Artículo publicado en Deia (04/09/2023) | Ane Araluzea.
Mette Hammer, Juana Bustillo, Marina Tossi, Maxi Buehling y Nicolás Lozano, ayer, antes de acceder al paraninfo de la Universidad de Deusto. BORJA GUERRERO
El aspecto de Bilbao que más atrae a los estudiantes internacionales no es su gastronomía, ni su cultura. Ni siquiera las posibilidades que ofrece la ciudad en el ámbito del ocio. “Es linda la calma, la gente va muy tranquila por acá”, ha reconocido Juana Bustillo, una argentina de 21 años que llega atraída por el ritmo de vida, mucho más sosegado que en su país de origen o, mejor dicho, en su ciudad de origen, Buenos Aires. Ella es una de los 462 alumnos de intercambio, de más de 50 países, que estudiarán en la sede de Bilbao de la Universidad de Deusto durante el primer semestre de este curso. Durante la recepción institucional celebrada este lunes, los estudiantes –procedentes de países como Chile, Corea del Sur, Malasia, Suecia, Marruecos, Taiwan, Kazajstán o Austria– han tenido la oportunidad de compartir sus primeras impresiones sobre una ciudad a la que llegan dispuestos a dejarse llevar.
Bustillo, que sujetaba un recipiente para beber mate, ha estado acompañada por su amiga Marina Tossi, otra porteña estudiante de Psicología. “No quería ir a una ciudad grande como Madrid o Barcelona. Empecé a investigar las opciones y Bilbao me pareció que podía conocerla bien en el tiempo en el que estaré acá”, ha concretado esta nueva alumna de intercambio, a la que recomendaron encarecidamente la capital vizcaina. “Otro de los motivos por los que también elegimos Bilbao fue porque, a pesar de ser chiquita, tiene un aeropuerto internacional”, han afirmado las dos amigas, que han podido confeccionarse el calendario universitario de forma estratégica. Solo tienen clases los martes, miércoles y jueves, lo que les permitirá tener fines de semana largos para viajar por Europa.
Estudiantes de intercambio durante el acto institucional. BORJA GUERRERO
Para Nicolás Lozano no es su primera vez en Bilbao. Este colombiano tuvo la oportunidad de viajar hace año y medio por toda la costa cantábrica. “Me gustó por la cultura, la gastronomía… y porque no es una ciudad muy grande. Hay muchas formas de transporte y caminando llegas a todas partes”, ha argumentado este joven oriundo de Bogotá, al que cuando su universidad le ofreció la oportunidad de un intercambio con Deusto no se lo pensó dos veces. “Conocía el equipo de fútbol, el Athletic, y San Mamés. También había oído hablar del euskera. Me creaba mucha intriga”, ha afirmado Lozano, quien tiene intención de viajar a Madrid o Lisboa, diferentes puntos de la península, mientras dure su estancia.
En el caso de los estudiantes de otros países europeos una de sus principales motivaciones al aterrizar es mejorar su nivel de español. Mette Hammer, una estudiante danesa de 26 años, pretende reforzar los conocimientos adquiridos durante el año escolar que pasó en Ecuador siendo una adolescente. “No es habitual que los estudiantes realicen un curso a una edad tan temprana”, ha manifestado esta futura ingeniera de diseño industrial. Apenas lleva unos días en Bilbao pero asevera que se ha llevado una buena primera impresión. “Tampoco conozco nada del País Vasco, aunque sé que hay un idioma que es muy lindo”, ha declarado la joven poco antes de que comenzara el acto institucional.
“Estudié español como optativa seis años. Entiendo más de lo que hablo”, ha reconocido, por su parte, Maxi Buehling, una estudiante alemana de 21 años que quiere obligarse a sí misma a practicar el idioma aprovechando su estancia en Bilbao. Otro de los alicientes que ha motivado la elección de Maxi ha sido la posibilidad de practicar surf en el territorio. De ahí que antes de llegar a la villa hubiera oído hablar de Zarautz, por ejemplo. En los pocos días que lleva en la ciudad ya conoce el centro histórico. “Me quedo en el Casco Viejo, en un apartamento con otras cinco estudiantes”, ha revelado la estudiante de la Universidad de Maastrich, que encontró el piso a través de Idealista.
EN EL PARANINFO
“Es una suerte que cada año se incremente el número de estudiantes, lo que enriquece nuestra universidad”, ha considerado Javier Arellano, vicerrector de Relaciones Internacionales, durante el solemne acto académico en el que se dio la bienvenida a los alumnos internacionales. “La universidad tiene la misión de formar personas desde una perspectiva universal”, ha añadido Arellano, quien ha instado a los estudiantes a que conocieran el contexto cultural y político de Euskadi durante su estancia. Por su parte, Aitziber Irigoras, vicerrectora de Comunidad Universitaria y de Agenda 2030, ha explicado a los estudiantes que la “apertura mental” no se consigue solo viajando, sino siendo testigo activo de diferentes culturas, religiones, ideologías…
Como exalumno de la Universidad de Deusto, el alcalde Juan Mari Aburto ha mostrado su alegría por recibir al casi medio millar de estudiantes en la urbe que capitanea. “Bilbao es una ciudad pequeña en tamaño pero grande en ambición”, ha recordado antes de hacer un pequeño repaso a su historia. “Bilbao, que os considera ya bilbainos de adopción, es, por encima de todo, una ciudad de convivencia”, ha afirmado frente a decenas de estudiantes en un acto al que también ha asistido Leixuri Arrizabalaga, diputada de Euskera, Cultura y Deporte.
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