Hace unos días, dos compañeros de la Facultad de Ingeniería, Unai Hernández-Jayo y Javier García-Zubia, ambos asesores de LabsLand, escribieron un artículo en The Conversation. Hoy han querido compartir con nosotros las ideas fundametales.
Según Unai y Javier, la situación actual debido al coronavirus ha puesto patas arriba a gran parte (o a casi toda) de la comunidad educativa. Hemos tenido que pasar de un modelo presencial a un modelo en remoto en el cual la manera de interactuar con nuestros alumnado y ellos con los recursos de aprendizaje es exclusivamente a través de internet.
Cada docente, a todos los niveles (desde infantil a la universidad), se ha ido adaptando de la mejor manera posible a esta situación, ya sea realizando clases en tiempo real y grabando vídeos o recursos virtuales, por ejemplo.
Estas herramientas no son suficientes para estudios superiores, sobre todo para disciplinas técnicas como la ingeniería y ciertos ciclos formativos, donde las competencias desarrolladas durante las sesiones prácticas son fundamentales.
En este contexto, a la pregunta ¿qué herramientas podemos ofrecer al alumnado para seguir realizando prácticas desde casa de la misma manera que si estuvieran en los laboratorios de la universidad?, una de las mejores alternativas parece encontrarse en los laboratorios remotos.
Un laboratorio remoto se podría definir como un conjunto de tecnologías hardware y software que permiten al usuario, a través de internet, llevar a cabo un experimento de la misma manera que si estuviera en el laboratorio presencial.
La cuestión es que, el reto al que se enfrentan diseñadores y desarrolladores es enorme, ya que deben permitir al usuario realizar las mismas acciones que si estuviera presencialmente en el laboratorio, ofreciéndole herramientas que hagan que internet sea sus ojos y sus manos para interactuar con los equipos y los experimentos, es decir, que pueda lanzar preguntas a la naturaleza y observar (ver, escuchar, medir) su respuesta.
En este contexto de la Universidad de Deusto, a través de su grupo WebLab-Deusto, lleva desde el año 2004 desarrollando laboratorios remotos que puedan ser fácilmente explotados y usados como herramientas docentes. Nuestros laboratorios siempre han sido ideados para ser accesibles desde cualquier tecnología web o sistema operativo, sin necesidad de instalar o configurar cualquier software adicional, y sin restricciones de seguridad de comunicaciones como firewalls. Es decir, el usuario solo necesita un dispositivo con conexión a internet, pudiendo así experimentar 24 horas los 7 días de la semana.
Esta posibilidad de conexión ubicua hace que el profesor durante las exposiciones teóricas pueda “acudir” al laboratorio para demostrar empíricamente y en tiempo real las ecuaciones o modelos matemáticos descritos en la pizarra, o puede indagar para llegar hasta los modelos, reduciendo así la distancia entre la teoría y la práctica.
Unai y Javier quieren compartir desde estas páginas con toda la comunidad educativa, de manera completamente gratuita, estos recursos a través de Labsland, una start-up creada como spin-off de la Universidad de Deusto. A través de su sitio web concentra el mayor número de laboratorios remotos activos y disponibles hoy en día.
En definitiva, los laboratorios remotos ofrecen una ventana a través de la que acceder e interactuar con recursos físicos reales que están a miles de kilómetros de nosotros. Algo más que nunca necesario en la situación en la que estamos, en la que alumnado y profesorado nos vemos obligados a seguir una formación online.
Si quieres innovar, democratizar y abrir las oportunidades educativas, te animamos a que leas el artículo completo a través de este enlace y que te pongas manos a la obra.
Arantza Arruti
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