principal puede presionar a sus representantes para que coloquen la natalidad en el centro de sus políticas en 2025.
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