El sábado 9 de septiembre en la Basílica de San Ignacio de Loyola en Azpeitia tres novicios jesuitas, entre los que se encuentra el antiguo alumno de la Universidad de Deusto Guillermo Sanz Falagán (Bilbao, 1995), prometieron con voto pobreza, castidad y obediencia perpetuas en la Compañía de Jesús. Después de dos intensos años en el Noviciado de Bilbao, llegó el día en el que, acompañado de Luis Busto de Moner (Barcelona, 1995), Gabriel Espinosa Galán (Sevilla, 1998), se consagró “por entero al servicio de Dios y del prójimo”.
La eucaristía estuvo presidida por el provincial Enric Puiggròs SJ, el cual quiso subrayar la importancia de permanecer en el amor de Dios, “un amor que cada uno de los nuevos jesuitas ha ido descubriendo en lo concreto de su vida”. El provincial hizo un recorrido por la historia vocacional de cada uno de ellos recordando el papel de sus familias, de sus colegios y “de todos aquellos testigos que con su vida les han mostrado que merece la pena dar la vida en el seguimiento de Cristo”.
En el caso de Guillermo Sanz Falagán, bilbaíno de 28 años, curso el grado en Ingeniería Electrónica Industrial y Automática en Deusto. Su proceso vocacional nace y se desarrolla el Colegio Pureza de María de Bilbao y en su participación de los grupos pastorales “Foc”. Ahí, conoció la espiritualidad ignaciana y en un proceso de discernimiento vocacional una de las hermanas de la Pureza de María le orientó hacia los jesuitas.
Sirvan estas líneas para pedir por Guillermo, Luis y Gabriel quienes ya se encuentran en Roma para continuar su formación en la Compañía de Jesús. “Que la entrega generosa de sus vidas mueva el corazón de otros jóvenes a consagrarse a Dios en la misma Compañía”.
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