Jesús Prieto Mendaza, colaborador del Centro de Ética Aplicada, señala en un artículo en ‘El Correo’ que, «al contrario de lo que ocurre en otras culturas, vivimos en una sociedad en la que priman la juventud, la belleza y la lozanía». «Si no eres joven ya empiezas a quedar ‘descatalogado’ en esta vida social que se ve marcada por las permanentes ‘actualizaciones’ como si de un dispositivo móvil se tratara. Si no te ‘rejuveneces’, si no pareces mancebo, corres el riesgo de engrosar la categoría baumaniana de «desperdicio social», cuestiona.
«Cuando hablaba de la madurez, decía Antonio Gala que nuestra civilización occidental estaba equivocada: no se trata de añadir años a la vida, sino vida a esos años. La pandemia que estamos sufriendo ha pasado, en sus días más negros, como un tsunami sobre esta locución, para evidenciar que la sociedad española no sólo no ha sido capaz de garantizar ese deseo, sino que ha permitido arrebatar a un buen número de nuestros mayores ambas cosas: años y vida».