Artículo publicado en ABC (13/06/2023)
Existe un desmedido empeño por parte de las administraciones, y en particular las europeas, en suprimir completamente los vehículos de combustión y en que sean sustituidos de manera cada vez más inmediata por vehículos eléctricos «no contaminantes». En un reciente artículo en The Guardian, Rowan Atkinson, más conocido por su personaje cómico de «Mr. Bean«, y uno de los grandes entusiastas de los automóviles deportivos, expone ciertas verdades en relación a estos nuevos propulsores y sus componentes. En lo que respecta a la eliminación del motor de combustión, recuerda que lo que contamina no es el motor en sí, sino el combustible que se utiliza para hacer funcionar ese motor y por ello sugiere trabajar sobre la composición del carburante. Y en relación a los vehículos eléctricos, expone que de poco contaminantes nada. De hecho, no solo generan el coste medioambiental de la sustitución, sino que además problemas directos y también colaterales que a día de hoy y a nivel masivo los hacen más contaminantes que la mayoría de los utilitarios de combustión modernos. El autor llama además en su artículo la atención en relación a la rápida amortización de los vehículos nuevos que se sitúa alrededor de los tres años, lo que genera enormes cantidades de residuos, y además es un innecesario derroche, y yo añado, medioambientalmente inaceptable. ¿Se imaginan lo que supondría renovar todo el parque automovilístico hoy, sustituirlo por vehículos nuevos «más ecológicos» y hacer lo mismo dentro de tres años y así sucesivamente?
Abundando y profundizando en el contenido de artículo que Atkinson, las motorizaciones eléctricas lo que deberían de generar es una mayor libertad de elección en el consumidor, pero no ser una nueva excusa para reprochar al comprador su adquisición «contaminante» como poco sostenible e insolidaria. Porque esto no es cierto, y los vehículos eléctricos también contaminan, como casi todo lo que se consume. Y además es que el coche es un elemento recaudatorio para las administraciones desde que se compra hasta que se vende o desguaza. No cesa de generar ingresos a las administraciones a través de todo tipo de impuestos. Recordemos que no hace muchos años, la solución eran los coches de gasoil, lo que luego supuso un gran problema por un cambio de criterio de las administraciones al comprobarse, suponiendo que no se hubiesen enterado, que emitían gases más nocivos para el ser humano que los propulsados de gasolina. Esto sin embargo se resolvió en gran medida, con motores y combustibles más limpios y eficientes, pero nunca se realizó una restitución de la imagen de estos vehículos diesel que han quedado manchados y catalogados como contaminantes sine die. Pero sin embargo estás motorizaciones generan decenas de miles de puestos de trabajo en Europa y particularmente en España, cuestión también a tener en consideración al opinar.
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